miércoles, 31 de octubre de 2018

Crimen de Unciti, otras versiones y valoraciones


Viene de

El crimen del cura de Unciti (1950)

Siempre me ha extrañado la cortina de silencio extendida sobre el crimen del párroco de Unciti, en 1950, en pleno nacionalcatolicismo. ¿Qué se pretendía ocultar? El silencio dio lugar a rumores, a veces malintencionados. En la entrada de hoy, tras escuchar dos versiones muy similares, descubriremos el motivo de esa losa de silencio.
***
El día uno de octubre, día siguiente a la publicación de la versión de mi tía María Jesús sobre el crimen del cura de Unciti, me fui al cementerio de este pueblo para sacar alguna foto de la tumba de Juan Iribarren Martínez, que sospechaba que tenía que estar enterrado allí, como así era.
Una vez allí, me encontré con una persona, familiar de quien mató a Juan Iribarren, el cura de Unciti, quien -sin que yo le forzara- me dio con toda naturalidad su nombre, apellidos, nombre de la casa, edad y grado de parentesco con el homicida. Y con la misma naturalidad, me dio su versión de lo sucedido.

Versión del familiar (01.10.18)
Nacido en 1916, XX fue a la guerra con 20 años. 
En Sigüenza, un mortero le abrió la cabeza y estuvo mucho tiempo en el hospital.
Cuando volvió, ya no era el mismo que había sido hasta entonces.
El padre sabía llevarlo bien y le decía que fuera a ayudar a tal familia en las labores agrícolas, pero a veces se equivocaba de campo.
El cura le chinchaba a veces por ese asunto y porque no iba a la iglesia: “estás más pirao que un grillo”, "estás como una cabra"...
El familiar era muy pequeño y le gustaba entrar en la habitación de XX para pedirle caramelos de café con leche, que siempre tenía en el cajón de la mesilla.
El primero que se dio cuenta de que el autor de la muerte del cura era XX fue el padre, que encontró sangre en la azada.
Cuando la Guardía Civil lo esposó, el padre les decía que no era necesario.
No fue a la cárcel, sino al manicomio. "Salió todo el pueblo a favor de él" (esta frase la repitió varias veces).
Iba con mi abuela todas las semanas a verle al Manicomio y allí, al principio, lo tenían atado, por considerarlo peligroso. La madre lo metió en primera clase. Luego, las monjas le cogieron mucho cariño y él les ayudaba en sus quehaceres, como hacer las camas.
Estuvo en el Manicomio (desde 1950, con 34 años) hasta su muerte (en 1978, con 62 años).
El Manicomio, a finales de los 50
En cuanto a lo de la novía, decían que tenía, pero no mató al cura por ese asunto, sino porque XX "le cogió celos" (manía?).
El familiar me enseñó el punto exacto donde lo mató: no fue en el atrio -como yo creía al principio- sino en el cruce del carretil con el caminito del cementerio. Allí fue donde le dio el azadazo y lo echó a la ezpuenda.  
En ese punto se colocó una cruz con la siguiente leyenda:
"Un padrenuestro por el alma de D. Juan Iribarren, párroco de Unciti, que murió en este lugar el día dos de junio de 1950, a los 42 años. R.I.P.".
Esa cruz se rompió y se trasladó a una especie de antigua sacristía.
Cuando le pregunté si a la gente del pueblo le caía bien Don Juan, me dijo que él no lo sabía, pero que le habían dicho que era un cura de los de antes, de los de mucho respeto.

Nada más publicar la primera entrada, me llegó un mensaje que me hablaba de una persona que sí había vivido consciente y muy de cerca el crimen del cura. Tras haber estado con ella, tengo que corroborar todo lo que me habían dicho:  muy buena cabeza, memoria prodigiosa y una mujer encantadora. La llamaremos "Vecina de Unciti"

Vecina de Unciti. 25.10.2018 12’10h
Lo primero que hizo fue desmentir que el cura y XX pelearan por la misma mujer. Ese odioso rumor no ha salido de Unciti.
Federico Soto
XX y M.ª Luisa sí eran novios. Pero en alguna ocasión que quedaron “a vistas”, algo debió de ocurrir -quizás algún motivo económico- pero lo dejaron. 
¿Por qué arremetió contra el cura? En Sigüenza fue herido por un cañonazo. El neurólogo avisó de que  había dañada una parte del cerebro. Cuando XX volvió al pueblo, le dio contra la religión. Le hizo quitar a su madre los cuadros de la virgen, santos... de su habitación. Todos creemos que fue por eso.
Antes de matar al cura, ya había estado en el manicomio. Soto (Federico Soto, Director 1934-76) le dio el alta. La madre le rogó que lo mantuviera interno hasta que se recuperara del todo.
XX salió del manicomio y nadie notaba nada especial, aparte de la animadversión hacia la religión. Y Maria Luisa, tampoco.
Tenía una cuadrilla muy maja que rondaba por el pueblo. Lo mismo que XX rompió con Mª Luisa, otro rompió con la novia. Ella se metió monja y él fraile. Éste fue de misionero a Ecuador y hoy hay en Quito (Ecuador) una calle dedicada a Fray Juan de Unciti: Juan Astráin, de Casa Nagore.
¿Carácter de XX?: normal, no; encantador. Después del accidente, alguna vez se escapó al monte y los mozos fueron a buscarle. Otro día se fue de casa, que su madre le había despachado. Los tres o cuatro de la cuadrilla eran todos igual de majos. ¡Cantaban cada una!: “a las orillas del Arga se ha encontrado un hombre completamente desnudo. Los médicos aseguran que no tenía nada en los bolsillos”. Así era XX; y sus amigos también (la grabación de esta parte me permite que la reproduzca):

¿El cura le chinchaba? Silencio.
Espacio ocupado por las eras y la Fuente Grande.
Al fondo el Juzgado y la cárcel de la villa de Aoiz
Fue un viernes y todo el mundo pensó: habrá sido XX. Donde el carretil llega al camino del cementerio encontraron sesos, reguero de sangre... Lo siguieron y encontraron el cadáver en la ezpuendica.
La vecina de Unciti me da todos los datos de la detención y la confesión: quién era el alcalde, quién el juez, quién ejerció de taquígrafa, que la GC vino de Monreal, pero su jefe, desde Aoiz. En qué estado se encontraba XX en esos momentos...
Una vez que confesó, se lo llevaron a Aoiz, luego a Pamplona y, de ahí, al Manicomio. Y allí vivió muchos años (28) hasta que murió (el día 19 de abril de 1978, a los 62).
¿Por qué ha habido tanto silencio?
Don Juan hacía las cosas bien, hablaba muy bien, homilías muy bonitas...
Cuando pasó lo que pasó, aquello fue horroroso. Echaron mucha culpa al pueblo. Nos cerraron la iglesia. Fue como un castigo. Venía un sacerdote de Zolina. Abría la puerta, hacía la misa, salíamos y la cerraba.
***
La iglesia fue abandonada. En pocos años quedó como si hubiera pasado un tornado, desapareciendo la mayor parte de las piedras. La nueva iglesia, ya en el pueblo (foto de portada), no habría empezado a funcionar hasta entrada la 2ª parte de la década. En la imagen del Sitna, de 1956-57, ya aparece construida.

