Eusebio Mina: Seminaristas gramáticos Corpus Christi 17-06-1965 Blanca de Navarra-Estafeta (Esquina Guerendiáin) |
1955. Lechera con carro Dormitalería Al fondo, el 28 |
Y lo era: Eusebio Mina Moreno. Me puse a buscar datos biográficos de él y me di cuenta de que, lamentablemente, no había casi nada en internet. Así que voy a subsanar un poco dicha carencia, subiendo la jugosa entrevista que Diario de Navarra le hizo en 1980, el día de su jubilación y de su 65 cumpleaños.
Aunque nacido en la calle Mayor, la familia Mina-Rodríguez vivió en la calle de mi infancia: Dormitalería. Mirad cómo lo recuerda Javier, en un comentario: "No fui a Sor Cecilia, aunque vivía en el 28 de tu calle. Es posible que me negara por no pasar delante de "La Txiri", la perra de Alicia que montaba guardia frente al Arcedianato".
Eusebio Mina trabajó casi 50 años en DN, metiendo más horas que el perro de Imenasa, pero ello no le impidió cultivar sus aficiones, entre ellas, hacer cientos de fotografías que todos hemos visto, demasiadas veces sin ser conscientes de que eran de él. En el Archivo Municipal (escribe: Eusebio Mina) aparecen 33 (en octubre de 2023, 181) a su nombre.
Casado con Juanita Rodríguez Sola (+28.09.2006), tuvo dos hijos: María Ángeles y José Javier.
Falleció el día 8 de enero de 1990, a los 74 años.
Hoy es noticia DN 21/09/1980 pág 32
Eusebio Mina, y sus 49 años en «DIARIO DE NAVARRA»
«El momento más impresionante fue cuando el anterior director, Garcilaso, me dictó su propia esquela»
02.54.Mina. Chortas. Fuente Merindades |
Por encima de la historia y del trabajo surge la humanidad y bondad de un hombre entregado apasionadamente a la imprenta, a los talleres, al periódico.
Nepote (ver comentarios 1 y 2) |
—¿Que qué voy a hacer ahora? Viajar todo lo que pueda, hacer muchas fotos, continuar con mis hobbys, hasta donde llegue la pensión de jubilación, nos dice mientras mira con nostalgia el reloj que tanto le hizo sufrir.
Hombre fuerte a pesar del infarto
Eusebio Mina es un hombre fuerte -«qué platos de garbanzos con tocino he comido yo»- a pesar de que en 1964 sufrió un infarto de miocardio. Recuerda que cuando salía de casa aquel uno de mayo sintió una especie de rayo doloroso «que me cruzó de arriba a abajo todo el cuerpo. Al ser fiesta tardamos en localizar a un médico. No había llegado mi hora pues hice todo lo contrario de lo que se debe hacer en casos de infarto».
-Pero lo superó física y moralmente...
Carmelitas Misioneras Pío XII 1970 |
-Entonces ¿por qué se jubila?
-Porque, aparte de cumplir los 65 años, la empresa tiene establecido en convenio un premio de jubilación. Si una persona no se retira a esa edad, pierde el premio. Son unas pesetas que vienen muy bien para seguir cultivando tus hobbys. Además como mi mujer esta también jubilada... De todas formas, no espero olvidar los casi cuarenta y nueve años vividos en este periódico.
- ¿Cómo entró en la empresa?
-Antes de ingresar en DIARIO DE NAVARRA el 4 de abril de 1932 había trabajado tres años en editorial Aramburu, donde fui aprendiz de los 14 a los 17 años. Me sentía atraído por todo lo relacionado con las imprentas y periódicos hasta tal punto que a los Reyes les pedía de niño unas imprentillas de goma con las que me divertía. A los doce años me creí un hombre al sustituir, en el periódico, «El Pueblo Navarro», a un amigo que había sufrido un accidente. Aquello de vivir de noche, manejar letras, llevar pruebas a la censura... era un sueño para mí.
-No lo sé. En aquellos tiempos era distinto, pues no teníamos las actuales frustraciones. Entonces para aprender el oficio de cajista o tipógrafo tenías que trabajar doce años. Ahora, al desaparecer el plomo, una persona normal puede desempañar el trabajo de un oficial de primera en pocos meses. Claro, que el plomo y la imprenta era y es más bonito que la fotocomposición y técnicas nuevas.
