![]() |
Diario de Noticias |
Hoy os presento la primera crónica de Diario de Navarra sobre el Carnaval de Lanz (crónica completa). En ella encontramos la prueba irrefutable de que las imágenes del Carnaval de Lanz ("Navarra. Las cuatro estaciones", 1972) fueron rodadas ocho años antes, en 1964.
El Carnaval de Lanz se ha celebrado, en el siglo XIX, no antes de 1819. En el XX, hasta 1937 (Guerra Civil), en 1944 y a partir de 1964 , siempre, en dictadura y en democracia. En el XXI, siempre, con la excepción de los dos años de pandemia (1921 y 22). En total, unas 176 veces, como máximo.
La prueba definitiva
En el DN del 11 de Febrero de 1964 tenemos la prueba de que las imágenes del Carnaval de Lanz ("Navarra. Las cuatro estaciones" 1972) fueron rodadas ocho años antes, en 1964. Vemos a Pío Caro Baroja. provisto de gruesas orejeras, dirigiendo a los dos técnicos de NO-DO. La escena de las tres máscaras deteniendo la huida de Miel Otxin, se podrá repetir (aunque creo que es exclusiva de la película) todos los años, pero la mancha de nieve, a los pies de la máscara de la derecha, hay que tener mucha paciencia y temperatura adecuada para dejarla exactamente igual otro año que no sea 1964.
Origen y continuidad
![]() |
Juanito Gómez 1969 |
Este carnaval fue suprimido, como en el resto de España, con la guerra civil (1937). Pero, gracias a la labor de José Esteban Uranga, que recogió su celebración con unas históricas fotografías, de la familia Baleztena y, en especial, del escritor José María Iribarren, se consiguió que se celebrara, por una vez, en 1944. Posteriormente tomó continuidad y universalizó gracias al documental y estudio que hicieron los hermanos Caro Baroja en 1964 para el NODO.
Las autoridades de entonces comprendieron a tiempo que lo de Lanz no era un carnaval al uso, sino la rememoración folclórica de un acontecimiento histórico y, gracias al cine de los Caro Baroja, hoy podemos seguir disfrutándolo.
En el reportaje de Diario de Navarra, de 1964, que vais a leer se anuncia esa pretensión de continuidad:
"Pero los de Lanz no quieren que todo se quede ahí y mantienen el secreto orgullo de que los pequeños que hoy gritaban espantados a la vista de personajes tan increíbles, puedan a su vez cargar en su día a Miel-Otxin sobre sus hombros y dispararle el tiro de gracia en la plaza de Lanz".
Y así ha sido.
DN Martes, 11 de Febrero de 1964.
Carnaval en Lanz (Diario de Navarra)
![]() |
Juanito Gómez 1969 |
Los más ancianos han enseñado a los jóvenes cómo ataviarse para las fiestas
Pero las abuelas olvidaron advertir a las nietas que era peligroso bajar a la calle si no querían ser apaleadas por los chachos.
Cuentan que cuando el bandido Miel-Otxin se asomaba al valle de la Ulzama, hasta las mismas montañas temblaban. Cuentan también que, si bien nadie conoce el final de este aventurero legendario, muchas generaciones se han esforzado en matarlo públicamente disparando sobre un gigantesco muñeco de paja. Palabra, que es fácil creer toda esta historia cuando se contemplan los carnavales de Lanz. El recuerdo de aquel rencor y la obsesión de una insaciable revancha han saltado por encima de los tiempos y ayer se firmó de nuevo la sentencia de muerte de este bandido que vivió allá, en los comienzos de una tradición que sabe Dios dónde se inicia.
LOS HERMANOS CARO BAROJA EN EL CARNAVAL
![]() |
DN Martes, 11 de Febrero de 1964 |
ESTO TIENE QUE CONTINUAR
![]() |
DN1964 Mayores Lanz Galle |
—Hasía veinte años que yo no vestirme de chochu y otros tantos que el chirola no cogía. Ya no recuerdo bien notas.