Valoraciones finales
Esquela del Lauburu (pincha)
XX no pisó la cárcel. El juicio -que lo tuvo que haber- no trascendió en absoluto, hasta el punto de que la Vecina de Unciti -que conoce el caso, con pelos y señales- no sabe, siquiera, si hubo. Yo he mirado en la hemeroteca y ni rastro.
Me alucina la diferencia de alcance mediático con el caso de, por ejemplo, Toribio Eguía, del que tenemos en la prensa todas las crónicas del juicio. Pero Toribio, que también mató al cura y a su ama, fue condenado. ¡Y nada menos que a garrote vil! Algo muy aleccionador.
Pienso que ése puede ser el motivo de la trascendencia mediática: mirad lo que pasa si se mata a un cura.
En cambio, XX no pisó la cárcel, a pesar de haber matado al cura... Eso no es ejemplarizante, no es un buen escarmiento, no es algo que haya que propagar. Cuanta menos gente se entere mejor. Silencio.
En cuanto al 'castigo' al pueblo de Unciti, creo que puede ser debido a que durante el juicio los testigos llamados a declarar, lo hicieron -supongo- a favor de la no culpabilidad de XX. Recordemos lo que dijo el Familiar: "Salió todo el pueblo a favor de él". O lo que dice la Vecina de Unciti: "XX era encantador".
Si la Iglesia (entonces -desde 1946, hasta 1968- era Obispo Delgado Gómez) 'castigó' sin párroco a Unciti puede ser porque no quedó en absoluto satisfecha con una sentencia tan poco ejemplarizante.

sábado, 27 de octubre de 2018

La tragedia del Pico de Orhy: 24.10.1964


Sucedió hace ahora 54 años, en la vertiente francesa del Pico de Orhy. La compañía de escaladores-esquiadores de la División Navarra nº 62 fue dispersada por una tormenta de viento y nieve. Murieron 4 soldados y un gran número resultaron heridos con graves congelaciones. Servicios de rescate franceses y la población de la zona acudió en su auxilio lo que impidió que la tragedia fuese mayor.
El relato de Joaquín Calvo Basarán es escalofriante. Lo publicó el  27/10/2014 (50 aniversario) en su blog Un millón de españoles. Y lleva por título:


En Montélimar, cerca de Aviñón, se registraron aquel día vientos de 166 km/h. En la región de Midi-Pyrénées, una repentina tormenta de nieve bloqueará a los conductores durante 10 horas. Es 24 de octubre de 1964, año de La Niña, también el día en que se inauguran (mejor, clausuran) las olimpiadas de Tokio.

La Compañía, el día 24 salió del pueblo de Larrau (1) para llegar al Puerto de Larrau, en la frontera (2)
Hacia el oeste, sobre las ocho de la mañana, cerca de la muga que separa Francia de España, en la cota 1400 del puerto de Larrau, tras 8 kilómetros de marcha superando desniveles de hasta el 16%, la compañía deescaladores-esquiadores de la División Navarra nº 62 sufre el embate terrible de una tormenta de nieve. Los vientos sobrepasan 100 km/h, la temperatura cae hasta 20º bajo cero. No se puede ver, no se puede respirar, apenas se puede andar. Cuatro soldados encontrarán allí la muerte.
La tormenta perfecta se viene formando desde ayer, cuando la unidad militar emprende una marcha de entrenamiento por la muga, que se inició con tiempo otoñal bonancible. Como un mal presagio, la niebla espesa se apodera de los barrancos y montes por donde evolucionan los militares. El altímetro da informaciones contradictorias con la idea del terreno de los oficiales. Se pierden las conexiones por radioteléfono. Se emprende una marcha épica bajo la niebla y la lluvia, a través de parajes de bosque denso, por arroyos y cañones, como la pasarela que salva, a 200 metros de altura, las Gargantas de Holzarte. Así, como en las epopeyas clásicas, un pastor aparece y anuncia la proximidad de la localidad de Larrau. La compañía se había pasado a la vertiente francesa.

Donde se corta la imagen está Larrau (1). Puerto de Larrau (2)
Podrían haber concluido en este punto las desventuras de aquellos soldados, pero el aparente refugio es solo un acto más de la tragedia que se va fraguando. La unidad decide abandonar el lugar a la mañana siguiente. Son solo 12 los kilómetros que separan Larrau de la muga, donde camiones recogerán a los soldados, exhaustos tras la marcha de 12 horas del día anterior y una noche de perros en la escuela del pueblo francés.
La marcha empieza, bajo la lluvia, a buen paso y con ánimo, pues los soldados ven cerca el fin de sus penalidades. Tras 5 kilómetros de marcha, a 900 metros de altitud, la lluvia se convertirá en aguanieve; a 1100 metros el aguanieve se hace nieve copiosa y la ventisca es fortísima. La unidad avanza difícilmente todavía hasta la cota de 1400 metros. Algunos soldados empiezan a dar muestras de agotamiento. La unidad llega donde termina la carretera francesa. Es preciso cubrir, aún, más de un kilómetro hasta dar con la carretera española y los camiones. La situación es dantesca: una niebla densa es dueña de las altitudes, el viento asfixia y ciega, el frío y la nieve muerden y los primeros signos de congelación aparecen.
El capitán toma la decisión de desandar poco más de un kilómetro, hasta una borda en que dar refugio a la unidad. Será un paseo entre la vida y la muerte. Hay soldados dispuestos a abandonarse a una suerte dulce. Los más enteros, tratan de fortalecer el deseo de vivir de sus compañeros y aúpan a quienes van agotados o medio inconscientes. Este será un día de nombres propios.
El soldado ALZURI se echa a hombros a un compañero porque nadie hay ya con fuerzas para tomar el otro cabo de la camilla. El teniente Luis PALACIOS ZUASTI descerraja con un CETME los cierres de la borda donde muchos se guarecerán y encontrarán la salvación. El cabo, Carlos IZQUIERDO BALSATEGUI, y el soldado ,Jesús SANTAMARÍA BARBERO, dan su vida, tras un esfuerzo sobrehumano, a cambio de salvar muchas. El teniente paracaidista Feliciano BARTUAL y los sargentos ESPINAZO y PASCUAL hacen un regreso descomunal a Larrau, volando virtualmente, para organizar el auxilio. En la otra vertiente, el teniente Ladislao MILLÁN MONTOYA ha conseguido acercar los camiones a la muga, bajo las más desfavorables condiciones atmosféricas, en espera de sus compañeros. El capitán Joaquín CALVO FERNÁNDEZ llega a la borda con los últimos soldados. Lleva  a hombros al soldado Cecilio GARCÍA LASTRA y tiene que parar a cada seis pasos ahogado por la ventisca. Allí cae exhausto y sus soldados lo reaniman.
Me pregunto de dónde saca el hombre las fuerzas para dar esos seis pasos que separan la muerte de la vida. Instinto de supervivencia, abnegación, el recuerdo de los hijos… En esta perspectiva, creo que las consideraciones de carácter reglamentario resultan absurdas. No obstante, me quedo con la conclusión del auditor de la causa, forjada en lapidario estilo castrense:
«Desde el capitán de la compañía hasta el último soldado, todos estuvieron a la altura de las circunstancias»
En recuerdo del capitán Joaquín Calvo Fernández y de todos los que padecieron la tormenta de nieve del 24 de octubre de 1964 en la Sierra de Abodi.
***
Diario de Navarra dio la terrible noticia los días 25 y 27 (el 26, lunes, no hubo periódico)

En este blog de la Compañía de Esquiadores-Escaladores (de donde he sacado algunas emotivas fotos) se añaden unos detalles muy precisos:
"Sorprendidos por una fuerte tormenta de nieve lograron, con gran esfuerzo, refugiarse en Francia. En un intento de regresar a territorio español sufrieron, de nuevo, el viento y la nieve, dispersando a la unidad y produciéndose la trágica muerte de 4 soldados y un gran número de heridos con graves congelaciones. Servicios de rescate franceses y la población de la zona acudió en su auxilio lo que impidió que la tragedia fuese mayor."
Pequeñas correcciones
1. El 24 de octubre de 1964 fue el día en que se clausuraron las olimpiadas de Tokio.
2. La tragedia no fue en el Abodi, sierra netamente navarra (por todas sus vertientes), sino en la vertiente francesa de la zona del Pico de Orhy. Curiosamente, los titulares del Diario de Navarra también hablan de "la tragedia del sábado en Abodi"

