lunes, 22 de abril de 2024

Nietos de las Víctimas: "Bildu es ETA. Y el PSOE nos ha traicionado"

No hay peor ciego que el que no quiere ver
Diálogo:
- Quien los ha visto y quien los ve… 🤦🏻‍♂️ parecen todos del PP… como si no hubieran roto un plato en su vida…
- Son astutos como la serpiente que mantienen en la E de Aldaketa y la "casual" unión de sus tres últimas letras

Que Bildu es ETA lo dicen sibilinamente ellos mismos en su propaganda. Los únicos que lo niegan son los PSOEtarras, que tratan de maquillar los pactos que les sirvan para mantener el sillón. 
Hoy los nietos de las Víctimas también lo corroboran:

Los nietos de las víctimas los desenmascaran: «Bildu es ETA; el PSOE nos ha traicionado»
Paula Baena, Martín Recalde, Fer Múgica o Bruno Sangro lamentan la «victoria política» de la banda terrorista
Los nietos de las víctimas desenmascaran a Bildu: «Es ETA; el PSOE nos ha traicionado»
por Marcos Ondarra The Objective 20·04·2024
Fernando, Paula, Bruno y Martín son nietos de víctimas de ETA. O víctimas de ETA, en puridad, pues los tres primeros no llegaron a disfrutar de sus abuelos porque un día los terroristas les arrebataron la vida en un intento de implantar su proyecto totalitario. Martín sí lo conoció, aunque lo escuchó «hablar raro» toda su vida por el disparo que recibió en la mandíbula. Su mensaje es esencial en un momento en el que sus herederos políticos, quienes maquillan con eufemismos el terror y no condenan sin ambages la barbarie, son socios del Gobierno de España y se postulan como vencedores de las elecciones vascas.
Sus abuelos son, respectivamente, Fernando Múgica, abogado e histórico dirigente del PSOE asesinado por ETA de un tiro en la nuca cuando se dirigía al despacho que compartía con su hijo; el comandante Jesús Velasco, jefe del Cuerpo de Miñones de Álava, masacrado a tiros cuando llevaba al colegio a sus dos hijas Begoña e Inés; el militar José Luis Prieto, asesinado a sangre fría cuando acudía a misa junto a su esposa; y José Ramón Recalde, exconsejero socialista que fue víctima de un grave atentado terrorista cerca de su domicilio, tras décadas de hostigamiento a él y a su mujer, junto a quien regentaba la icónica librería Lagun de San Sebastián.

Estos jóvenes sí tienen claro qué fue -o es- ETA y qué es Bildu, aunque para Paula Baena son una cosa y la misma: «Bildu es ETA, pero en vez de empuñar las pistolas están en las instituciones». «La derrota de ETA es una derrota en falso», considera esta joven periodista, que parafrasea a Fernando Savater cuando dice que «ETA mataba por algo, y ahora estamos en ese algo»: ¿Qué derrota es si quienes nos sentimos derrotados somos las víctimas? Ellos se sienten victoriosos. El próximo domingo ganarán las elecciones y les votarán cientos de miles de vascos (más de 300.000)».
No les ha pillado de sorpresa, como a algunos socialistas, las palabras de Pello Otxandiano, candidato de los bildutarras a la Lehendakaritza, calificando ETA de «grupo armado». «Eso no es nada nuevo, lo llevan diciendo toda la vida», dice Fer Múgica, que recuerda el titular de Egin el día después del fallecimiento de su abuelo: «Abatido». «Lo que sorprende es que a la gente le sorprenda, es su labor que no esté claro qué sucedió, difuminarlo todo», arguye el joven consultor.

