miércoles, 10 de marzo de 2021

Pepe Rey, fabricante de dianas

El título y el retrato robot me lo ha prestado un candidato a víctima que consiguió burlar su destino: "Pepe Rey, escondido muchas veces en el equipito que con tan mortífera eficacia dirigía, deshumanizaba y señalaba a la víctima a las que luego ETA ejecutaba. Era un fabricante de dianas"

Normalmente, cuando alguien fallece, se suele hacer un obituario ensalzando la figura del finado. Como no es el caso y por respeto a a quienes fueron colocados en sus dianas, prefiero traer este artículo de El Mundo, de hace más de 20 años, que resume certeramente la trayectoria de este individuo.

Domingo, 19 de noviembre de 2000 - Número 266
De niño bien a oveja negra  (C. L. S.)
La vida y milagros de Pepe Rei, el gallego que se hizo vasco, cuyos informes periodísticos acaban sospechosamente en ETA
Pepito con su madre y su tía. Lle-
va una palma de Semana Santa
Esta historia comienza en la posguerra, pero sin cartillas de racionamiento, sin estraperlo, sin el piojo verde. La mejor burguesía orensana se había alegrado en 1947 con el nacimiento del niño José Benigno Rey Rodríguez, un querubín privilegiado.

Se llamó Pepe por su padre, José Rey, miembro de una buena familia de la localidad de Esclavitud (La Coruña); y Benigno por su abuelo, Benigno Rodríguez Alanís, el pujante dueño de las Bodegas Alanís. De su madre, en fin, heredó una inteligencia y una sensibilidad despiertas, que aquélla había empleado con éxito en la pintura y la literatura.

En los duros años 50 Pepito Rey celebraba las Navidades con pantaloncitos de terciopelo negro, camisina blanca y pajarita, declamando graciosamente los poemas que le componía mamá. Le espantaban la matanza del cerdo y el sacrificio del pollo, y de aquellos años se recuerda en su pueblo que llegó a comprar la vida de un ave de corral a cambio de su paga.

Barbantes (Orense)
La aldea de Barbantes, que apenas llega ahora a 100 vecinos, era entonces una pequeña y próspera villa con unos 500 habitantes, casi todos dedicados a la viticultura en lo que hoy es la denominación de origen de Ribeiro. Pero Pepito no estaba destinado a la vida fácil que le auguraban sus circunstancias familiares. La culpa la tuvo una cuba de vino que se le echó encima a su padre, matándolo cuando el niño apenas tenía 7 años.

Marina Rodríguez Otero, la madre y joven viuda de 23, emprendió un viaje por Inglaterra y conoció a quien sería su segundo marido, con el que acabó estableciéndose en Brighton. «José Benigno nunca aceptó a su padrastro», atestigua una vecina.

Pincha para leer mejor
Y así fue. El niño, centro de atención de una familia feliz, no pudo encajar los dramáticos cambios y se quedó en España, al cargo de su abuela y sus dos tías maternas, Matilde y María del Carmen, que lo querían con locura. Se educó en los maristas de Orense y en el colegio Cardenal Cisneros y recibió una formación completa, que incluía inglés y francés.


Sin embargo, ser el único niño y el único varón en casa acabaría pasándole factura. Antes de la mayoría de edad abandonó la familia bruscamente para colocarse de intérprete en el Hostal de los Reyes Católicos. Él mismo se pagó los estudios y empezó a trabajar en Vigo, en el periódico Pueblo Gallego.

Se casó pronto con una muchacha asturiana, Luisa, con la que tuvo dos hijas y un hijo, y en la década de los 70, comunista ya, se marchó a San Sebastián para trabajar en La Voz de España, un periódico del movimiento que sería clausurado por UCD.

Lideró entonces una pequeña revolución proletaria, que acabó en la fundación de La Voz de Euskadi, un proyecto autogestionario para el que cada trabajador tuvo que aportar medio millón de pesetas. Cuando la cooperativa quebró realizó colaboraciones para medios como Ya o Interviú, y, finalmente, se incorporó como jefe de deportes a Egin.

En los 80, sus dos hijas y Luisa, su mujer, caen en la adicción a la heroína. Es una pesadilla. Pepe Rei -que para entonces ha perdido ya la y griega del apellido gallego (1)- pasa muchas noches durmiendo junto a su hija mayor, en un desesperado intento de ayudarla a superar la enfermedad.
(1) Eso no es correcto. Precisamente es "Rei", en gallego

Por entonces comienza la intensa actividad al frente del equipo de investigación de Egin, que denuncia las escuchas de la Ertzaintza a Garaikoetxea o la concesión irregular de la millonaria gestión de máquinas tragaperras por parte del Partido Nacionalista Vasco. La pesquisa sobre el PNV culmina con El Jesuita, una novela que denuncia la existencia de un cuerpo vasco ilegal de seguridad, financiado por el partido de Arzalluz.

