jueves, 6 de marzo de 2025

Carnaval de Lanz, DN 1964

Diario de Noticias
Hoy os presento la primera crónica de Diario de Navarra sobre el Carnaval de Lanz (crónica completa). En ella encontramos la prueba irrefutable de que las imágenes del Carnaval de Lanz ("Navarra. Las cuatro estaciones", 1972) fueron rodadas ocho años antes, en 1964. 

El Carnaval de Lanz se ha celebrado, en el siglo XIX, no antes de 1819. En el XX, hasta 1937 (Guerra Civil), en 1944 y a partir de 1964 , siempre, en dictadura y en democracia. En el XXI, siempre, con la excepción de los dos años de pandemia (1921 y 22). En total, unas 176 veces,  como máximo.

La prueba definitiva
En el DN del 11 de Febrero de 1964 tenemos la prueba de que las imágenes del Carnaval de Lanz ("Navarra. Las cuatro estaciones" 1972) fueron rodadas ocho años antes, en 1964. Vemos a Pío Caro Baroja. provisto de gruesas orejeras, dirigiendo a los dos técnicos de NO-DO. La escena de las tres máscaras deteniendo la huida de Miel Otxin, se podrá repetir (aunque creo que es exclusiva de la película) todos los años, pero la mancha de nieve, a los pies de la máscara de la derecha, hay que tener mucha paciencia y temperatura adecuada para dejarla exactamente igual otro año que no sea 1964.

Origen y continuidad
Juanito Gómez 1969
Si tiene razón el reciente y excelente trabajo de Jesús M. Usunáriz, la captura, ajusticiamiento y descuartizamiento de Miel Otxin rememora el caso de los "guardianos" (unos bandoleros que asolaron los caminos de Lanz y el puerto de Velate) de 1818. Es pues bastante exagerada la afirmación del Ayuntamiento de Lanz cuando el 29 de marzo de 1966 inició los trámites para que los carnavales de la localidad fueran declarados «Fiesta de interés cultural», que alegaba que la fiesta se venía celebrando «desde tiempo inmemorial».
Este carnaval fue suprimido, como en el resto de España, con la guerra civil (1937). Pero, gracias a la labor de José Esteban Uranga, que recogió su celebración con unas históricas fotografías, de la familia Baleztena y, en especial, del escritor José María Iribarren, se consiguió que se celebrara, por una vez, en 1944. Posteriormente tomó continuidad y universalizó gracias al documental y estudio que hicieron los hermanos Caro Baroja en 1964 para el NODO. 
Las autoridades de entonces comprendieron a tiempo que lo de Lanz no era un carnaval al uso, sino la rememoración folclórica de un acontecimiento histórico y, gracias al cine de los Caro Baroja, hoy podemos seguir disfrutándolo.

En el reportaje de Diario de Navarra, de 1964, que vais a leer se anuncia esa pretensión de continuidad: 
"Pero los de Lanz no quieren que todo se quede ahí y mantienen el secreto orgullo de que los pequeños que hoy gritaban espantados a la vista de personajes tan increíbles, puedan a su vez cargar en su día a Miel-Otxin sobre sus hombros y dispararle el tiro de gracia en la plaza de Lanz".
Y así ha sido.

DN Martes, 11 de Febrero de 1964.
Carnaval en Lanz (Diario de Navarra)
Juanito Gómez 1969
El gigante Mil-Otxin ha vuelto a bajar de las montañas . Hacía veinte. años que los mozos del pueblo no cubrían sus rostros para matar públicamente a este bandido legendario
Los más ancianos han enseñado a los jóvenes cómo ataviarse para las fiestas
Pero las abuelas olvidaron advertir a las nietas que era peligroso bajar a la calle si no querían ser apaleadas por los chachos.
Cuentan que cuando el bandido Miel-Otxin se asomaba al valle de la Ulzama, hasta las mismas montañas temblaban. Cuentan también que, si bien nadie conoce el final de este aventurero legendario, muchas generaciones se han esforzado en matarlo públicamente disparando sobre un gigantesco muñeco de paja. Palabra, que es fácil creer toda esta historia cuando se contemplan los carnavales de Lanz. El recuerdo de aquel rencor y la obsesión de una insaciable revancha han saltado por encima de los tiempos y ayer se firmó de nuevo la sentencia de muerte de este bandido que vivió allá, en los comienzos de una tradición que sabe Dios dónde se inicia.

