miércoles, 12 de mayo de 2021

Las Horcas (o Justicias) pamplonesas

Fuerzas del orden y un sacerdote en el exterior de la Prisión Provincial
el día de la celebración de un Consejo de Guerra. Galle1923 ca. AMP
De la mano de Arazuri vamos a conocer cómo se ejecutaba la pena capital en la Pamplona de antaño y con el plano de Nicolás de Fer sabremos dónde están  "las Horcas", el topónimo que nos ha llegado hasta hoy.

Calle de San Roque.—El Pleno del 30 de enero de 1970 concedió el título de Calle de San Roque a la que, desde la Cuesta de la Reina, pasa por delante de la Cárcel (hoy derribada) y desemboca en la calle del Monasterio de Irache.  Para este acuerdo hubo informe previo del Archivero Municipal («quien sabe dice misa»), «...por haber existido durante muchos años (desde 1600 hasta 1795, según Baleztena) una ermita dedicada a San Roque en las inmediaciones donde hasta hace poco estaba la Cárcel, y por haberse llamado Campo y Término de San Roque, a la amplia explanada existente en la actualidad entre el final de la Avenida del Ejército, los fosos y la Cuesta de la Reina». Pero antes de San Roque, que se comenzó a llamar en el siglo XVII, aquellos terrenos tenían el nombre de Las Horcas o Justicias. 
1. Restos humanos y ermita; 2. Cuesta La Reina y entrada a Vista Bella (dcha);
3. Horcas (según Nicolás de Fer); 4. Revellín S. Roque; C. Cárcel
Las Horcas o Justicias.—Durante parte de la Edad Media existían horcas permanentes en Miluce, Acella, San Cristóbal y Burlada; con los años se instalaron en la amplia explanada que hoy se llama de la Reina, o de la Cuesta de la Reina. Hasta 1935, lo recordamos perfectamente, aquellos terrenos eran los glacis de las murallas de la Taconera, y hasta entonces, que fueron rebajados, existían las peanas o pedestales de las antiguas horcas.
 
[Al superponer las líneas del plano de Nicolás de Fer sobre la ortofoto de 1930, el icono de las Horcas ha quedado entre el 2º y 3º de los troncos donde se ataban los caballos en las Ferias del Ganado. Lo que nos viene de maravilla para situar dónde estaban las Horcas. A su ubicación precisa nos ayuda también los ángulos del Revellín de San Roque (4).
El triángulo rojo de Larraina, lindaba por el este (derecha) con los troncos de la
Feria de Ganado. Foto Izda, Vuelo de Ruiz de Alda; dcha, foto Galle. Ambas de 1930

El Sitna (ignoro en qué documentación se basa) coloca las Horcas al lado Este de las piscinas de los militares, cerca del estanque de los patos.]

No vamos a describir los castigos y penas que se aplicaban a los condenados antes del siglo XVII, han sido magníficamente estudiados por Campión e Idoate. Hemos revisado los libros de la Cofradía de la Vera-Cruz que describen minuciosamente todos los ajusticiados en Pamplona desde 1605 hasta 1832 (a excepción del periodo comprendido entre 1810 y 1816 en que parece no intervino la caritativa cofradía pamplonesa). De los tristes relatos recogidos extractamos lo siguiente:

