Maite Esporrín, socialista, se empeña en ampliar el minizoo de la Taconera. Pero el concejal Fernando Villanueva, de Navarra Suma, niega la mayor y afirma que si algo hay que afrontar, sería en todo caso, una reducción.
Quienes -como Esporrín- promueven una ampliación, tienen que conocer la historia del mono Charlie. Por solucionar un problema, se trajo a Charlie y se creó otro infinitamente mayor (para regocijo y cachondeo de muchos). Con el tiempo, este mono se convirtió en un mito, hasta el punto de que hace unas semanas acaba de abrir un bar dedicado al mono especialista en escandalizar a las madres que se acercaban con sus cándidas criaturas.
Magnífica descripción (Kepa García)
Doble malla para Charlie |
Tanta expectación provocó su presencia, sobre todo entre adolescentes que no paraban de visitar su refugio para incordiarle, que terminó por empeorar el carácter del animal, tan veloz en echar mano a todo lo que estuviera a su alcance como en manosearse sus genitales con manifiesto alborozo, lo que no siempre fue bien visto por algunos, especialmente para los que acudían al parque con menores de edad y se encontraban al mono en pleno ejercicio de autocomplacencia.
Charly desapareció un buen día sin dejar rastro. Durante algún tiempo permaneció la jaula y el cartel que avisaba sobre la facilidad del primate para apropiarse de las cosas. Hubo quien propuso un homenaje póstumo al mono y los que siguen manteniéndolo en su recuerdo, como ayer se puso de manifiesto en la comisión de Urbanismo, donde hubo varias alusiones a Charly.
Pizzería El Mono Charlie
El Mono Charlie -en homenaje al primate que vivió en la Taconera- es el último bar abierto en la plaza Félix Huarte, zona tranquila de terrazas frecuentadas por familias y universitarios
“Aquí vemos la vida desde el punto de vista del mono”, explica Aranalde, pamplonés de 41 años que tiene vagos recuerdos del mono de la Taconera que vivió enjaulado hasta 1985, cuando al parecer fue liberado por un grupo ecologista. Entre pizzas y ceviches, Aranalde se encarga de contar a los jóvenes clientes la vida de Charlie. Otras veces es al revés, clientes ya entrados en años le confiesan haber sido víctima del robo de gafas o incluso de mordiscos. “Según me han contado, una señora que vivía en la calle Mercaderes fue la que trajo al mono de Barcelona, donde había sido maltratado”, comenta este hostelero. Hay un halo de misterio, aunque lo cierto es que Charlie llegó a la Taconera para dar compañía a una mona de carácter nervioso.
El mono «Charlie
Las dos jaulas que durante
más de diez años albergaron diversos animales (monos, cobayas, gallinas, faisanes) son ya
una página más en la historia de
los jardines de la Taconera. La
idea de su instalación, con relativa buena acogida en su comienzo, produjo con el paso de los
años diversos quebraderos de
cabeza, principalmente a los encargados de su mantenimiento.
Ya en el año 79, en el mes de
diciembre, varias personas soltaron el cierre de la puerta de una
de las jaulas para hacerse con
cuatro faisanes y una perdiz.
Con posterioridad, la mona
que servía de atractivo a los paseantes en la otra jaula fue robada y rescatada más tarde cuando
sus captores intentaban venderla
por mil pesetas.
Los encargados
del mini-zoo, en un intento de paliar el nerviosismo de la hembra, decidieron darle compañía y
llevaron un pequeño mono al
que los pamploneses bautizaron
como «Charlie».
El paso del tiempo confirmó
que el remedio había resultado
peor que la enfermedad porque
en el Ayuntamiento comenzaron
a recibirse denuncias por los objetos que «Charlie» sustraía a los
curiosos que se acercaban demasiado. En junio de 1982
«Charlie» llegó incluso a morder
en un dedo a un niño, obligando
así a los encargados municipales
a cubrir con una malla más tupida su jaula.
El último suceso relacionado
con estas jaulas tuvo lugar en
octubre de 1985, cuando un grupo ecologista puso en libertad al
mono y a varios pavos reales
Hemeroteca DN Jueves, 6 de septiembre de 1990
2 comentarios:
De muy mal gusto tu intención de ofender a Esporrin.
Buena y oportuna entrada, amigo Pachi.
Cuando dejarán de hacer el mono nuestros políticos, y algún que otro afín anónimo.
Como si no hubiera problemas graves que solucionar y asuntos serios donde dedicar esfuerzos e inteligencia, pero parece que de esto último carecen muchos de los que nos gobiernan.
El mono, la verdad que me hizo gracia, el anuncio de la apertura del bar con el nombre del mono, me trajo recuerdos de la época, y la verdad, a la vista de las características del mono, éste seguro que era pariente directo de los monos de Igueldo, pues su actitud autocomplaciente era exactamente la misma, aquellos eran más guarros, pués se comían el resultado de la misma. También te quitaban el bocadillo o cualquier cosa a su alcance, lo que motivó la colocación de redes más tupidas, evitando así lo mordiscos que también daban. En fin, recuerdos graciosos y escandalosos de la época.
Sin embargo, esta falsa polémica sobre los fosos de la taconera, solo es provocada de manera irresponsable por estos políticos, solo les interesa tirar pedradas a los contrincantes, como los monos del monte Igueldo.
No se dan cuenta que lo que actualmente hay, es lo que los habitantes de Pamplona disfrutamos, mayores y niños, que no se necesita ningún animalito más, ni menos, salvo que metamos alguno del gobierno, que no estaría mal, dicho sea de paso.
En fin, sean responsables de una vez y dejen de hacer el mono, que ya está bien de perder el tiempo mientras la gente está en el paro, los negocios y empresas se arruinan y ustedes nos suben los impuestos, sobredimensionando irresponsablemente el gobierno y regalan nuestro dinero a empresas dudosas y en quiebra.
Navrazon Pachi. Gracias por no rectificar, ésto, en algunas ocasiones, también es de sabios y tu la eres.
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