Contra PSOE y PNV
En esa labor de difuminación, considera el descendiente del histórico socialista, PSOE y PNV han jugado una labor fundamental: «El PSOE, por motivos políticos, ha querido tender la mano a Bildu, y eso tiene un coste: el blanqueamiento e integración en la vida política ordinaria. El PNV, entre otros, se hace el sorprendido, pero se ha beneficiado enormemente de todo esto. ETA agitaba el árbol y ellos recogían los frutos. Nadie puede hacerse el ignorante aquí».
Bruno Sangro, hijo de Paz Prieto, exconcejal del Ayuntamiento de Pamplona, habla sin pelos en la lengua: «ETA es un grupo terrorista, no hay mucha vuelta de hoja. Hacían lo que hacían porque tenían una ideología extremista, totalitaria y repugnante que aplicaban sembrando el terror a diestro y siniestro».
Martín Recalde, nieto de José Ramón Recalde y María Teresa Castells, en la redacción de THE OBJECTIVE . | Foto de Carmen Suárez
Así lo atestigua Martín Recalde. A sus 23 años, este joven estudiante de Derecho y Ciencias Políticas, miembro de Izquierda Española, recuerda con cariño al escolta de sus abuelos. Todos los clientes de su librería, de hecho, llevaban escolta. «Es la librería más atacadas de toda Europa. Primero fue atacada por los Guerrilleros de Cristo Rey, después de que Blas Piñar dijera que había libros comunistas. A partir de 1995, empezó a ser atacada por ETA todas las semanas, rompiendo cristales, quemando libros… hasta que en 1996 deciden cambiarla de ubicación».
La historia de los abuelos de Martín, que estuvieron encarcelados por su militancia antifranquista, recoge una terrible paradoja: la de una banda terrorista que se decía antifranquista persiguiendo a dos reconocidos opositores al Régimen acusándolos de «fascistas» por no querer la secesión del País Vasco. Eso lleva a su nieto a concluir que ETA era «una banda terrorista de ideología nacionalista que quería expulsar y matar a todos los vascos que no pensasen como ellos».

Memoria democrática
Hartos de que se pisotee la memoria de sus abuelos, de que se presenten sus asesinos materiales o intelectuales en listas electorales y de que se vendan como «guerrilleros» de un «conflicto entre dos bandos», los nietos de las víctimas de ETA han decidido dar un paso al frente, y a través de la asociación Ego Non, llaman a más jóvenes a sumarse a esta cruzada por la memoria, la dignidad y la justicia.
«Hay tanta gente que les vota porque en un primer momento se les dejó libertad para expandirse en el terreno político, se les dio manga ancha, cosa que no había que haber hecho», critica Bruno Sangro, que zanja: «Es tarde, pero estamos a tiempo».
Fernando Múgica, Paula Baena y Bruno Sangro, nietos de víctimas de ETA, en la redacción de THE OBJECTIVE. | Foto de Carmen Suárez
«No tenemos que perder la esperanza, tenemos que seguir en la lucha, pero llegamos tarde», coincide Paula Baena: «Cientos de miles de personas les votan porque se ha fallado en la Educación. Los colegios no visitan el Memorial de Víctimas de Vitoria, por ejemplo. Se tiene que educar en los colegios para que se conozca la historia. Los jóvenes tienen que saber qué es lo que pasó».
Y lo que pasó, recuerdan, es que una banda terrorista asesinó a sus familiares por sus ideas o por sus cargos. Pero podían haber sido los abuelos del arribafirmante, o los del lector. «Los nietos, las personas afectadas por estos terribles acontecimientos, o cualquier persona con conciencia política, debemos hablar alto, decir las cosas como son para evitar que se difumine todo. Los asesinatos porque sí no son justificables, me da igual la circunstancia», dice Fer Múgica.
«El sistema en el que vivimos es una democracia y la democracia es el mejor proyecto político, el que debemos defender, y eso se hace por la vía política. Los grupos de la sociedad civil que se opusieron a ETA, como Basta Ya, lo tuvieron claro. Tenemos que exigir a los partidos políticos que no justifiquen la dictadura franquista o el terrorismo etarra», zanja Martín Recalde.
Son las víctimas de ETA más jóvenes. Su mensaje es esencial para mantener en pie la democracia, y no olvidar quiénes la pusieron en jaque por un proyecto ideológico y político que hoy está más fuerte que nunca. Ellos son memoria democrática.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que razón tienen