El anciano quita el chistu a Pachi Cilveti que había acudido desde Pamplona con José Zumalde para acompañar la comparsa, y saca despacico las notas de este pasacalles que ha sonado en Lanz durante años y años.
Don Juan Bautista Olagüe, cerca de noventa inviernos sobre sus espaldas, miraba y remiraba ayer a los mozos con sus máscaras.
—Con más de setenta aflos ha bailado el zortziko por las calles —comenta don Eusebio Irurita, corresponsal nuestro en Lanz.
LOS MAYORES ENSEÑAN COMO DISFRAZARSE
![]() |
Ziripot Juanito Gómez 1969 |
—Mire usted, aclaraban algunos de ellos, cuando éramos mozos no se crea que todo marchaba como ahora. Nootros ya desir a los mozos cómo vestirse según costumbre, pero hoy en día la juventud es muy indisciplinada y no hacen caso. Antes no se ponían tantas máscaras. Nos disfrazábamos, sí, pero a lo salvaje, no a lo señorito. Llevábamos pieles, muchas pieles sobre las espaldas y los brazos. Los mejores jabalíes los despellejábamos para la fiesta, y también corderos y algún corzo que salía. Por la cabeza, nada de caretas, nosotros éramos más cristianos que estos y llevábamos mantos de seda que nos prestaban las mozas. Como eran tan transparentes podíamos ver sin haser agujeros.
ZIRIPOT, EL ROLLIZO
![]() |
Zaldiko Juanito Gómez 1969 |
El ziripot es con el Miel-Otxin y el zaldiko, uno de los protagonistas de esta fabulosa mascarada. Nadie sabe bien qué papel juega en ella pero esta figura gruesa, grotesca y zafia tiene que caer varias veces en la carrera vertiginosa de la mascarada por el pueblo. El culpable de estas caídas es el tercer hombre: Lorenzo Iráizoz. el caballo de este carnaval en versión 1964. El zaldiko —otra incógnita— no se sabe tampoco por qué diablos arremete en cuanto puede contra el buen ziripot y lo revuelca en un suelo casi siempre enfangado. Ayer faltó el barro a esta cita secular, tal vez porque se asustó de unas temperaturas que hasta el mismo ziripot sentía a pesar de sus kilos de heno.
MIEL-OTXIN, EL BANDIDO GIGANTE
![]() |
Miel Otxin Juanito Gómez 1969 |
HASTA LAS VACAS TEMBLARON
Coreando a los tres protagonistas, las máscaras, los chachos como también les llaman. Eran muy pasadas las doce y media cuando todos salieron de la posada y llenaron el pueblo con todo el terror legendario de sus gritos. Lanz, que es una inmensa y hermosa vaquería, no salía de su asombro. Las vacas estaban ayer asustadas y no sabían dónde guarecerse de tan insólito acontecimiento. Las calles, desiertas. En los balcones, las mozas contemplaban el paso del carnaval y las que bajaron a la calle —algunas abuelas olvida ron recordar lo que puede la fuerza de una escoba— tuvieron que correr más de un susto y escapar de aquel manojo de pieles, caretas, cencerros y escobas que sacu dían sin compasión a todo no enmascarado menor que pillaban.
—Cuando yo era mocete, de aquellos montes teníamos que ver el carnaval si no queríamos que nos sacudieran a palos. Y si nos fijábamos que alguno de ellos dejaba la mascarada, ya podíamos correr por los montes y escondernos bien...
El cortejo —seguido siempre por el ojo infalible de los objetivos del NO-DO- recorrió todo el pueblo parando dos veces para que unos herreros -los herreros más terroríficos que jamás pueda uno imaginar, vestidos de saco de pies a la cabeza— le clavaran las herraduras que perdiera en la loca carrera.
Hoy seguiré el drama. Miel-Otxin sabe que le quedan pocas horas de vida y que después del disparo a su triste corazón toda su furia va a quemarse en medio de la plaza.
María Antonia Estévez
Y no podemos terminar sin volver a ofrecer las soberbias imágenes que se grabaron en aquel febrero de 1964, con menos nieve que en 1969:
No hay comentarios:
Publicar un comentario