Necesidad de información
1. No he conseguido saber cuántos soldados iban en esa Compañía de la División Navarra 62. 
Recuerdo que, cuando yo hice milicias, en mi Compañía éramos justo 100. Miro en Wikipedia, y me dice que "Una compañía, en el ámbito militar, es una unidad militar de infantería o ingenieros integrada por 70-250 hombres,.. Está típicamente mandada por un capitán".
Sí sé que hubo cuatro muertos y gran número de heridos (sin precisar) por congelaciones.
2. Por otra parte, ninguna de las páginas que tocan esta terrible tragedia da una explicación de por qué la Compañía no se quedó en el pueblo de Larrau hasta que mejorara el tiempo y los soldados se recuperaran.
El propio Joaquín dice:
"La unidad decide abandonar el lugar (Larrau) a la mañana siguiente. Son solo 12 los kilómetros que separan Larrau de la muga, donde camiones recogerán a los soldados, exhaustos tras la marcha de 12 horas del día anterior y una noche de perros en la escuela del pueblo francés."
"Son solo 12...". Según mis datos, son 14,9 km y un desnivel de más de 1.000 metros (Larrau pueblo, 506; puerto de Larrau, 1579). Quince kilómetros se pueden hacer en tres horas, pero con mil metros de desnivel, ya son 4 ó 5 horas. Y con ese tiempo de perros...
"Tras 5 kilómetros de marcha, a 900 metros de altitud, la lluvia se convertirá en aguanieve; a 1100 metros el aguanieve se hace nieve copiosa y la ventisca es fortísima..."
Ahora ya sé dónde está (pincha) esa cruz conmemorativa
Como veis, ya se están metiendo en la boca del lobo.
"Después de visto, todos somos muy listos" y vemos claro que había que dar la vuelta. Pero lo terrible es cuando eres tú quien debe tomar la decisión, "antes de visto" y con los datos que tienes.
Estoy convencido de que en la causa abierta se habrían dado las explicaciones pertinentes y que esas razones habrían sido aportadas a las familias más afectadas y a los medios de comunicación para información general.
Pero no he sabido encontrar esa información. A ver si alguien nos puede ayudar.

jueves, 25 de octubre de 2018

Ordenanza euskera: con la música a otra parte


El pasado martes 23, Asirón presentó el borrador de la nueva ordenanza "reguladora de la utilización y del fomento del euskera en el ámbito del Ayuntamiento de Pamplona y su sector público institucional".
Dicha propuesta, desde ayer y durante un mes está abierta a las sugerencias de los vecinos a través de la web municipal, y el ayuntamiento quiere llevar al pleno del mes de diciembre.
Tienen prisa porque se les acaba el tiempo y quieren dejar este tema bien atado para futuras corporaciones.

Patadas a la Gramática Española
Más vale que sólo es un borrador pero, por tres veces, aparece la expresión "apuesta porque" ('porque' junto, en lugar de separado):
  • "Se apuesta porque el Ayuntamiento y el sector público institucional dispongan de los recursos técnicos y humanos necesarios" 
  • "El texto apuesta porque en los medios de comunicación de titularidad o gestión municipal (radio, revistas, boletines, medios digitales, redes sociales...) se utilicen las dos lenguas en la misma medida". 
  • "Se apuesta porque los programas y actividades de carácter educativo".

Yo apuesto POR QUE se lean detenidamente "Pichorradicas lingüísticas", especialmente el apartado "Porquerías". Y daría lo que fuera POR QUE lo corrigieran (pero ya veréis cómo no).
¡Que ninguno de los tres que presentaron el borrador conozca estas pichorradicas elementales de la Gramática! ¡Ah, claro, que es española!

El euskera, lengua propia
El primer artículo de la ordenanza propuesta señala que "el castellano y el euskera son lenguas propias de Pamplona".
El hecho de que el euskera sea "lengua propia de Navarra" no autoriza a decir que, por tanto, es "lengua propia de Pamplona, Tafalla, Tudela...". Asiron se ha equivocado (a posta) de zona y ha situado a Pamplona en medio de la zona vascófona, “pasando por encima de la realidad social de la ciudad”.
Recordemos que el último estudio publicado por Klusterra Soziolingüístika 'VII medición del uso de las lenguas en la calle', presentado en la Universidad Pública del País Vasco da para Pamplona un uso de 2,9% para el euskera.
Recordemos que el euskera dejó de ser la lengua (mayoritaria, característica, por antonomasia...) de Pamplona hace ya más de tres siglos.
Recordemos la frase de Moret, confesor en vascuence de San Cernin, referida al año 1645: "de quinze que confiesa, sólo uno será en basquence y los demás en Romance", frase que Asirón intentó rebatir en mi blog (cuando ni siquiera Jimeno Jurío lo había conseguido), haciendo el ridículo más espantoso.

(Navarra.com)
Igualdad castellano-euskera
Y sigue el primer artículo de la ordenanza: "y que ambas se utilizarán en pie de igualdad en el ámbito de la administración municipal". 
Y continúa: "Así se propone, en primer lugar, que cuando un texto sea a dos columnas, a la izquierda figure el texto en euskera y, a la derecha, el texto en castellano: y cuando la disposición sea en vertical, en la parte superior se escribirá en euskera y en la parte inferior, el texto en castellano".
¡Toma igualdad! 
¿Qué diríamos si, en el tema del amor, de la relación hombre-mujer... se siguiera ese mismo guión? ¡Vaya aburrimiento!

Los garbanzos
Pero todo esto son discusiones bizantinas hasta que afectan a tu puesto de trabajo.
Estoy pensando en la Escuela Municipal de Música Joaquín Maya.
En este comunicado (os lo podéis descargar para leerlo más tranquilamente) se refleja el problemón que se les venía encima en Septiembre, para el comienzo del curso: 723 preinscripciones para sólo 174 plazas.

¿Cuál ha sido la respuesta de este Ayuntamiento? ¿Contratar más profesorado? No: cargar a los profesores con más alumnos. Sé de alguien que ha tenido que aceptar, sin rechistar, 100 alumnos más de los que le correspondían.
Pero, además, el Ayuntamiento ha utilizado al alumnado que ha pedido solicitud en impreso bilingüe (una séptima parte) para cambiar la ordenanza.
Frente a la ordenanza anterior que hablaba de dar pasos para “posibilitar” una línea de enseñanza de lenguaje musical en vascuence, ahora dice que esas plazas se van a ofertar en euskera tanto en Iniciación, como en Lenguaje Musical, y en las enseñanzas que se desarrollen en grupo. Igualmente se habla de un “especial fomento” de las manifestaciones culturales propias de la cultura en euskera.
Con lo cual, profesores que llevan 8, 10, 15 años, esperando a que oferten la plaza que ocupan para presentarse, no pueden hacerlo porque, al ser la plaza en euskera, no tendrán el perfil exigido.
Y con el plus de horas de trabajo, a ver quién saca tiempo para obtener dicho perfil.
En resumen, no es que vean peligrar su puesto de trabajo, no. Es que se ven en la p... calle. 
Desde este blog animamos a quienes se vean afectados a que presenten denuncias ante los tribunales, bien, individualmente o, mejor, a través de los sindicatos.

Actualización 26.10.18
Acabo de recibir un correo en el que la Directora de la Escuela de Música Joaquín Maya comunica que:
Tenemos el compromiso de la Dirección de Recursos Humanos del Ayuntamiento de Pamplona de que no se va a proponer ningún cambio de perfiles lingüísticos de las plazas de Escuela de Música. En la propuesta de OPE presentada oficialmente se recoge exclusivamente el requisito de Euskera en la plaza de Lenguaje Musical que ya lo tenía asignado.
Por lo tanto, el profesorado que actualmente ocupa plazas en la Escuela en interinidad y cuyas plazas van a ser convocadas a oposición, SÍ puede optar a presentarse.
Pamplona, 26 de octubre de 2018
María Arratibel Aramburo
Directora de la Escuela de Música Joaquín Maya

Una buenísima noticia, si se cumpliera

martes, 23 de octubre de 2018

Recuperar el asca de Santo Domingo (act.)

