jueves, 19 de octubre de 2023

Maravillas se apellida

La Virgen de las Maravillas, la de las Recoletas, no tuvo un poeta que la cantara. Pero el pueblo acomodó y cantó con fortuna una melodía sencilla de sabor popular.
Este martes 17, en la iglesia del convento, el Coro Divertimento, a partir de una humilde partichela, nos presentó esta maravilla:
Maravillas se apellida la dulce Madre y Señora. (bis)
Sed nuestra fiel protectora en la muerte y en la vida.
En la ciudad de Pamplona y calle de Santoandía se le apareció María a cierta santa persona, mas a este convento abona ser la estancia preferida. 
Sed nuestra...
Cuando el venerable Juan por una calle pasaba vió que en el pesebre estaba del Cielo el divino imán; sus ojos tras él se van, y erais Vos, Virgen querida. 
Sed nuestra...
Esta melodía nos retrotrae a otros tiempos, cuando la hoy pequeña calle Santo Andía llegaba hasta la calle Mayor. Pero, ¿quién es el "venerable Juan"? Y sobre todo. ¿qué es lo que reluce encima del convento?

Nuestra Señora de las Maravillas
«La Virgen de las Maravillas, de actitud graciosa, está ricamente coronada y rodeada
de un arco reluciente en recuerdo del que en el tejado del convento la aureolaba»
Advocación y devoción mariana del convento de agustinas recoletas de Pamplona (Navarra) desde el s. XVII. 
En 1656 fue hallada en la capital navarra una imagen de la Virgen, que rápidamente alcanzó gran veneración bajo la advocación de Nuestra Señora de las Maravillas. 
La imagen la llevó al convento en esa fecha el carmelita descalzo fray Juan de Jesús y San Joaquín. Posteriormente fue trasladada al altar de la capilla conventual donde se venera desde 1674. 
Está coronada y tiene al Niño en brazos.

La "historia" de su hallazgo es, como todas, preciosa. Nos la cuenta Dolores Baleztena Ascárate, hermana de Ignacio, en uno de esos Temas de cultura popular que se guardaban celosamente en el Dpto. de Filosofía en el IES Ibaialde, allá por 1989.


Maravilloso hallazgo
«El hermano Juan de Jesús de San Joaquín, natural de Añorbe, tenía fama de santo y milagrero, debido a la vida admirable del humilde carmelita. Le unía a la reverenda madre priora de las Recoletas una santa amistad; solía tener con ella grandes coloquios místicos, y le tenía profetizado que él moriría seis meses antes que ella. De pronto, la madre se puso gravísima, y el buen hermano, con gran fervor, empezó a pedir al cielo su curación, pasando por encima de su amor propio, pues quedaría en ridículo si su profecía no llegaba a cumplirse». 
«Estando en oración, con la mirada fija en el convento donde la madre se moría, vió iluminada la cúpula de la iglesia, y sobre ella, despidiendo rayos brillantes como un sol, una imagen de la Virgen María. Su fe no dudó, viendo en aquel prodigio que sus oraciones habían sido escuchadas, y que la Santísima Virgen traía la salud a la enferma. Mas la curación tardaba en llegar, y él sin desconfiar, redobló sus penitencias». 
«Un día el hermanico, pidiendo limosna por las calles, vio en el portal de una casa cercana un montón de trapos sucios cubriendo un bulto. Por inspirada curiosidad, quitó los andrajos y apareció bajo ellos, una imagen de la Virgen. ¡Qué alegría sintió al constatar que era la misma que él había visto sobre la cúpula del convento!». 
«Riñó a la dueña de la casa diciéndole que era una vergüenza tener así indignamente a la Reina del Cielo. Ella se disculpó protestando que era muy pobre. Y que bien quisiera limpiarla y adornarla, pero que el hombre desconocido que allí la había puesto, dijo que pronto vendría un fraile carmelita a llevársela». 
«El hermanico, loco de contento, se la llevó a la iglesia de las Recoletas y, en seguida empezó a prodigar mercedes entre los muchos devotos atraídos por tan sorprendente historia. Fray Juan de Jesús, con semejante protectora, se puso a milagrear a placer, obteniendo, lo primero, la curación de la madre priora. Y como lo había anunciado, el Señor se lo llevó al cielo seis meses antes que a ella». 
(Temas de cultura popular DFN Nº 258 pág. 25)

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