Montcada. Gómez Catón |
El Obispo mártir de Barcelona (09.02.21) Jorge López Teulón
D. Jorge muestra al Papa Francisco su publi- cación sobre los Mártires del siglo XX |
Sucedió hace casi ochenta y cinco años en la ciudad de Barcelona. Marco Goñi, sacerdote y familiar (secretario) del Obispo, monseñor Manuel Irurita Almandoz, busca refugio para huir de la cruenta persecución religiosa en que ha estallado el comienzo de la Guerra Civil española. Antoni Tort, que era el joyero titular de la basílica de Nuestra Señora de la Merced, se convierte en protagonista principal de nuestro relato. Por las calles cercanas al Obispado se encuentra providencialmente con la ocasión de refugiar en su domicilio al Señor Obispo. No lo duda ni por un momento. Ya ha recogido a cuatro monjas Carmelitas de la Caridad. Así, desde el 21 de julio hasta el 1 de diciembre, en el taller del joyero se “lleva una vida claustral, por el ambiente de piedad que se respira”.
Irurita y su familiar y secretario, el sacerdote Marcos Goñi, escondidos en el taller del joyero Antoni Tort. ARCHIVO |
Checa de Sant Elías |
Así pues, allí descubren al Doctor Irurita, que se confesó sacerdote, a su sobrino, y a cuatro monjas. Detenidos todos ellos, son llevados aquella tarde a la sede de la patrulla que estaba en el número 166 de la calle de Pere IV (antiguo “Ateneu Colon”) y, desde allí, a la “checa” de Sant Elías, instalada en un convento devastado, cerca de la calle de Balmes.
Tapia del Cementerio de Montcada. Ni rastro, en la actualidad, de los más de mil fusilamientos |
Fusilado tras 48 horas
Una de las religiosas detenidas junto a él cuenta que en uno de los interrogatorios que hicieron al Prelado al día siguiente, le preguntaron si durante los meses de clandestinidad había celebrado la Eucaristía; pregunta a la que respondió con firmeza: “No he dejado de celebrarla ningún día y, si me dejan, lo haré ahora mismo, pues, el mundo se sostiene por el sacrifico de la Santa Misa”. La misma religiosa recuerda que, al ser cacheado, le encontraron un rosario, y mientras se lo quitaban de malos modos, el doctor Irurita, con tono suplicante, les dijo: “Por favor devolvedme el rosario, pues sin él no puedo vivir”.
En el Carrer del Bisbe Irurita |
El posterior hallazgo de sus restos tras la guerra y el reconocimiento de la vestimenta que llevaba al ser detenido por parte de miembros de la familia Tort, que estaban presentes en ese momento, disiparon las dudas. El testimonio de otro preso que fue de la misma partida de doce condenados entre los que se hallaba el obispo, a quien había reconocido al partir para Montcada, confirmó lo declarado por los Tort. El cadáver fue llevado a la catedral, donde se le enterró en la capilla del Santo Cristo de Lepanto.
El análisis del ADN, al 99,9%
El llamado proceso informativo para la canonización del Obispo mártir de Barcelona se abre el 12 de febrero de 1959. El cardenal Ricard María Carles manda el 11 de noviembre de 1993 su reapertura. En el año 1999 tuvo lugar el estudio de los restos. Finalmente, el 19 de julio de 2002 se clausura la fase diocesana. La Causa recibe el nihil obstat el 27 de noviembre de 2002. El decreto de validez se otorgó el 14 de febrero de 2003.
Lápida de Irurita en la Catedral |
Etxeberria, a pie de fosa |
-Yo acudo allá donde se hallan conculcado los derechos humanos.
Bien, pues en la intervención solicitada por el Arzobispado de Barcelona en 1999, participaron los especialistas en Medicina Legal y Forense Rosa Mª Pérez Pérez y Francisco Etxeberria y el análisis genético fue realizado en la Universidad de Santiago por el Prof. Ángel Carracedo, mediante la comparación de muestras de ADN de los restos esqueléticos de una hermana de Manuel Irurita con los correspondientes al esqueleto inhumado en la Catedral de Barcelona, que arrojaron una identificación positiva.
Fin de la polémica
Etxeberria ha declarado:
“aunque en varios lugares se ha dicho que ésta es la primera víctima de la Guerra Civil identificada por técnicas de ADN, en realidad hay un caso precedente que nos lleva al año 1999 con motivo de la investigación del caso de Manuel Irurita Almandoz, obispo de Barcelona, que fue fusilado en 1936 y se encontraba inhumado en la Catedral de Barcelona, tras haber sido recuperado de una fosa del cementerio de Montcada (Barcelona) poco tiempo después de finalizada la guerra”.
He trabajado con él y sé cómo se puede distinguir un cuerpo de otro y de la fiabilidad, cuando pueden usarse, de las pruebas de ADN. Un resultado del 99,9% es muy abultado para andar con zarandajas. Otros siguen empeñados en politizar una preciosa vida martirial con elucubraciones nocturnas que quedan desmontadas por la ciencia… O ¿sólo vale lo científico cuando nos viene cabal para nuestros argumentos? Que se queden con su absurda y escuálida argumentación. Por mucho papel encontrado por el recientemente fallecido monje Raguer. Yo me quedo con el testimonio de las monjas o de la familia Tort que fueron testigos de vista, con el historiador Adro Xavier o el cardenal Carles y con el profesor Etxeberria.
Aquí pueden descargarse esta interesantísima vida gráfica del Obispo Irurita. https://www.cardenaldonmarcelo.es/blog/vida_grafica_irurita.pdf
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Además de esta crítica de J. López Teulón contra la versión de Ràfols y las que presenté al final de Obispo Irurita, "versión 1939", añado éstas que me ha enviado un buen amigo historiador:
"Esto me dice una persona bien conocedora del asunto:
Creo que (Ràfols) es una fuente secundaria de escaso crédito.Seo de Urgel fue ocupado el 5 de febrero de 1939. Tendrían que demostrar en qué prisión secreta estaba y si desde ella se podía llegar a Seo de Urgel mientras el ejército de Franco avanzaba en todo el frente catalán desde el 23 de diciembre.Probablemente esos anarquistas mataron a un cura en ese sitio. Dudo mucho que el Gobierno de Negrín no controlará dónde tenía un obispo, más importante que el de Teruel o Barbastro.El nacionalismo ha difundido muchas mentiras sobre Irurita para impedir su beatificación, propaladas por el benedictino de Montserrat Hilari Raguer, recientemente fallecido. Una de ellas era el testimonio de personas que decían haberlo encontrado saliendo del Palacio Episcopal días después de la liberación de Barcelona.
Muchas gracias, Pablo.
Juan Luis Fortún me asegura que:
Josep Maria Rafols, el autor del libro sobre Irurita, es un periodista que se proclama historiador, sin ningún título que lo acredite como tal. Jubilado como periodista en 2016, se dedica a escribir guiones de documentales históricos. Es un guionista, si se quiere, pero nada avala su condición de historiador
Lo que sospechaba: un señor sin escrúpulos que lo que quiere es vender su libro
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