domingo, 1 de octubre de 2023

Guiris y carcas. Pérez Galdós en Allo

"Accion de Santa Barbara de Mañeru (Navarra)"
El blé de Allo
"Después de varias marchas y contramarchas, que el mareo de mi cabeza no me permite referir, me encontraba yo en el lugar de Allo hacia el 20 de junio. Me alojé con mis amigos de Saboya y Ciudad Rodrigo en el mesón de La Jarra, plaza del Ayuntamiento. Nunca vi una casa más divertida, por el sinnúmero de viajeros que salían y entraban durante el día y la noche. La guerra aumentó la caterva de huéspedes: tan pronto invadían la posada los oficiales carcas como los guiris, que con tal nombre eran conocidos en Navarra los liberales" (1911 Pérez Galdós, Benito De Cartago a Sagunto).
Ahí tenéis, relacionadas como opuestas, dos palabras que no solemos relacionar. Y además en Allo, la villa de mi admirado Miguel.

Guiri
En Pamplona, sobre todo en Sanfermines, se llama "guiri" al extranjero, especialmente al de habla  inglesa, que para nosotros era un guirigay, un lío. 
Antes tenía cierta connotación despectiva, pero en las últimas décadas es un piropo: la firma Kukuxumusu  viene entregando desde 2004 el premio "Guiri del Año"  para reconocer a los extranjeros que visitan San Fermín y que viven con pasión las fiestas.
Guiris en Chapitela (AMP)
Pero su origen no está en "guirigay" sino en las guerras del siglo XIX entre carlistas y liberales. Los carlistas de habla vasca tenían dificultades para pronunciar el nombre de sus enemigos, los cristinos (partidarios de la regente María Cristina, viuda de Fernando VII). El grupo "cris" lo dividían en dos sílabas para facilitar su pronunciación: "guiris", "guiristinos". Lo mismo les pasaba con la sílaba "cruz": "gurutze". 
Y como "guiristinos" era demasiado largo, para ahorrar fuerzas lo dejaron en "guiris".

Carca
Aunque tienen un significado parecido, carca no viene de carcamal, sino que procede del portugués carcunda, como se denominaba a principios del XIX a los absolutistas: conservadores, reaccionarios, retrógrados.  A lo largo del siglo pasó a España, aplicado a los carlistas. Los carcas y los carcundas, así eran llamados:
"Carcunda, carcunda, toca la corneta, 
que viene Moriones con la bayoneta" 
(2ª guerra carlista, J.M. Iribarren)
Si estos abreviaron "guiristinos" en "guiris", los liberales dejaron "carcunda" en "carca", que además es casi una reduplicación de la primera sílaba de "car-lis-ta".
***
Seguimos con la estancia de Galdós en Allo, en el mesón La Jarra

¿Qué tal por Allo, don Benito?
En el poco tiempo que allí estuve me sentí contento de la vida, gozando de mi libertad sin ningún enojo, rodeado de muchachos simpáticos y valientes a quienes miraba como a hermanos. Bestial apetito se despertó en mí, y en todo el día no cesaba de meter algo en el estómago. Muy tempranito me servían el desayuno: sopas de sartén con torreznos. A las diez me regalaban con media pinta de vino y una escudilla de aceitunas. Al filo de las doce ya estaba en la mesa la sacramental sopa de ajo; después el riquísimo chilindrón, un guiso de cordero con pementonicos de cuerno de cabra; luego las magras con tomate, y de postre los blandos roscos y el mostillo dulzón.
Por la tarde me iba con los oficiales guiris al casino de la placeta, conocido por el de la Mormoña. En él tomábamos café, coñac y algún piscolabis, para conservar las fuerzas hasta la hora de la cena. Ésta empezaba con la ensalada al uso navarro; seguía el abadejo en ajo arriero, y el lomo con pementones picantes. Y vengan pintas y más pintas para remojar y reblandecer el suculento comistraje, que terminaba con gran acopio de frutas secas y del tiempo.
Galdós en 1894
Conociendo mi carácter comprenderá el lector que una de mis primeras ocupaciones en el simpático pueblo de Allo fue echarme una novia: tocole la vez a una linda muchacha, llamada Ruperta, hija del Nuncio, nombre con que es allí conocido el pregonero, que anda de calle en calle anunciando al redoble de un tambor de llegada y venta de pescado fresco, y dando publicidad a los edictos de la Alcaldía. Mostrábase la moza blanda y accesible, y tales ventajas brindó el amor mío a su loca imaginación que desdeñó los obsequios y la palabra de casamiento que le había dado el Ministro, remoquete con que designan en aquellas tierras al alguacil de Ayuntamiento.
En fin, señores míos; las delicias de Allo, no menos gratas aunque sí más breves que las delicias de Capua, terminaron bruscamente con el son guerrero de cajas y clarines en la madrugada del día del San Juan, cuando aún ardía en la plaza del pueblo la enorme hoguera donde hacen chocolate las mujeres, a las doce de aquella noche, para celebrar la tradicional festividad.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy Interesante

Sargento arensivia dijo...

No se puede pedir más. Costumbrismo químicamente puro, que es lo que debe ser el costumbrismo.

MANEL RODRÍGUEZ (LO MANU) dijo...

La lámina sobre el enfrentamiento carlista, corresponde a la batalla de Alpens, en lo que hoy es la comarca de Osona, provincia de Barcelona. Aunque la definición es buena,los GUIRIS son las tropas isabelinas, sería largo explicar el motivo y los Carlistas de boina roja (Txapelgorri) son los CARCAS que es un acrónimo de CARlista CAtólico. Saludos a Pamplona, tierra en la que pasé muchos días de mi adolescencia y juventud.

desolvidar dijo...

Gracias por el comentario pero me parece que debes volver a leer la entrada, especialmente lo de carca y carcunda