Un paraíso que se ha convertido en un infierno |
Quiero, en primer lugar, agradecer todas las muestras de apoyo recibidas con motivo de mi expulsión, como Pachi Mendiburu, de Facebook y, de paso, intentar responder a la pregunta de por qué me han echado.
Comencé con el blog Desolvidar en diciembre de 2008 y pronto caí en la cuenta de que Facebook era un buen sistema para difundir mis publicaciones. Así que me creé el perfil con mi nombre y apellidos: "Pachi Mendiburu Belzunegui".
Los primeros años no tuve ningún problema, al revés, Facebook me animaba a seguir publicando, a compartir mis publicaciones, me felicitaba en mi cumpleaños... un idilio.
Yo iba entrando en diferentes grupos de Facebook con los que compartía las entradas, casi diarias, que hacía.
Empiezan los problemas
En algunos grupos (controlados por Bildu, Podemos...) mis entradas no gustaban y me solían castigar, expulsar para una temporada o para siempre. A esas expulsiones, alguna muy reciente, dediqué estas entradas (pincha)
A la vez, Facebook también empezó a castigarme, impidiéndome compartir mis entradas durante unos días, una o dos semanas. O sea, yo podía publicar las entradas en mi muro (mi "tablón de anuncios") pero no podía compartirlas en ningún grupo.
Un amigo experto me explicó que Facebook me había puesto un "boot", un número máximo de grupos con los que podía compartir y, si lo superaba, castigo al canto. Pero, ¿cuál era ese número máximo? Nadie me lo dijo.
Entonces empecé a echar mano de amigos que me ayudaban a compartir para que yo no alcanzara ese techo. A pesar de su ayuda, los castigos, menos, pero seguían. Tengo guardados los de 2019 y fueron 15, casi todos de una semana:
Aquello no podía continuar.
Entonces un amigo me sugirió que me hiciera un nuevo perfil. No era complicado. Además el propio Facebook te anima a hacerlo: "crear cuenta nueva" "crea una página para un personaje público..."
Le hice caso, y entre los perfiles y los amigos, se acabaron los castigos. En 2020 ya no tengo más que dos castigos y los dos en enero, a comienzo de año.
Pero a finales de ese mismo año pasado empezaron las amenazas de Facebook: que me iban a cerrar la cuenta.
Primero, coincidiendo con mi expulsión del grupo "la Pamplona... olvidada", me quitaron el perfil "Cabeza Monte" (traducción al español de mi apellido "Mendi-buru").
Facebook consiente esto
Esta expulsión me demostró que en algunos grupos de Facebook la ley que rige es el antojo del administrador. Así como en otros grupos las normas están recogidas en un apartado, en "La Pamplona...olvidada", no. Además, es el único grupo que conozco (y conozco unos cuantos) que prohíbe los enlaces a un blog, concretamente al mío, a Desolvidar. Cada vez que puse un enlace a mi blog, me cayó un castigo ¡¡¡de un mes!!!
Me sometieron a un linchamiento moral (una de las lindezas que dijeron de mí es que era un "cunetero") sin yo poder defenderme (estaba castigado) y finalmente el administrador me expulsó.
Y Facebook no hizo absolutamente nada. Bueno, sí: me quitó el perfil "Cabeza Monte". Reclamé y ni caso.
De hoy mismo |
La puntilla
A finales de enero empezaron a ponerme dificultades a la hora de compartir. Luego, a no dejarme compartir con el perfil "Pachi Mendiburu". Desde hace un par de semanas tampoco puedo compartir como "Francisco de Val".
El lunes, 15, por fin me dejaron compartir como "Pachi Mendiburu". Un espejismo. Al día siguiente me eliminaron la cuenta.
Reclamé, les mandé mi DNI y ayer me contestaron: Me permiten la identidad "Francisco de Val" y eliminan mi verdadera identidad. Imposible más mala leche.
Hay que decir que el perfil "Francisco de Val" solo lo uso para compartir en algunos grupos.
Pero como "Pachi Mendiburu" he publicado más de 2000 entradas, he subido a Facebook centenares de álbumes que he enlazado a la entrada correspondiente. Para que os hagáis una idea del daño que me hacen, a mí y a todos los lectores del blog, os pongo este ejemplo de una entrada cualquiera entre centenares de ellas:
Arazuri J.J. "Pamplona antaño"Hoy vas a disfrutar de 131 imágenes de la vieja Pamplona, que habrás visto a menudo, pero nunca comentadas con tanto detalle. Están extraídas de "Pamplona antaño" (1967), de José Joaquín Arazuri.Pincha en este álbum, único en Facebook
Y al pinchar en "álbum", el enlace roto. 131 imágenes de la vieja Pamplona, cada una con los comentarios de don José Joaquín Arazuri, tiradas por el río abajo.
Y como ésta, centenares de entradas estropeadas.
¿A quién beneficia tanto daño?
Exijo a Facebook recuperar el perfil con el que he trabajado siempre: "Pachi Mendiburu". Siempre que me han dejado.
3 comentarios:
Hola Pachi, es lamentable ver y comprobar la miserable arbitrariedad que se comete contigo y tu magnífico perfil, no entiendo ni alcanzo a comprender que le lleva a Facebook a cometer estás arbitrariedades. Puedo vislumbrar, sin embargo, que aquí hay manos negras con poder e influencia que no dan la cara, se esconden bajo la maraña de las redes sociales, que poco a poco van poniendo de manifiesto su dependencia de ciertos poderes ocultos.
Cuando las redes sociales nacieron, todo el mundo lo agradecimos, pues por fin, el ciudadano de a pié disponía de libertad de expresión plena, (ojo, no la libertad de expresión que reclaman para este cretino que acaban de condenar) eso no es libertad de expresión. Pero conforme han ido asentándose en la sociedad estas redes sociales y han ido consiguiendo poder en la sociedad, han ido quitándose la careta y actuando como vemos en este caso.
Yo me fui de Facebook entre otras cosas por estás arbitrariedades, aconsejo por tanto que sigáis como protesta este ejemplo, así verán que su poder no es omnímodo ni absoluto. Este es el momento de pararles los pies para que no hagan como alguna prensa española, que se han convertido en mercenarios de los políticos.
Ánimo Pachi, buen trabajo.
Navrazon
Hola, Pachi. Me quedo perpleja con tu relato. Aunque no tengo facebook, entiendo que tus publicaciones van en la misma línea que las que publicas en este blog, por lo que no encuentro motivo alguno de censura. Sabemos que facebook, al menos en España, delega en empresas privadas (Maldita.es y Newtral) el control de la información que se vierte en esa red, así que a partir de ahí, y conociendo el sesgo político de los propietarios de ambas empresas, el resto es previsible, aunque cuesta entender qué tienen de censurables tus relatos sobre la Pamplona olvidada o sobre Arazuri, por poner dos ejemplos. Me queda claro que cada reino de taifas (comunidad autónoma) tiene su grupo de censores políticos con tentáculos directos a , en este caso Maldita.es y Newtral, que se encargan de dirigirles sus quejas ante cualquier publicación que consideran perjudicial para sus intereses. Asusta pensar en manos de quién estamos.
Un abrazo y mucho ánimo.
Chon.
No les interesa quien va contra corriente...
Ánimo, Pachi.
Víctor, cuidado en su niñez por el Dr. Arazuri.
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