Me manda Ekaitz esta imagen de Jorge Urdánoz que recrea la procesión del Corpus Christi en la Pamplona de 1610. Aunque sea un dibujo, es la primera vez que veo en un contexto realista el monumental Pocico.
Estamos en el cruce entre las actuales calle Mayor y Jarauta, muy cerca del atrio de la iglesia de San Saturnino. El Palacio del Condestable, dibujado como es ahora, nos sitúa a la perfección.
Por debajo del arco de triunfo han pasado dos gigantes, el último de los cuales tiene un aire parecido a la actual reina europea, a pesar de que faltaban dos siglos y medio para que Tadeo Amorena la creara.
A la derecha, pétalos de flores llueven sobre el templete que cobija la custodia que, como su nombre indica, protege al Corpus Christi, el cuerpo de Cristo.
El Pocico
Con motivo del viaje a Navarra del Padre Flórez, en 1766, el narrador de dicho periplo hace esta descripción de cómo era el Pocico en esas fechas:
"En la parroquia de San Cernin «están haciendo una magnífica capilla a Nuestra Señora del Camino y en la calle, a la puerta de la iglesia, está el pozo donde -dicen- bautizaba San Saturnino, y que allí estaba el templo de Diana. La cubierta del pozo es como media bola de argamasa, sobre cinco columnas, debajo de las cuales está el brocal; muestra mucha antigüedad, aunque encima (de la cubierta) hay una cruz de piedra". El conjunto del Pocico superaba los seis metros de altura.
Con esta descripción enseguida podemos detectar dónde está el Pocico en la imagen de J. Urdánoz.
Como veis, nada que ver con la actual placa.
En 1773, la reforma de este piadoso puteal (pozal, en navarro) incluyó la colocación de cinco columnas monolíticas de piedra de Pueyo, una cruz de hierro y una veleta sin bola. En el archivo municipal (AMP) se conserva un plano del antiguo diseño atribuido a José Pablo de Olóriz, perito del Consistorio, de ese año de 1773 (ver imagen de la derecha).
Menos fiable me parece la descripción de Víctor Hugo, en 1843:
"...un pozo ordinario cuyo brocal de piedra, apenas tallada, sostiene seis columnitas de mármol blanco coronadas por una cúpula que sirve de pedestal a la estatua de un santo"
Las cinco columnas, bajo la cúpula, son ahora 6. Y a la columna, coronada por una cruz, sobre la cúpula, Víctor Hugo la sustituye por un santo.
No me fío por venir de alguien que confunde las torres de nuestra catedral con "el bonete de un asno".
En 1857, el monumento se arrimó a un costado de la calle para mejorar la circulación, ocultando el pozo con una tapa.
Empezaba ya a estorbar (seguramente provocaría entre carreteros y cocheros más tacos que jaculatorias) y entre 1857 y 1891 el monumento desaparece y dejan la tapa
En esta imagen fechada en 1900 ca. AMP la tapa no aparece y hay un relleno entre los adoquines.Esta foto tiene que ser algo anterior y corresponder a 1891, cuando se retiró la placa anterior y, como todavía no tendrían preparada la placa actual, habrían hecho un apaño provisional, bastante chapucero por cierto, para cubrir el hueco con escombros.
Y es en esa fecha de 1891 cuando se colocó la placa que hoy conocemos, que con letras doradas dice:
"aquí está el pozo con cuya agua, según tradición,
bautizó San Saturnino a los primeros cristianos en esta ciudad"
Actualmente se conserva el propio cilindro de piedra excavado en la tierra y perfectamente cerrado con la mencionada tapa de registro. El pozo es planta circular con 12,5 metros de profundidad.
Iñaki Lacunza, al Patrón de Pamplona
...Y junto al templo de Diana, a la sombra de un ciprés, ante un humilde Pocico, tú nos trajiste la fe (I. Lacunza) |
Para terminar, vamos a escuchar la lección magistral de Iñaki Lacunza, basada en "los viejos relatos, venerable tradición"
Desde Tolouse a Pompelo
Cuentan los viejos relatos, venerable tradición,
que tú viniste de lejos para ser nuestro patrón,
y junto al templo de Diana, a la sombra de un ciprés,
ante un humilde Pocico, tú nos trajiste la fe. (bis)
Desde Grecia a Palestina, desde Toulouse a Pompelo,
recorriste mil caminos y luego marchaste al cielo.
Obispo, mártir y apóstol, hoy te celebra Pamplona,
canta, reza una plegaria sin fin:
“¡bendito seas San Cernin, maestro de San Fermín!”
Fueron pasando los años, fueron pasando los siglos
y surgió un hermoso templo a la vera del Camino.
A las puertas de tu atrio te asomas, San Saturnino,
con una dulce sonrisa recibes al peregrino. (bis)
Desde Grecia a Palestina, desde Toulouse a Pompelo,
recorriste mil caminos y luego marchaste al cielo.
Es día grande de fiesta, se oye al Gallico cantar.
Duerme, sueña tranquila nuestra ciudad.
Porque, escondido en tu torre, siempre la protegerás. (bis)
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