Actualización 12.11.18
Desde el día 23.10.18 que publiqué esta entrada, son varios los pequeños hallazgos que he ido logrando y que, puntualmente, he ido documentando en el álbum titulado "Asca de Santo Domingo. Primer tramo Encierro".
A) El más importante es que, gracias a esta búsqueda de fotos del asca, he dado con una en la que aparece lo que yo creo que son ambulancias del Hospital José Antonio durante la Guerra Civil. A este tema le he dedicado la entrada "Cuesta de Santo Domingo, durante la guerra".
B) Otro descubrimiento ha sido que en 1946 estuvo un francés de Aquitania sacando fotos del encierro, en las que aparece el asca. Estaba tan cerca de la cámara del nodo, que hasta aparece en él. También le hemos dedicado una entrada, 1946: un francés en Santo Domingo.
C) Por fin he conseguido saber cuándo quitaron esa asca decimonónica (por lo menos) que aparece en la imponente imagen de portada. La veíamos en la foto de Inge Morath, de 1954, y en el nodo de 1956 ya no está. Vi que ese último año adecentaron las paredes del Corralillo de Santo Domingo y ese detalle me ha puesto en guardia para descubrir su eliminación. Una pena. Era alcalde Javier Pueyo Bonet (que también acabó con el asca de la Plazuela de la O), antecesor de Miguel Javier Urmeneta (1958-64), quien tuvo el buen gusto de construir el Caballo Blanco. Estoy convencido de que, si el asca llega a aguantar un año más, habría formado parte de los encierros imaginarios que hacía, en ese primer tramo, con mi amigo Francisco. Y, no lo dudéis, de mis recuerdos.
Por cierto, mirando la foto, veo que no ha quedado enterrada bajo las piedras actuales, sino que fue eliminada sin contemplaciones.
D) Una cosa graciosa que he descubierto es que para la grabación de "Sucede en San Fermín", de García Serrano, en 1956, ya habían quitado el asca y al bueno de Matías Prats no le avisaron. Mirad:


Y ahora, unos pequeños detalles que vienen muy bien para fechar las fotos:
E) El portón que da a las huertas del Hospital Militar, en la foto de Julio Cía (1934) aparece sin tejadillo, mientras que en las posteriores siempre aparece.
F) En la foto de Inge Morath (1954) aparece por primera vez un cubierto, pegado -por detrás- a la tapia escalonada, más alto que ella y que mantiene su horizontalidad.
G) La horrible farola (en muchas fotos, paralela a la estela del cohete) la he encontrado por primera vez en 1967 y, por última, en 1976.
Como veis, estamos trabajando con ahinco por conocer cómo fue el pasado de este primer tramo del encierro. Y seguiremos insistiendo para que la próxima corporación (que, esperemos, sea más atenta que la presente) valore la posibilidad de rehacer esa humilde asca. 
Y así, el Día de Santiago, Patrono del Arma de Caballería, una de las celebraciones podría ser llevar a abrevar a los caballos a la recuperada (¡ojalá!) asca de Santo Domingo, recreando la foto de fines del XIX.

1. Finales del XIX (20.01.1877)
Alguien ha avisado (Ver foto de portada) de la presencia del fotógrafo (¿quién será?), que pasa más desapercibido en la imagen de la derecha (que tiene que ser inmediatamente anterior).
Dicen que es de finales del XIX y la presencia del Portal de la Rochapea nos asegura que, por lo menos, es anterior a 1914, cuando empezó su derribo.
Actualización 26.07.19
"Al final de la Bajada de Santo Domingo se instaló, por acuerdo municipal del 20 de enero de 1877, debajo del Hospital General, un abrevadero que ha persistido hasta 1954." (Arazuri, Pamplona calles y barrios... tomo III pág. 174)
Llama la atención que no se vea la garita que hoy estamos habituados a contemplar y que se encuentra en el Paseo de Ronda, por lo menos, desde los años 20-30. Quizás, lo que hicieron fue trasladar la garita blanca que vemos encima del Portal, a la izda.
Curioso el aplique que sujeta a la lámpara, con esas bolitas, y que -en versión más sencilla- podemos ver en el Redín (pincha), en 1933 y en la actualidad.
La operación de abrevar, en formación militar (dos filas ordenadas), llama la atención de esos chavales con sus característicos blusones (pincha).

Las palabras
Pero la protagonista de esta entrada es el asca. J.M. Iribarren: [Abrevadero (Pamplona, Montaña...); Gamella o artesón (Erro, Aoiz, Salazar Roncal, Pamplona). Del vasco aska].
Desde mozo me llamó la atención una zona de la Peña Izaga que en los mapas de entonces venía como 'Sambelles'. Hace unos 20 años, asesorado por Javier Eslava (sempiterno alcalde de Idocin y compañero de Ibaialde) descubrí lo que hoy llaman Fuente de las Gambellas (por cierto, en muy mal estado), una sucesión, en cuesta, de pequeñas ascas en fila, originalísima. A ver si alguien nos trae una foto. De ahí, por corrupción, 'Sambelles'.

Preguntas sin respuesta (de momento)
En ninguna de las imágenes alcanzo a ver un grifo, y sí una tubería que baja desde el tejado de la Capilla (del hoy Museo y antes Hospital) para recoger en el asca el agua de lluvia.
Por tanto su origen -que desconozco (desconocía: 1877)- no tiene por qué estar relacionado con la traída de las aguas a finales del XVIII.
En las fotos que presento se ve el asca desde fines del XIX hasta 1954. Y luego hay una foto sin datar, pero que puede ser de finales de los 60 en la que se ve que ya no está.
¿Alguien sabe cuándo desapareció exactamente? (sí, 1954, tras los sanfermines) ¿Sabe alguien por qué motivo se quitó? En Pamplona se quitó la de la Plaza del Vínculo (pincha foto) por comprensibles motivos urbanísticos, pero se han mantenido la de la Cuesta del Labrit (que ocupa acera), la del Vergel... ¿A quién le podía molestar esa asca que ni siquiera ocupaba un trozo de la acera? En algún sitio he leído que esa asca hasta sirvió de refugio a algún mozo en apuros que se zambulló en ella.
Mirando la primera y la tercera foto, no es difícil sospechar que el asca está prisionera bajo esas hileras de piedras y lo poco que costaría volver a sacarla a la luz (¡asca, askatu!).


Años 20
Las dos son de Rouzaut; la de la izda es de 1927, y la otra por el escaso número de corredores, no andará lejos (1923). Excepto por algunos detalles, casi podrían ser del mismo encierro.
Nos viene de maravilla para ver el asca desde dos puntos opuestos y que se ven mutuamente. En la de la izda se ve al público observar el encierro desde el Paseo de Ronda, un poco apartados por el vigilante (supongo) que, imprudentemente, azuza a la torada en la dcha.

Años 34-54
1. Julio Cía. 1934.
Esta foto del Archivo es de Julio Cía. Los árboles, sin hojas, permiten ver cómo era la fachada y la entrada a la Capilla del Hospital, tras el cual vemos el pabellón blanco.
El asca sigue, como siempre, sin ocupar la acera.
Y el aspa nos señala dónde habría que trazar la línea, perpendicular a la calzada, donde estaba el Portal de la Rochapea.
Sujeto a la pared del edificio de la derecha, vemos el aplique "tipo Pamplona", con sus bolitas, como en la imagen de portada de esta entrada.
2. 1953, Arazuri.
Vamos a 1953. Sacada desde el mismo sitio que la anterior, o sea, apoyando los codos en los soportes de piedra que separan y sujetan dos tramos de barandilla, vemos, a través de los árboles podados y de los andamios, que ya han colocado la fachada, en forma de retablo del siglo XVII, procedente de una iglesia, que estaba situada en la calle Mayor, enfrente de la iglesia de Santiago, de Puente la Reina.
El asca, impertérrita, va dejando pasar los años.
Aunque la escasa calidad de la imagen no permite apreciarlo bien (se ve mejor en la siguiente), ya han tapiado el Paseo de Ronda.
3. Inge Morath. Sanfermines 1954.
Calidad excepcional, pincha para verla en todo su esplendor. La estela del cohete, la tapia que antes no veíamos, la falda con estampado de ojo de gallo. Impresiona el público, estirando las cabecicas para ver algo.
Fijaos hasta dónde bajaban los corredores en esos años y se entiende que alguno, apurado, haya recurrido a sumergirse en el asca o -mejor- saltar al escalón superior, encima del asca.
Ésta, de Inge, es la última foto que he encontrado con el asca presente. Pero seguro que habrá más (repasar Actualización, C).

Finales de los 60
No he conseguido ni datar ni el autor de esta imagen, pero fijaos en el drástico cambio en la indumentaria de los corredores. He puesto 'finales de los sesenta' porque es en blanco y negro y porque no veo al Boti, pero el Hospital Militar (con esa pared) dejó de usarse en 1976, y se mantuvo como en la foto durante varias décadas hasta que fue destinado el edificio a Departamento de Educación en 1994, cuando se hizo una rehabilitación en profundidad, como se ve en la foto de la derecha
De todos modo, ésta es la primera foto, desde la de Morath, en la que ya no se ve el asca (pincha en la foto).

