domingo, 29 de mayo de 2022

El Comensal (G. Ybarra), por Pilar Cernuda

Lo que no se puede dejar de lado es que en España ha habido una banda terrorista inmisericorde, cruel, devastadora
Pensar con cariño en las víctimas hace aún más insoportable que el gobierno, a cambio de su apoyo parlamentario, cuide tanto a quienes hace media docena de años formaban parte del circulo de la banda terrorista.

Los estragos del terrorismo                                                                               Pilar Cernuda
Se acaba de estrenar El Comensal, una película basada en el libro de Gabriela Ybarra. Es nieta de Javier Ybarra, un conocido empresario vasco que fue alcalde de Bilbao. El año 1977 fue secuestrado por ETA y un mes después asesinado de forma atroz, encerrado en un saco donde apareció su cadáver entre heces y orines y sin haber recibido un solo alimento ni una gota de agua durante sus últimos días.
Gabriela no conoció a su abuelo, pero sí las consecuencias de aquel secuestro, de la angustia de una familia que no solo perdió a su padre sino que se encontró inerme ante la imposibilidad de pagar la cantidad que exigía la banda. Una familia devastada, marcada para siempre por aquel hecho trágico que afectó a todos y cada uno de sus miembros, a su forma de relacionarse entre ellos y con los demás.
Javier Ybarra Ybarra no está dispuesto a que González-Sinde 
normalice el asesinato de su padre a manos de ETA
Una familia con pudor para compartir sentimientos, con escenas brutales que no querían recordar pero tampoco callar. Cada uno, a su manera, intentaba a diario superar un hecho siempre presente, imposible de olvidar. Incluso de superar. En su vida cotidiana seguían las amenazas, y veían miradas de conmiseración, y también de odio, en muchos de los rostros con los que te cruzaban. En ese escenario, una niña, después joven, no es ajena a un hecho que no vivió pero que afecta a todos los que la rodean.
“cuando se está reescribiendo la historia de los
Años de Plomo convendría ser cuidadosos
con lo que realmente ocurrió, sin banalizar
aquellos terribles años, ni mostrar la mínima
comprensión con los asesinos de ETA”
(Javier Ybarra Ybarra)
La película, dirigida por Ángeles González Sinde, refleja milimétricamente lo que Gabriela describe en el libro que publicó hace cuatro o cinco años. El destrozo social que provocó ETA. También lo narró de forma magistral Fernando Aramburu el Los peces de la amargura, aún mejor que en Patria, un referente para conocer la crueldad de ETA más allá de sus asesinatos. Las víctimas son también los familiares y amigos de los muertos y heridos. Su vida quedó marcada por el miedo y el afán de superar ese miedo, por escapar de las miradas inquisitivas y la necesidad también de escapar a lugares seguros. Y olvidar el dolor ante silencios cobardes cuando se esperaba un abrazo solidario.
Se necesitan libros así, como se necesitan películas como El Comensal. Se menciona siempre “el relato”, pero más allá de esa palabra que empieza a perder valor por lo reiterativa, lo que no se puede dejar de lado es que en España ha habido una banda terrorista inmisericorde, cruel, devastadora. Que más allá de los casi mil asesinatos ha dejado docenas de miles de víctimas que no pueden olvidar, aunque lo intentan, porque ETA ha deshecho sus vidas; ha impedido que los recuerdos amables superen a las imágenes que quedan ya permanentemente grabadas en sus retinas con un dolor que no tiene cura.
Pensar en ellos hace aún más insoportable que el gobierno, a cambo de su apoyo parlamentario, cuide tanto a quienes hace media docena de años formaban parte del círculo de la banda terrorista.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy claro y muy real Pilar, es terrible y lamentable que politicos que se les llena la boca con la palabra DEMOCRACIA, esten continuamente intentando blanquear a estos asesinos, pero es infinitamente mas perverso que un miserable les haya metido en el gobierno, donde campan a sus anchas.
La socializacion del terrorismo, no acabo con ETA, hoy sigue ese destrozo social al que aludes, pues en todos los pueblos de la comunidad vasca y Navarra se sigue amedrentando a la poblacion que no piensa como ellos, todos callan por temor a que les marquen sus casas o les insulten por las calles de sus pueblos, todo esto consentido sino ayudado por algunos ediles de esos pueblos y politicos cobardes que siguen recogiendo las nueces que aquellos siguen y siguen tirando.
Patetico.
GRACIAS YBARRA, NUNCA TE OLVIDAREMOS.
Gracias Pilar, gracias Pachi.
Navrazon

Aritz Lizarraga Olascoaga dijo...

Reitero, ¿para cuándo va a haber un juicio tipo Nuremberg por justicia, no por venganza?