De I a D: Plaza S. Francisco, cárcel, Nueva pares, Plazuela
del Consejo, belena, Nueva impares. 1909 A. García Deán
Desde mediados del siglo XVI en que se construyó la cárcel donde hoy está la plaza de San Francisco, los condenados a la horca seguían el siguiente itinerario (síguelo en Google Maps): plaza del Consejo, Zapatería, Pozo Blanco, plaza del Castillo, escalericas de San Agustín, Estafeta, Cruz del Mentidero, Mercaderes, Calceteros, cabecera de la plaza de la Fruta —hoy plaza Consistorial—, Zapatería y San Antón, hasta el portal de la Taconera; atravesaba los puentes de la muralla y llegaba al prado de San Roque, llamado también las Horcas o Justicias, donde se alzaba el patíbulo, aproximadamente donde hoy está la entrada a la piscina Larraina y al frontón de los militares. . 
Cuando el reo entraba en capilla, le acompañaban día y noche dos mayordomos de la Cofradía de la Vera Cruz. La comida, extraordinaria, consistía en habas, carnero, huevos, bizcochos„ vino rancio o de pasto y chocolate. 
Ahorcado. De Baleztena
Los sacaban a las 11 de la mañana camino del suplicio por el itinerario dicho. Delante del reo marchaban tres mayordomos de la Vera Cruz entunicados, el del centro portando una cruz cubierta con un velo morado y los laderos sendas hachas. Para el camino los mayordomos llevaban vino rancio y bizcochos para reanimar a los condenados. 
Ya en la horca, le subían al condenado a una escalera de tijera por uno de sus lados, mientras que el verdugo subía por el otro y le colocaba el lazo corredizo en el cuello. Se entonaba el Credo y al llegar a la estrofa «... su único hijo», el ejecutor de la alta justicia apartaba la escalera y se colgaba abrazado a las piernas del reo para acelerar la muerte y restar sufrimientos. Existía una maldición que decía: «Ahorcado te veas y no te tire nadie de los pies». 
Consumada la sentencia el cadáver quedaba lívido, abotargado y con las manos crispadas meciéndose al ritmo que le marcaba el viento hasta las cuatro de la tarde en que acudían a retirar el cadáver el verdugo, que era quien le quitaba la cuerda, los hermanos de la Vera Cruz con personas piadosas para amortajar el cadáver que más tarde era trasladado al convento de San Francisco para celebrar el funeral y darle sepultura. En la comitiva marchaba el cabildo de San Cernin o de San Lorenzo, los Niños Doctrinos y seis miembros de la Vera Cruz con hachas amarillas, al final el prior cerraba la comitiva con hacha blanca. 
1864 Plaza de la Fruta (hoy Consistorial)
Los condenados a la última pena eran ejecutados: a garrote, en la Plaza de la Fruta (hoy Consistorial) o colgados en la horca. Desde 1606 hasta 1832 en que fue abolida la pena de horca, fueron ajusticiados en Pamplona por este último procedimiento 79 personas. De éstas, 8 fueron descuartizadas después de bajadas del patíbulo; 12, decapitadas y sus cabezas clavadas en picas para ser colocadas en los pueblos y lugares donde cometieron sus fechorías; 2 arrojadas fuera del término municipal; a 8 se les cortaron las manos para exhibirlas sobre un mástil; una, quemada y sus cenizas aventadas y 4 fueron arrojados sus cadáveres al río. 
Como singulares describimos los siguientes casos: 
El 7 de noviembre de 1767 entró en capilla Miguel Andrés Pinto, natural de Sanlúcar de Barrameda, condenado a horca y después, a ser quemado su cadáver y arrojadas sus cenizas por «excesos de sodomía». 
Se cumplió la sentencia en el entonces llamado Prado de San Roque. El prior de la Vera-Cruz gestionó de los jueces «para que se le permitiese por vía de equidad, la separación de algún miembro, entrañas o corazón, con el cristiano fin de que se continuase aquella tarde pidiendo limosna y se aumentasen cuánto fuesen posibles, no sólo los sufragios de misas, sino también los que aplicarían la piedad de los fieles que concurriesen al acompañamiento del cuerpo y su entierro». Los inflexibles jueces denegaron la súplica y sobre el desgraciado Miguel Andrés cayó inexorablemente el peso de la cruel sentencia. 
Altadill 1895 Molino de la Biurdana
El 18 de noviembre de 1775, María Josefa de Aróstegui y Gaztambide, por haber matado a su marido «y hecho en él varias estrosiones», fue condenada a la horca y a ser tirado su cadáver al río. Efectivamente fue ahorcada en San Roque y su cadáver metido en una cuba «...y ésta, en una rastra de las que los canteros tienen para el carreo de piedras, y tirado por un par de bueyes, fue llevada por el Camino de los Pinos al molino de la Biurdana, y delante del arco del molino donde sale el agua después de moler (ver foto dcha), el executor de la alta justicia echó la cuba al río; dado testimonio de ello se sacó la cuba del agua y de ella el cadáver». Seguidamente se le amortajó con el hábito de Nuestra Señora de la Merced y se le puso en una caja de madera. Conducida nuevamente a San Roque, fue acompañada desde allí por el cabildo de San Lorenzo que le estaba esperando, a esta iglesia, en donde se le celebraron las honras fúnebres y después llevada al convento de San Francisco para ser enterrada. 
Dejando este triste capítulo de la pequeña historia de Pamplona, vamos a ver cómo el Prado de las Horcas o Justicias, se convirtió en el Prado de San Roque, o San Roque a secas.
(continuará)