Nota: He subido a Face un álbum de imágenes de esta zona para que nos ayuden a fecharlas

lunes, 22 de octubre de 2018

"La vuelta del misionero" (J.L. Carreño)


Siempre me ha gustado, por muy sencilla que sea una canción, saber quién es el autor. Y en este caso con más motivo, por la simpatía que desprenden los versos:
"Si le veis con la barba florida,  si le veis tostadito del sol, 
dadle todos cordial acogida porque es un misionero español".
Cuando se la escuché a mi amigo, que estudió en los Salesianos de Pamplona, me quedé hipnotizado. No la había oído en la vida y, tras saborearla, me propuse desentrañar el misterio de su autor.
Y di con él gracias a esta página: "¡Cómo nos gustaban las canciones misioneras del padre Carreño!"

Unas pinceladas sobre el autor
La sorpresa ha sido morrocotuda. Un salesiano, nacido en Bilbao, misionero durante casi 30 años en la India (seguro que habría conocido allí a mi tío Narciso), 5 años, de propina, en Filipinas y que, por problemas de salud, tuvo que volver a España. Y recaló en Pamplona en el 67, donde falleció en 1986.
Estamos hablando de José Luis Carreño Echeandía, 23 registros en la Biblioteca Nacional (temas misioneros, salmos..,), mi­sionero salesiano, vicario general y provincial de la diócesis de Madrás, fundador de seminarios sa­lesianos en India y Filipinas, escritor, músico... y un experto mundial en la Sábana Santa.
Nada más llegar a Navarra, pidió al Arzobispo algún local para acoger a los misioneros (había muchos navarros) que, como él, ya no podían estar en primera línea. 
Itziar y Jorge
Quizás en ese momento se acordó de la canción que compuso en los años 50: "La vuelta del misionero" y que hoy vamos a escuchar. Quería un local donde acoger con dignidad al misionero que vuelve, para fomentar nuevas vocaciones, para conseguir un relevo.
El Arzobispado les cedió la casa parroquial de Alzuza. Y en ella el Padre Carreño empezó a recibir la visita asidua de su hermana Itziar (tiene también otra hermana...), acompañada de su esposo, un tal Jorge. Itziar y su esposo se enamoraron de Alzuza y dejaron en Navarra su patrimonio: la Fundación Museo Jorge Oteiza.

Recuerdo personal
Sería por mis años de universidad (68-72). Al pasar por el local de García Castañón (creo) de la CAM, me llamó la atención un letrero de una exposición sobre la Sábana Santa. Estábamos muy pocas personas y el sacerdote que la presentaba nos hizo una soberbia 'visita guiada' por todos los paneles de la exposición. ¿Quién podía ser ese cura, sino el Padre Carreño?

La canción y los intérpretes
Superan, de sobra, los setenta. La aprendieron y la cantaron entre los años 1955-60.
Todos los años se reúnen en un restaurante y rememoran aquellos tiempos de adolescencia y juventud en los Salesianos de Pamplona, donde la mayoría estuvieron internos. Y en la sobremesa cantan, nostálgicos, "La vuelta del misionero", del Padre Carreño.
Este año les ha fallado el que suele llevar la batuta y los pone firmes. Y el bueno de Aquilino se las ha visto para poner un poco de orden en aquel gallinero.
Pero, bueno, me han prometido que para el año que viene (que vendrá el Andueza) pondrán toda la carne en el asador.

 La vuelta del misionero

(José Luis Carreño)

 1. Si le veis con la barba florida,
si le veis tostadito del sol,
dadle todos cordial acogida,
porque es un misionero español.
Fiebres, almas, desiertos y arenas
le han causado temprana vejez;
pero hoy, joven, olvida sus penas
y brinca en sus venas la sangre otra vez.

Ya ha llegado el misionero;
ya volvió de tierra extraña,
y otra vez cruzó el mar fiero
para ver el sol de España.
Una santa viejecita
su visita esperará;
ya no llores mujer,
olvida tu ayer
porque al fin ha vuelto ya.
ya no llores mujer etc...

2. Al salirse dejó en su casita
un pedazo de su corazón;
y hoy ha vuelto por ver si palpita
con anhélitos de redención.
allí esta con su cruz y bandera,
allí esta con su cruz y su fe; 
 y a su madre fue corta la espera,
que es más misionera
que aquel que se fue.
Ya ha llegado el misionero etc...

3. Ya lo sé, la visita es muy corta;
mi llegada ya sabe de adiós;
pues un beso te he dado, no importa
si ya tiempo no habrá para dos.
Siempre fueron muy cortos los besos;
pero los que guardé para ti,
en el cielo sin fin van impresos;
que besos como esos,
se dan sólo allí.
Ya ha llegado el misionero etc...

4. No me llana el solemne desierto
ni el zumbido del cuatrimotor;
es la voz del Señor en cruz muerto,
que me arrastra a la gesta de amor.
Ya me vuelvo a la grande faena,
reza tú que allí brille la Fe;
cuando acabe la vida terrena,
a ti, madre buena,
juntito estaré.
Ya ha llegado el misionero etc...

domingo, 21 de octubre de 2018

Detenciones (¡por fin!) tras la agresión del Chupinazo 2018


"Agresión en el Chupinazo 2018". Así titulaba yo la entrada dedicada a lo que había ocurrido durante el chupinazo. Y mostraba un vídeo en el que se veía claramente cómo una manada, con la gorra identificativa de "Gorra Euskadi", la emprendía a golpes contra un joven.
Y decía:
"Las imágenes que os presento... son claras y muestran una agresión pura y dura. Esperemos que se tomen las medidas adecuadas porque, en Pamplona, ninguna agresión -sea del tipo que sea- debe quedar impune."
Al poco tiempo, recibía esta lindeza de un tal "jtk Miranda":
"Tu sola presencia si que es una agresión a Iruñea. Eres un impresenteble Mendiburu, un fascista. Hoy hace 40 años que la ciudad de Iruñea sufrió un ataque indiscrimandopor parte del Estado español y mataron a German Rodriguez y dejaron más de 100 heridos, muchos de ellos, de bala. Que un fascista como tu señale a unos jovenes pidiendo que se tomen medidas habla mucho de ti. Eres escoria Mendiburu, tú y todos los upeneros naburrisimos."
¡Y yo, ignorante de mí, pensando que el Chupinazo -día 6, no 8- era para dar un alegre comienzo a las Fiestas de San Fermín! Ya sólo le faltó decirme lo que hace una semana me dijo un tal Isma Zarranz: "tú eres algo peor, un pobre idiota carlistón y nostálgico del que se ríen sus propios correligionarios. Pamplona es muy pequeña y nos conocemos todos".
Y durante una temporada siguió Miranda con sus lindezas, pero luego se aburrió y paró.
Ayer, tres meses después de los últimos piropos, recibo de nuevo del tal jtk Miranda un: "@Patxi Mendiburu rata". 
"¿Y esto, ahora, a cuento de qué?", me pregunto.
Cuando, a la mañana siguiente, abro el DN, encuentro la respuesta:

"8 detenidos en Pamplona acusados de desórdenes públicos en el chupinazo
Policía Nacional y Policía Municipal arrestaron  a varios implicados en una pelea entre personas  con distintas banderas
DN Pamplona 
Una operación conjunta desarrollada por Policía Nacional y Policía Municipal de Pamplona se saldó ayer con ocho personas detenidas en la capital navarra como presuntas autoras de un delito de desórdenes públicos cometidos el 6 de julio en la plaza del Ayuntamiento. Los arrestos se corresponden con unos incidentes ocurridos en la Plaza Consistorial durante los momentos previos al chupinazo de este año, en los que un grupo de jóvenes con ikurriñas y pancartas a favor de los presos de ETA y de los condenados por la agresión a dos guardias civiles de Alsasua pretendían acceder a la Plaza Consistorial cuando se produjo un enfrentamiento con otras personas que ya se encontraban allí esperando el lanzamiento del cohete de inicio de las fiestas. Este grupo intentó abrirse espacio entre la muchedumbre que llenaba la plaza del ayuntamiento pamplonés esperando el chupinazo, lo que generó una situación de tensión en la que se produjeron varios puñetazos hasta que, finalmente, otras personas mediaron para evitar que el incidente fuera a mayores.
Ante estas detenciones, Sortu señaló en un comunicado que estos hechos “solo benefician al Régimen”. La formación política se preguntaba en la nota “a quién benefician estas detenciones impulsadas por la Judicatura en Pamplona”, para a continuación señalar que parece “obvio” que a “aquellos sectores que pretenden ponerle palos en las ruedas al proceso de cambio en Iruñea y Navarra”."

