lunes, 21 de noviembre de 2022

Colabora Gobierno de Navarra (Agenda 2030)

El Gobierno de Navarra (Agenda 2030) ha colaborado en las Jornadas
sobre "Represión, malos tratos, torturas..."
Las jornadas sobre "Represión, malos tratos, torturas..." que tan acertadamente critica Arbeloa, se han  celebrado en Pamplona, en ellas no se habló de ETA y, como se ve en la foto de portada, fueron organizadas por Sanfermines78gogoan (normal) y ha colaborado en ellas el Gobierno de Navarra, Agenda 2030 (en estos tiempos, también normal; antes de Sánchez-Txibite, escandaloso)

Todavía oigo por ahí lamentar tan solo que "no condenan el terrorismo", como si eso fuera lo peor o eso anduviera suelto

Supimos entonces resistir                                                                         Víctor Manuel Arbeloa
Leo -últimos días de octubre- el anuncio de unas Jornadas sobre "Transición y Derechos Humanos". ¿De qué va la cosa? Leo el subtítulo, mucho más clarificador: "Represión, malos tratos, torturas...". ¿Dónde? ¿Contra quiénes? Después de tantos años, y cuando celebramos el 40º aniversario de la ley de Reintegración y Amejoramiento del Régimen Foral de Navarra, ¡alguien es capaz de organizar en Pamplona tales jornadas sin hablar siquiera de la banda terrorista ETA y de todas sus bandas, con adjetivos bien distintos, que coreaban, cosa propia de bandas, en honor y gloria de tan empedernidos matarifes! 
Tampoco habló de ETA el portavoz de Herri Batasuna, el ingeniero vizcaíno Iñaki Aldecoa, en el recién inaugurado Parlamento de Navarra, el 6 de junio de 1979. Recordemos que entre 1976 y 1981 ETA asesinó a 302 personas, la mayoría guardias civiles y policías nacionales -iconos de España para los bandidos etarras-, muchos de ellos apenas llegados al País Vasco y Navarra. Desde 1982 incorporó, además, a la lista de su degolladero a los que calificó como "enemigos": acusados de confidentes, de extrema derecha, de narcotraficantes, de vinculados al GAL, de empresarios renuentes a la extorsión, funcionarios de prisiones... 
El portavoz de HB dedicó ese día solo siete líneas y media al programa foral de su grupo: "Un programa democrático y autonomista, que ha sido desarrollado en toda la lucha del pueblo vasco", recogido en su día en el programa KAS y actualizado en el de HB. Pero desde el comienzo de su alocución comenzó dudando del carácter popular y navarro de nuestro Parlamento, cuya legalidad le venía, según él, de la ley de 1839, del 18 de julio de 1936 y de la Constitución de 1978; que atentaba "en varios puntos clave a la situación establecida por la ley no Paccionada de 1841", por lo que debía proclamarse "soberano y constituyente" en relación a la Diputación Foral y sobre todo "frente a las Cortes y Gobierno de Madrid", aplicando el pase foral a la misma Constitución en cuanto "conculque o vulnere los restos de soberanía foral reconocidos por la No Paccionada de 1841". Con toda la lógica propia de HB, habló de recuperar como las "más urgentes y graves" las facultades de bilingüismo, régimen penitenciario, orden público y servicio militar. 
Más de la mitad de su intervención la dedicó a criticar la posición del Parlamento ante la muerte, dos días antes, de la joven Gladys del Estal en Tudela por el tiro de un guardia civil durante una concentración antinuclear, haciéndonos más o menos responsables de la política de represión y muerte del Gobierno español. ¡Y lo decía, sin citar una sola vez a la banda terrorista, el portavoz del brazo político de ETA! Quería que pidiéramos la destitución del gobernador civil y del ministro del Interior, la liberación de los detenidos y la recuperación inmediata de la soberanía de Navarra en materia de orden público. Lo pedían así en un apasionado manifiesto ANV, ASK-KAS, Euskadiko Ezkerra, ESB, EIA, HASI, HB, IT-GKL, LAZA, ORT, PT y PC (ML), y las centrales sindicales SU y CSUT. Muchas siglas: una para el caso. ¿Cuántas quedan en pie? ¿Acaso alguna incluye hoy a todas ellas? 
Entonces, y sobre todo después, no solo resistimos, sino que "sistimos": estuvimos, seguimos de pie. Uno de los motivos más poderosos para ello fue la contemplación de las víctimas, que morían por nosotros, en vez de nosotros, porque eran más fáciles de matar o menos engorrosas a la hora de las cuentas. Por eso son eternas nuestra gratitud, nuestra pena y nuestra vergüenza. 
Nunca distinguimos la ideología étnico-supremacista de los matones, de su instinto cainita. Nos opusimos democráticamente a su independentismo político y a su independentismo de toda moral. Todavía oigo por ahí lamentar tan solo que "no condenan el terrorismo", como si eso fuera lo peor o eso anduviera suelto. O no saben lo que dicen o son los pillos redomados de siempre, amorales o apolíticos cuando les conviene, que intentan separar la política de la moral, y hasta la política del instinto y el deber de conservación. 
Por desgracia, muchos que eran nacionalistas vascos o leninistas-estalinistas prefirieron entonces su ideología a su moral cristiana o laica, y callaron como muertos o como cobardes. Al menos, algunos, muy pocos, han pedido hoy perdón. Y muchos, que eran sobre todo meros vividores o pobres diablos miedosos, se dejaron llevar por su egoísmo o por su pavor, y formaron el incontable ejército de los que no saben-no contestan, no oyen-no hablan, no sufren-no padecen. Inhombres, es la definición que se merecen. Seguramente que muchos de ellos forman hoy el ejército de ese segundo partido político navarro, que es el de la abstención  (ver imagen dcha.).
Víctor Manuel Arbeloa Escritor

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