Imagen de Dezakegu (amejorada) |
Era una gozada ponerse malito (sólo un poco) de algo que tuvieran que verte por rayos. Mi tío Tomás pasaba consulta en la calle San Nicolás, 76-2º, justo donde estaba el reloj de sol. En la puerta, una placa dorada con esta leyenda: "Tomás Belzunegui. Médico. Pulmón y corazón. Rayos X".
Fue yendo a la consulta de mi tío, a mediados de los años 50 cuando, con unos cinco-seis años, conocí ese bonito reloj, tal y como se ve en la foto de portada.
Dibujo, leyenda y fecha
"Sol no afeitado, tiempo mojado". Y acompaña a la leyenda el dibujo de un sol de luenga barba y una nube descargando generosa lluvia.
Significado: si vemos el borde de la cara del sol nítido (lampiño), día sin lluvia; en cambio, si vemos los bordes del sol borrosos (no afeitado), chubasco seguro.
En cuanto a la fecha, parece claro que no se corresponde con el dibujo, que parece mucho más moderno
1944 "Casa del reloj" Julio Cía
Como tantas otras veces, el Archivo Municipal nos echa una mano para entender esta incongruencia.
La foto de Cía del AMP (pincha) nos muestra una casa con una planta más que la actual. Han eliminado el único balcón que daba a la plaza y han ampliado las ventanas, pero a costa del espacio dedicado al reloj.
Comparación 1797- 1952 |
Como sospechábamos, vemos que en la foto de Cía no está el dibujo moderno del sol barbado, pero tampoco el refrán.
Si el reloj antiguo daba la hora desde las 5 de la mañana hasta las 4 de la tarde, el moderno se limita a darla desde las 7 hasta las 2 y media. Pero en el moderno se diferencia mejor entre las medias y las enteras.
El anclaje del gnomon (la barra cuya sombra proyectada indica las horas en un reloj de sol) es también diferente. Por cierto, Julio Cía sacó la foto a las 10:25, aproximadamente.
Pero lo que más nos desconcierta es el cambio de fechas. En la foto de Cía parece leerse 1797 (más que 1787 y mucho más que 1707). ¿Por qué en el moderno se marca el año 1770?
No he encontrado ninguna explicación (ver Nota, al final).
El Diario en el Recuerdo
En junio de 1952 terminó la reforma del edificio de la calle San Nicolás, 76. Por cierto, la 1ª vez que aparece en la hemeroteca la consulta de mi tío Tomás en la Casa del Reloj es el 29 de julio de 1954, dos años después de la reforma del edificio y la sustitución del reloj.
En 2002, Diario de Navarra recuerda el 50º aniversario:
Como veis, el redactor no debía de tener un buen día, pues cometió tres errores en una reseña tan breve:
1. El antiguo reloj llevaba la fecha de 1797. En 1770 lo data el nuevo, el de 1952.
2. El refrán es "Sol no afeitado..."
3. Y la más gorda: la foto que corresponde a esta reseña es la del reloj de sol del número 76, no el de la iglesia de San Nicolás.
Por todo ello, quiero agradecer al Archivo Municipal que haya puesto en abierto la foto de Cía. Gracias a ella hemos podido conocer cómo era de verdad el reloj antes de su sustitución (que no reforma) por el nuevo. Y que una mentirijilla (1770), repetida todos los días desde 1952, no se convierte en verdad.
Nota sobre el cambio de fechas
1852 02 18 El Omnibus |
En el proyecto (1783) de Ventura Rodríguez de la fachada de la Catedral de Pamplona aparece dibujado en la torre sur un reloj de sol que luego Ochandátegui llevó a cabo. Esa fecha de 1783 del reloj de la Catedral supera por catorce años al reloj de la calle San Nicolás.
Este proyecto de Ventura Rodríguez está fechado en febrero de 1783 |
Sospecho que quien en 1952 "reformó" el reloj antiguo (1797), vio la ocasión de batir el récord de antigüedad en Pamplona y no se anduvo con chiquitas: fechó el nuevo reloj en 1770, con amplio margen sobre 1783, porsiaca.
Aquel ambicioso no podía saber entonces que Miguel Ángel Bretos iba a descubrir el reloj de sol del antepecho de la torre del Gallico de San Cernin, que acompañaba al reloj mecánico que ya existía en el siglo XVI.
Miguel Ángel Bretos (pincha) apunta con su portaminas, a modo de gnomon, el lugar donde estaba en reloj de sol |
La trampa de este reloj de sol me recuerda al caso de aquella placa ("hasta aquí llegó el Ebro...") que recordaba una famosa inundación en Tudela:
- ¿Hasta allí arriba llegó el Ebro?
- ¡Qué vaaaa! Mucho más abajo, pero como los chavales le tiraban piedras...
No hay comentarios:
Publicar un comentario