A veces, Diario de Navarra...
1. Una pelea entre personas  con distintas banderas...
Mirad las imágenes y decid qué otras banderas veis, aparte de las de los agresores
2. Pretendían acceder a la Plaza Consistorial, cuando se produjo un enfrentamiento con otras personas
Esos no pretenden acceder. Desde hace décadas, acceden a empujones, y punto. Para que haya enfrentamiento, tiene que haber otras personas que les hagan frente. Estos, una vez "accedidos", se mosquearon porque la Plaza Consistorial les cantó "Que Viva España", del gran Manolo, y la emprendieron a golpes contra el primero que les comentó algo así como: "¿Por qué no nos dejáis celebrar el Chupinazo?", por ejemplo.
3. Se produjeron varios puñetazos
Los puñetazos, en este caso, no se produjeron solos. Alguien, el agresor, arropado por una manada, los propinó, y una víctima, casi sola, los recibió.
4. Ante estas detenciones, Sortu...
Munárriz (izda.),  el edil Aritz Romeo,  Joseba Asirón,
 y el director de Seguridad Ciudadana, Xabier Ibáñez.
¿Y qué nos importa lo que diga Sortu? Aunque a todos nos indigna que DN sólo ponga las opiniones de Sortu sobre las detenciones, en este caso, DN -que no da puntada sin hilo- hace muy requetebién al señalar que es Sortu, y no Bildu, quien hace esas declaraciones. Porque estas detenciones son una operación conjunta desarrollada por Policía Nacional y Policía Municipal de Pamplona. Habéis leído bien: Policía Municipal, porque, bajo el mando del alcalde, corresponde al jefe de la Policía Municipal la dirección operativa del cuerpo. En definitiva, es Asirón quien ha dado el visto bueno al Jefe Jesús Munárriz para las detenciones de sus cachorros. De ahí que haya sido Sortu, y no Bildu, el encargado de decir las tonterías habituales (.. estos hechos “solo benefician al Régimen”).
Así pues, aunque ya han pasado tres meses y medio (106 días) desde la agresión del Chupinazo, aunque las imágenes de la agresión fueron captadas en directo por multitud de medios informativos y los miembros de esa manada tenían que haber sido detenidos momentos, minutos, algún día.., después del Chupinazo... enhorabuena por esas detenciones a la Policía Nacional y, sobre todo, a la Policía Municipal (por su profesionalidad e independencia).
Detenciones que nos ayudan a seguir pensando que en nuestra ciudad ninguna agresión -sea del tipo que sea- debe quedar impune, y que "el que la hace, la paga".
Algunos comentarios de Face. Gracias a todos por vuestro apoyo.

viernes, 19 de octubre de 2018

J.I. Palacios: "Hice el bachiller en el Ximénez" (años 60)

1960 El profesorado,antes de que se abriera el El Caballo Blanco
Agradablemente sorprendido por este magnífico artículo de José Ignacio Palacios, en el que alaba la calidad y laicidad de la enseñanza pública en el Ximénez de Rada, donde hizo el Bachiller en los 60.
Al final, tenéis un emotivo recuerdo las que lo hicisteis en el Príncipe de Viana.
No puedo evitar enlazar algunos comentarios entrañables de Face
***
El 18 de agosto de 2001 fallecía en un trágico accidente Joaquín Romera Gutiérrez, profesor del I.E.S. “Plaza de la Cruz” y compañero mío que fue durante siete cursos, desde primero de Bachiller hasta Preuniversitario en ese mismo edificio que entonces albergaba dos Institutos: el femenino – “Príncipe de Viana”- y el masculino –“Ximénez de Rada”-. Cuando el Director del Instituto, Julio Urtasun, me habló de la publicación que en recuerdo a Joaquín tenían en proyecto me pidió que colaborase en ella. A partir de ese momento mi memoria empezó a volar y el resultado fue este trabajo, que se publicó en el libro que lleva por título “Joaquín Romera Gutiérrez, In Memoriam”, que vio la luz en los primeros meses de 2002. 

MEMORIAS DE OTRO TIEMPO 
Santo Tomás: “desayuno para seiscientos” en el Café Iruña
El mundo estaba inmerso en plena guerra fría, hacía pocos meses que se había alzado el Muro de Berlín y Kruschev y Kennedy medían sus fuerzas en Bahía de Cochinos (Cuba). La Europa de los seis, la que con los años se convertiría en la Unión Europea, estaba echando a andar. La Iglesia Católica entraba en el Concilio Vaticano II que había sido convocado por el Papa Juan XXIII. Yuri Gagarin, el primer astronauta, ya había estado en el espacio. La España de la autarquía estaba dando paso al I Plan de Desarrollo que haría poner en marcha nuestra Economía y nos haría salir del subdesarrollo. Navarra era una región rural, agrícola y ganadera, y Pamplona una capital provinciana de cerca de 100.000 habitantes en la que se estaba terminando el II Ensanche, la Chantrea y la Milagrosa, y en la que la moda era abrir cafeterías (Florida, Miami, Nevada, Jamaica, Maxi) y cines comerciales, como el Carlos III, Arrieta u Olite, o de colegios, como el Champañat o el Loyola. 

 Corría el año 1962 y todos los niños (y niñas) que en ese año cumplíamos diez teníamos que hacer, en las convocatorias de junio o de septiembre, el examen de ingreso en los Institutos de Enseñanza Media y, si lo aprobábamos, al curso siguiente emprendíamos la enseñanza secundaria, que constaba de dos partes, la primera de cuatro años  que culminaba en una reválida con la que se lograba el título de bachiller elemental y, la segunda, tras haber optado entre ciencias o letras, de otros dos con otra reválida, en la que se alcanzaba el título de bachiller superior. Después, y para los que querían acceder a la Universidad, estaba el curso preuniversitario (el Preu) y la prueba de fuego, y para muchos su primera salida de casa, el viaje a Zaragoza donde había que hacer el  examen en su Universidad, pues Navarra pertenecía al distrito universitario de Zaragoza. 

 Una vez superado el examen de ingreso los padres tenían que escoger el centro escolar de sus hijos. Entonces no era como ahora que la mayoría de los colegios están concertados, por eso lo primero que tenían que hacer era optar entre la enseñanza pública, con lo que la única opción era el Instituto, o la privada, en uno de los 25 colegios privados de carácter religioso que había en Navarra. Los colegios eran de pago, y unos costaban más que otros, por lo que si se decidían por esa segunda opción, a la hora de escoger el centro tenían que tener muy en cuenta su disponibilidad económica siendo éste, en la mayoría de los casos, el criterio determinante para inclinarse por uno u otro. En esa época era fácil conocer el status económico por el colegio al que se iba. El poder adquisitivo era un tamiz que colocaba a cada uno en el lugar que le correspondía, no era igual estudiar en Jesuitas, Maristas, Escolapios, Salesianos, etc. etc.  En Pamplona solamente había un Instituto masculino, el Ximénez de Rada, y otro femenino, el Príncipe de Viana, que eran dos hermanos mellizos que compartían un edificio, el de la Plaza de la Cruz, que había sido inaugurado en el curso 1944-45. Y en ese año, 1962, echaron a andar sus respectivas secciones filiales. 

Las diferencias entre los colegios y el Instituto eran varias. El Instituto era interclasista, en la misma clase podía estar el hijo del embajador, del médico afamado o del catedrático de universidad junto con el del peón de albañil o agricultor más pobre que podían estudiar gracias a las becas del P.I.O. (Patronato de Igualdad de Oportunidades) y todos eran iguales.  