A finales de 1993 Rei fue sometido a una delicada operación de cuádruple bypass a corazón abierto y, casi al mismo tiempo, recibió la noticia de la apertura de una causa en su contra por el juez Carlos Bueren.

Un registro de Egin, en efecto, había revelado la existencia en los archivos de Rei de más de 1.300 informes sobre empresarios vascos, de los que 16 aparecieron fotocopiados en manos del etarra Carlos Almorza, Pedrito de Andoain, encargado del aparato financiero de ETA. Al menos cuatro de las empresas citadas en los informes sufrieron atentados o recibieron cartas de extorsión.

Aunque los jueces llegaron a la convicción de que alguien había sacado los informes de Egin para entregárselos al terrorista, no pudo probarse que hubiera sido Pepe Rei.

Él siempre lo ha negado y repite que se trata de una persecución motivada por la feroz animadversión del entonces consejero de Interior, Juan Mari Atutxa, y de su encargado de Prensa, Jon Goikolea, que no le perdonan sus investigaciones sobre el PNV. CRÓNICA ha intentado esta semana ponerse en contacto con Goikolea, pero éste se ha negado a hacer declaraciones y ha acusado a El Mundo de defender al periodista en su día.

Rei apenas estuvo tres meses en la cárcel pero el 7 de marzo de 1999 fue detenido de nuevo en San Sebastián, por orden del juez Baltasar Garzón, por otro supuesto delito de colaboración con la banda armada, en el procedimiento abierto para investigar el entramado finaciero de ETA. Tras pagar una fianza de 15 millones de pesetas, que fue rebajada a dos, abandonó la prisión madrileña de Alcalá-Meco. El juicio está pendiente.

A raíz del cierre de Egin por Garzón, recibió la oferta, por parte del periódico sucesor, Gara, de ocuparse de la Sección de Deportes. En realidad era un cargo menor para alguien dedicado previamente a la investigación. No era la primera vez que tenía problemas con el entorno abertzale: en los años 90 había acudido a Melchor Miralles, entonces director de El Mundo en el País Vasco, pidiendo trabajo.

En vista de la situación, él y sus colaboradores decidieron crear un semanario de investigación que llamaron Ardi Beltza (Oveja Negra). Se trata de una publicación a todo color que ataca, sin distinción, al PNV, los cuerpos de seguridad del Estado, los partidos democráticos y el Gobierno español. "La última vez que lo vi -dice un colega de la profesión describiendo sus obsesiones-, me aseguró que el 70% de los periodistas españoles están a sueldo del Ministerio de Interior". La misma acusación que recientemente lanzaba contra Luis del Olmo, Fernando Jaúregui, José María Calleja y Carmen Gurruchaga.

Tras el accidente, con JM. Esparza Zabalegui
(para variar)
El niño de los pantalones de terciopelo, huérfano temprano, separado de Luisa y fracasado en su carrera, parece haber comprendido que los únicos dispuestos a aclamarlo son los lectores de Ardi Beltza y, lo mismo que hace 53 años, declama sus poemas ante la audiencia.

No es la primera vez que sus denuncias -en libros, en Egin o en Ardi Beltza- vienen seguidas de un atentado contra la persona señalada y, el domingo pasado, la Audiencia Nacional incoó diligencias contra él por esta razón. Sobre todo desde que un vídeo editado por la revista apuntase contra Aurora Intxausti y a su marido, que hace dos semanas fueron atacados con una bomba.

Pero cuando alguien le pregunta a Pepe por las consecuencias de su trabajo, él dice no saber nada. Él se limita a recitar. Y si no, que se lo pregunten a mamá.
***
En agosto de 2002, Pepe Rey sufrió un grave accidente de circulación que lo dejó postrado en una silla de ruedas y lo apartó de su profesión.
Ha fallecido el 9 de marzo de 2021, a los 73 años.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues si, oscuros Años.
Ver Patria, o leerlo ha sido un purgatorio..
Caímos muy bajo la sociedad vasca en aquellos tiempos.
Cayendo unos y callando muchos..
MCD

Carmelo dijo...

Gracias Pachi por renovar la información de este canalla cobarde.
Viendo sabremos con pelos y señales la verdad sobre todo el entramado de ETA, PNV, la iglesia vasca y otros grupos de cobardes colaboradores.
Por la verdad, dignidad y justicia.
Navrazon Pachi

Carmelo dijo...

Decía; cuándo sabremos....

Unknown dijo...

Uno de tantos episodios oscuros de esta gentuza,pues nada adios.Espero que con tu ausencia se acaben tantas mentiras en torno a ese mal llamado Euskadi,que el propio Sabino Arana se encargo de desmentir en una carta a su hermano.