Eusebio Mina recuerda que tenía que componer todos los títulos y textos -«en Aramburu, incluso gramáticas de griego»- a mano. También el olor del plomo, de la tinta... es imborrable. «Para mí -dice-el mejor tipómetro fue siempre una cuerda con la que media las galeradas de plomo».
Tres recuerdos históricos
Al final, esquela convencional de DN |
-¿Algún hecho que le ha sido imposible borrar de su memoria?
-De todo este medio siglo tengo tres hechos que me han impresionado. Uno de ellos es humano y se refiere a la vida del periódico. Concretamente el anterior director del periódico, Garcilaso, me había dicho en numerosas ocasiones la esquela que debía poner cuando él muriera. «Raimundo García García, 'Garcilaso'. Periodista». Cuando se encontraba muy grave, en 1962, me llamó y me dijo: «Mina, te dicto la esquela». Y me dictó el mismo texto. Bueno, no pudo terminar porque cuando iba en lo de periodista, dejó de existir. Yo pensé que me llamaba para añadir en el texto de su esquela a su familia con la que no se hablaba. Pero no pudo hacerlo.
-El segundo...
Mola por Plaza del Castillo, noche 18 de julio, horas antes de proclamar la ley marcial. |
-El tercero...
-El día que murió Manolete estuvimos esperando hasta última hora. A las seis y media cambiamos una página y fuimos los únicos de todo el norte en dar la noticia de la muerte.
Más alegrías que disgustos
La vida metódica -«todos los dias doy un buen paseo y ésta es la mejor medicina»- e independiente «nunca he pertenecido a ningún partido político ni pienso pertenecer. La política es para el que vive de ella» -encajan en este hombre que ha trabajado con mucha ilusión. «Si hubiese cobrado todas las horas extraordinarias que he estado en el periódico, seria millonario». Realmente Eusebio Mina, en sus buenos tiempos, entraba con una hora de antelación para ponerse al tanto del periódico del día.
-¿Le ha dado el trabajo muchos disgustos?
-No. Al contrario: satisfacciones. Con todas las personas que he trabajado, superiores o inferiores en la responsabilidad, me he llevado muy hien. Siempre he considerado la mejor alegría el ver que la gente está contenta. Recuerdo con cariño y agradecimiento aquellas medias pagas que concedía don Jesús Sagüés cuando apretaban las necesidades a los trabajadores.
-Una de las mayores alegrías que he tenido en el periódico fue el día en que estando preparando la publicidad para un domingo vino don Jesús Sagüés y me dijo: "Mina, le voy a dar una buena noticia. El Consejo ha acordado, como premio, el que vaya a Roma con el trabajador más antiguo de la casa". Se trataba de Tomás Gómez que trabajaba desde la fundación del periódico. Fue una noticia pero de las de verdad. Visitamos Roma con la peregrinación del Año Santo, se le llevó al Papa Pío XII el Libro de Oro de Navarra y todas las noches, desde Roma, daba una crónica de los actos. Tanto me gustó el viaje que lo he repetido varias veces.
Los ojos de Mina brillan siempre con esa luz del hombre activo ya que, a pesar de sus 65 años, no puede estar parado, y con esa serenidad del hombre cuya vida no termina en esta tierra.
-Para mí, lo primero son las creencias religiosas. Procuro ser buen cristiano aunque, como dice el evangelio, todos erramos muchas veces al día, entre los que me cuento.
2 comentarios:
La del grupo es cuando compraron la linotipia. Tuvieron que romper la fachada y meterla por la administración.
En esa foto el de la izquierda posiblemente sea el padre de Javier Mina, pero no puede asegurarlo.
En la foto de la persona sentada es un linotipista que se llamaba Nepote que esta también en la otra foto. Era pasar de hacer las líneas tipo por tipo en un componedor y, una vez hecha la plancha, distribuirlas una a una en su cajoncito del chivalete, a teclear y que salga la línea completa en plomo.
Buen día tenga usted
Me aseguran que Nepote (el de la cuarta foto) era una institución en Huarte y que en la 6ª foto Mina podría ser el primero por la izda. y Nepote es la tercera cabeza por la izda.
Publicar un comentario