De izda. a dcha. 1. Asensio (dibujo)  2. Josefina García Gainza
 (fil.) 3. No sé 4. Pilar Zuasti  5. Josefa Cereza  6. Lolita Jaurrieta
                      
Cortesía de JIPZ
Otra diferencia clara, era que en el Instituto las clases eran impartidas por profesores que al menos eran licenciados en la materia que explicaban y, la mayoría, con una oposición ganada (cuentan que una vez abordaron a un profesor, cuyo nombre aparece en estas memorias, en la galería central y le preguntaron: ¿Es usted el catedrático de … por casualidad?, a lo que éste respondió: por casualidad no, por oposición y muy reñida) por lo que pertenecían al cuerpo de Catedráticos o Agregados de Instituto, cosa que no sucedía en los colegios, en donde los profesores tenían el hábito … y poco más. 

Por otro lado, mientras que en los colegios se imponía la religión a machamartillo y se obligaba a ir a misa y otras funciones religiosas a horas muy tempranas con el consiguiente madrugón y se imponían sanciones a los que no iban, en el Instituto no había más formación religiosa que la asignatura de Religión, que era una de las llamadas “marías” (junto con la gimnasia y la Formación del Espíritu Nacional), que nos la daba don José Vera o don Ignacio Astiz, y en la que el aprobado general estaba asegurado. 

También nos diferenciábamos en las vacaciones de verano, ya que a los del Instituto nos las daban en los últimos días de mayo, pues el mes de junio se dedicaba a los exámenes de los alumnos libres, con lo que teníamos cuatro meses largos de holganza, mientras que en los colegios terminaban hacia San Pedro y empezaban el curso a mediados de septiembre. 

Y ... otra diferencia era que mientras que en los colegios se libraba el jueves por la tarde, en el Instituto lo hacíamos en la del sábado. En esa época no había llegado todavía a este país la semana inglesa, ni la cultura del fin de semana y lo normal en oficinas y empresas era trabajar el sábado, por la mañana y por la tarde. ¡La fiesta, el descanso semanal, empezaba al anochecer el sábado! 

Pues bien, entonces, en el mes de octubre de 1962, tras la solemne Apertura de Curso, que se celebraba en el paraninfo de los Institutos, a la que asistían las primeras autoridades académicas, civiles, militares y religiosas, y tras la compra de los libros de texto en Escudero o en la Casa del Maestro, iniciamos nuestra enseñanza secundaria y emprendimos nuestra estancia en el Ximénez de Rada que para algunos duraría hasta 1969. 

El Director era don Luis Antonio Montes, que llevaba en el cargo unos dos años en los que había hecho grandes innovaciones en el Centro, había construido el gimnasio, la sala de juegos, el “Albin Club” y hasta un bar que lo regentaba Manolo y su familia. También había puesto un uniforme (pantalón gris, camisa blanca, corbata, y americana de rayas azules y negras) que normalmente estrenaban los pipiolos de primero y, a medida que iban creciendo y se les rompía, caía en desuso. 

 Las clases eran multitudinarias, normalmente estábamos más de 30, y en cada curso solía haber dos grupos, “A” y “B”, ordenados alfabéticamente, con lo que la división solía caer hacia la letra “L”. Por razón de apellido a Palacios y a Romera siempre nos solía tocar en el aula “B”. 

1995 restos del muro separador
 El Instituto, que para los chicos tenía su entrada por la calle Sangüesa, contaba con tres pisos y a medida que ibas pasando de curso ascendías también de nivel. Había dos escaleras, una de subida y otra de bajada y los bedeles, además de ser los guardianes de su planta, velaban para que no se infringiera el orden establecido en las escaleras y alguno de ellos tenían un gran dominio en el lanzamiento de su voluminoso manojo de llaves al infractor. En la planta baja estaba Francisco, en la del medio Domingo y Casimiro, en la tercera Feliciano, y Eguaras era el que encendía la calefacción.  

EL A 2 de Eliseo Sánchiz Sanz
En total solían ser seis las clases al día, cuatro por la mañana, de 9 a 13:30, y dos por la tarde, entre las 15:30 y las 18:00 horas. En los recreos se comían los bocadillos, que la mayoría llevaban envueltos en papel de periódicos y los más finos en el que daban en las tiendas para envolver los productos (el papel de aluminio sólo se conocía como envoltura de los chocolates y no existía la proliferación de bolsas que ahora nos inunda), y se jugaba en el patio (que era la única forma de ver de cerca a las chicas del femenino, a través de la verja) o, si llovía, cosa harto frecuente en la Pamplona de esa época, en las galerías. A la calle solamente podían salir los de Preu que también eran los únicos a los que se les permitía fumar. 

Junto al patio, en la calle Tafalla, se solía colocar el famoso Eliseo Sanchíz con su no menos famoso “carrico” de EL A 2, que era uno de los lugares en donde nos aprovisionábamos de las pipas (a peseta la bolsa), crispetas, chicles, bombas, etc. que después degustábamos en clase, eso sí, sin que te viera el profesor. 

21.XI.1969 Derribo de San Juan. Al fondo, Obispo Irurita, 2
Las diversiones de las tardes de los domingos eran pocas, para los aficionados al fútbol estaba el ir al campo de San Juan a ver a Osasuna y así poder comentar después el partido con don Ignacio Astiz en su clase entre obra y obra de Misericordia. Los demás, teníamos gratis la película que nos ponían en el Salón de Actos. Había dos sesiones, a las 5 y a las 7:30 y, como no podíamos estar juntos los chicos con las chicas, los del Ximénez con las del Príncipe, porque podía ser pecaminoso, una semana nos tocaba la primera sesión y a la siguiente la segunda. La película la proyectaba Ramiro Aramburo y antes de comenzar aparecía un letrero que rezaba así: “En este salón se exige la corrección más exquisita, la falta de ésta motivará la suspensión de la película y, además, se tomarán las medidas disciplinarias oportunas. Los Directores”. 

 En cuanto a disciplina era la suficiente para mantener el orden. A comienzo del curso nos entregaban una tarjeta que se denominaba “Coeficiente de Conducta”, que era un crédito de 10 puntos que se iban perdiendo a medida que se cometían las faltas. Lógicamente el que llegase a perder todos los puntos (cosa rara) era expulsado. Alguna vez, y ante una rebelión general, el profesor o profesora mandaba cortar medio punto o punto entero, a todo la clase, orden que tenía que ser ejecutada por el Delegado de Curso, como le sucedió al bueno de Tomás Ondarra que, en el Curso 1965-66, tuvo la paciencia de anotar en el reverso de cada tarjeta lo siguiente: “15.03 medio punto por falta colectiva Srta. Golvano”. 

 Además de las fiestas normales del calendario como podían ser el Pilar, Todos los Santos, San Saturnino, San Francisco Javier, San José o el 1º de Mayo, había dos fiestas especiales. El 25 de febrero, cumpleaños del Director, y el día de Santo Tomás, el 7 de marzo. 

El día de “la fiesta del Dire” nos reuníamos con él en el Salón de Actos y aún recuerdo como si fuera hoy el día en que Montes subió al escenario y nos dijo que cumplía ¡50 años!, entonces, a la altura de mis once años, me parecía viejísimo y ahora que me pongo a reflexionar me doy cuenta de lo joven que era. ¿Por qué será? 

El 7 de marzo, Santo Tomás, nuestro Patrono, era el día grande. Empezaba con una misa, que se celebraba en los Dominicos, junto al Ayuntamiento, seguida de un “desayuno para seiscientos” en el Café Iruña de la plaza del Castillo, después solía haber un Festival en el que junto alguna representación en el que se imitaba a los profesores y a los personajes del momento y se contaban chistes, el grupo musical del Instituto nos interpretaba su repertorio (en el que no podía faltar Los Sitios de Zaragoza y En un mercado persa), y había una actuación, al estilo Dúo Dinámico, de los hermanos Andía. 

Ruiz de Alda 1968 3º izda: Gregorio Górriz
La clase de Educación Física la teníamos con Argaña o San Millán y se impartía bien en el Gimnasio del centro, en cuyas paredes había unas inscripciones en griego en las que se veía la mano del Director (que era catedrático de griego), o cuando el tiempo lo permitía, en el Estadio Ruiz de Alda (hoy Larrabide). Allá estaba también el Colegio Menor Ruiz de Alda, que pertenecía al Frente de Juventudes, en donde estaban internos muchos alumnos del Instituto que eran de fuera de Pamplona, a los que se les distinguía por su uniforme: pantalón gris, corto en los primeros años con medias blancas hasta la rodilla y largos a partir de cuarto, camisa blanca con corbata, jersey de pico azul claro con una raya  blanca en el cuello y zapatos de la OJE. 

 Todavía no se había impuesto el inglés y casi todos los de la clase estudiaban como lengua moderna el francés. Tan sólo tres, cifra que se repitió desde segundo hasta sexto de bachiller, estudiábamos la lengua de Shakespeare. A lo largo de los cursos tuvimos tres profesoras: Paquita Cachafeiro, Zuri Urmeneta y Marisa Abril, de las que guardo un magnífico recuerdo. 

 A los profesores se les conocía bien por el mote o apodo (que los omitiré para que nadie se pueda molestar a estas alturas de la vida) o bien por su apellido y, eso sí, en todo caso con el articulo determinado (el o la) incorporado. En esa época nos repartían a los alumnos un díptico en el que, junto con escudo del Instituto y el calendario del año, en sus páginas interiores aparecía la relación de profesores con su dirección y teléfono de casa. ¡Cómo cambian los tiempos!, supongo que esa costumbre hace años que por prudencia habría caído en desuso. 

 En esa época no se habían inventado ni las APAS ni las APYMAS y los padres en raras ocasión aparecían en escena, por lo que la relación era de forma directa profesor-alumno. 

Tras esa relación tan próxima creo que puedo decir que de los profesores recibimos una educación muy buena y liberal, que poco tiene que ver con los estereotipos que de la enseñanza de esa época ahora se intenta transmitir. Lógicamente cada profesor tenía su manera y su forma de enseñar pero, lo que sí es cierto es que la gran mayoría eran serios y rigurosos y nos dieron una sólida formación. En estos momentos tengo que recordar con cariño a los que fueron mis profesores, entre los que a modo de ejemplo citaré a Tomás Ondarra, Guillermo Mur, Josefina García Gainza, Luis Rubio, Mª. Ángeles Irurita, Guillermo Alonso del Real, Ana Uriarte, José Lampreabe, Gerardo Sacristán, José Manuel Rodríguez Cerqueiro, …  así como a los que ya he citado antes: don Ignacio Astiz, don José Vera, Mª. Ángeles Golvano, Cachafeiro, Urmeneta y Abril, y ¡cómo no! a mi madre: Pilar Zuasti. Tampoco puedo olvidar a otros que aunque no me dieron clase, bien por impartir asignaturas de letras o francés, o bien sea por otras circunstancias, como los dos hermanos Montes, Luis Antonio o Javier, Josefa Cereza, Inés Martín, Lolita Jaurrieta o Jesús Salanueva también dejaron su impronta en los jóvenes que aspirábamos a ser mayores. 

Fueron pasando los cursos y desde el Instituto fuimos cambiando, de niños nos fuimos haciendo adultos, y al mismo tiempo vimos cambiar el mundo. Desde las aulas nos enteramos de los asesinatos de los hermanos Kennedy (John y Robert) y del de Martín Luther King, de la guerra de Viet Nam, del nuevo Papa Pablo VI y del fin del Concilio, con los grandes cambios que supuso en la Iglesia y en la sociedad en general, de los Beatles, del Referéndum de la Ley Orgánica del Estado (14 de diciembre de 1966, fecha en la que como el Instituto era colegio electoral tuvimos fiesta, y en el cine Avenida nos proyectaron la película Franco ese Hombre), del triunfo de Massiel en el Festival de Eurovisión, de la irrupción de la minifalda y del mayo del 68 en el París estudiantil.   


También vimos cómo iba cambiando Navarra y Pamplona. Empezó el despegue de la industrialización, se instaló la primera fábrica de coches, la de Authi. Con ocasión de los XXV Años de Paz se inauguró la primera (que durante años fue la única) piscina cubierta de la ciudad. En las casas fue siendo normal que se tuviera un aparato de televisión en el que se podía ver el único canal de “la mejor televisión de España”, eso sí, cuando “el poste” de San Cristóbal o el de Sollube lo permitían, y ya en los últimos cursos algunos tenían el lujo de poder ver hasta el UHF. El parque automovilístico se dobló. Se empezaron a construir los barrios de San Juan (ver foto del derribo del Campo San Juan) y de San Jorge, … Y aparecieron las primeras discotecas como El Guacamayo o el Young Play. 


A las chicas les pasaría parecido
Y así, poco a poco, llegamos a mayo de 1969. En ese año dimitió De Gaulle, Juan Carlos de Borbón fue designado Príncipe de España, el hombre pisó la Luna y saltó el escándalo Matesa. Y nosotros, los que quedábamos de primero, dijimos adiós al Instituto y, en muchos casos, a compañeros con los que habíamos compartido tantos momentos, buenos y malos, alegres y tristes, a muchos de los cuales ya no volveríamos a ver. Allá se quedan en el recuerdo los Abad, Almándoz, Andueza, Beguiristáin, Elcarte, Escribano, Gil Ruiz, Las Navas, Lahuerta, Liras, Lujambio, Luri, Malón, Martínez Aguado y Martínez León, Munárriz, Muñoa, Ordóñez, Ortiz de Landázuri, Oses, Pascual, Portillo, Rico, Ruiz de Garibay, Sancho, San Martín, los dos Santamaría (Iturralde y Valcárlos), Tirapu, Ugalde, Urtasun, Zaldúa ... y, ¡cómo no! Joaquín Romera Gutiérrez, que fue el primero de una saga que llenó durante años las aulas del Ximénez de Rada. 

 Ahora, cuando desde la distancia rememoro esos años que tan decisivos fueron en nuestra vida, el balance no puede ser más positivo. Tengo que reconocer que guardo un entrañable y magnífico recuerdo de mi paso por el Instituto y un agradecimiento que va acreciendo con el paso del tiempo hacia los profesores que nos supieron dar una sólida formación, sin imposiciones y con toda la libertad que esos tiempos permitían. Y, ¡cómo no!, de los compañeros a muchos de los cuales les he perdido la pista y a otros, como Joaquín Romera, a pesar de que seguíamos viviendo en la misma tierra, se pueden contar con los dedos de una mano las veces que le volví a ver desde que dejamos las aulas, la última dos meses antes de su muerte y casualmente en la puerta del Instituto de la calle Sangüesa por la que tantas veces habíamos entrado juntos. 

José Ignacio Palacios Zuasti
 Cuando salimos teníamos todo el futuro por delante, ahora, todavía, no lo tenemos atrás pero a estas alturas de la vida ya hemos adquirido algo muy importante que sólo se consigue con los años: memoria, perspectiva histórica. Si la vida fuera como una película de vídeo que se pudiera rebobinar y se pudieran cambiar las cosas, si pudiéramos volver a esa década de los sesenta, a esos años del bachiller, y si se tuviera la oportunidad de cambiar de centro escolar, mi deseo sería volver de nuevo al Ximénez de Rada con los mismos compañeros y profesores que entonces tuve, lo cual creo que es el mejor homenaje que a todos ellos puedo hacerles.  
José Ignacio Palacios Zuasti 
Pamplona, enero de 2002 
Himno del Instituto "Príncipe de Viana"
La fuente son mis hermanas. Todas ellas se lo saben porque todas han pasado por las aulas del Príncipe de Viana. Y todas comparten con José Ignacio el mismo sentimiento: "si pudiéramos volver a esas décadas de los cincuenta, sesenta, setenta... a esos años del bachiller, nuestro deseo sería volver de nuevo al Príncipe de Viana".
Según dice JIPz, en un comentario de abajo, el himno fue compuesto por don Joaquín Vitriáin. Y dice tal que así:
Instituto femenino de Pamplona, eres cuna del arte y del saber,
que pones una espléndida corona en la joven que aspira a ser mujer.
Mansión de paz, de dicha y de ventura, tú formas nuestra hermosa juventud,
tú irradias en la mente la cultura y en nuestro pecho, el bien y la virtud.
Os enlazo a este artículo por el 175 Aniversario.