LOS HERMANOS CARO BAROJA EN EL CARNAVAL
DN Martes, 11 de Febrero de 1964
Hacía veinte años que los carnavales de Lanz no se celebraban. José María Iribarren y José E. Uranga consiguieron reproducir una vez más las escenas de una comparsa que después de la guerra no había vuelto a disfrazarse. Las fotografías tomadas entonces fueron publicadas en el año 44 por la revista de la Institución Príncipe de Viana acompañadas de un estudio del Sr. Iribarren y todo parecía que el Carnaval de Lanz se había convertido definitivamente en un documento de archivo. Los hermanos Caro Baroja -Julio y Pío- han desempolvado de nuevo toda esta tragedia formidable para las cámaras de NO-DO. Bajo la dirección de Pío Caro Baroja. un equipo de técnicos filmaron ayer y filmarán hoy hasta la última secuencia de esta mascarada; para realizar un Documental que posiblemente dentro de mes y medio pueda contemplar todo España

ESTO TIENE QUE CONTINUAR
DN1964 Mayores Lanz Galle 
Pero los de Lanz no quieren que todo se quede ahí y mantienen el secreto orgullo de que los pequeños que hoy gritaban espantados a la vista de personajes tan increíbles, puedan a su vez cargar en su día a Miel-Otxin sobre sus hombros y dispararle el tiro de gracia en la plaza de Lanz. Todo ello sin que sea preciso apretar el recuerdo para que los ancianos reproduzcan exactamente la melodía del zortziko que deben interpretar los chistus que acompañan la comparsa.
—Hasía veinte años que yo no vestirme de chochu y otros tantos que el chirola no cogía. Ya no recuerdo bien notas.
El anciano quita el chistu a Pachi Cilveti que había acudido desde Pamplona con José Zumalde para acompañar la comparsa, y saca despacico las notas de este pasacalles que ha sonado en Lanz durante años y años.
Don Juan Bautista Olagüe, cerca de noventa inviernos sobre sus espaldas, miraba y remiraba ayer a los mozos con sus máscaras.
—Con más de setenta aflos ha bailado el zortziko por las calles —comenta don Eusebio Irurita, corresponsal nuestro en Lanz.

LOS MAYORES ENSEÑAN COMO DISFRAZARSE
Ziripot Juanito Gómez 1969
Los mayores disfrutaron ayer mucho más que los jóvenes. Se les iban los pies tras las notas del chistu cuando en la cocina de la posada el equipo de sonido de NO-DO grababa los pasacalles.
—Mire usted, aclaraban algunos de ellos, cuando éramos mozos no se crea que todo marchaba como ahora. Nootros ya desir a los mozos cómo vestirse según costumbre, pero hoy en día la juventud es muy indisciplinada y no hacen caso. Antes no se ponían tantas máscaras. Nos disfrazábamos, sí, pero a lo salvaje, no a lo señorito. Llevábamos pieles, muchas pieles sobre las espaldas y los brazos. Los mejores jabalíes los despellejábamos para la fiesta, y también corderos y algún corzo que salía. Por la cabeza, nada de caretas, nosotros éramos más cristianos que estos y llevábamos mantos de seda que nos prestaban las mozas. Como eran tan transparentes podíamos ver sin haser agujeros.

ZIRIPOT, EL ROLLIZO
Zaldiko Juanito Gómez 1969
Los preparativos de la fiesta han durado muchas horas. Ya el domingo la gente andaba alborotada y las serpentinas y los confetis, máscaras, sacos y pieles esperaban impacientes la hora de la puesta en escena. Cuando llegamos a Lanz, José Fermín Irurita se dejaba engordar de heno. Un saco en cada pierna, sin un solo rincón sin rellenar, otro a la espalda en las mismas condiciones y un manto por la cabeza —a úl tima hora faltó la tradicional blu sa negra— y el ziripot estaba en forma.
El ziripot es con el Miel-Otxin y el zaldiko, uno de los protagonistas de esta fabulosa mascarada. Nadie sabe bien qué papel juega en ella pero esta figura gruesa, grotesca y zafia tiene que caer varias veces en la carrera vertiginosa de la mascarada por el pueblo. El culpable de estas caídas es el tercer hombre: Lorenzo Iráizoz. el caballo de este carnaval en versión 1964. El zaldiko —otra incógnita— no se sabe tampoco por qué diablos arremete en cuanto puede contra el buen ziripot y lo revuelca en un suelo casi siempre enfangado. Ayer faltó el barro a esta cita secular, tal vez porque se asustó de unas temperaturas que hasta el mismo ziripot sentía a pesar de sus kilos de heno.

MIEL-OTXIN, EL BANDIDO GIGANTE
Miel Otxin Juanito Gómez 1969
Sobresaliendo por encima de toda esta comparsa, el bandido, el gigante, el temible y odiado Miel-Otxin. Miel-Otxin son tres metros de muñeco y treinta y cinco kilos de peso. Miel-Otxin es un manejo de todo cuanto puede aborrecerse y quemarse en esta tierra. Miel-Otxiri es un hombrachón con un corazón de piedra, unas manos extendidas en un gesto inútil y unos ojos de máscara vacíos, temibles, pero vencidos. A Miel-Otxin lo bailaron ayer Antonio Arístegui y Carlos Jorajuria con tanta gracia como si sobre sus hombros se apoyara la más hermosa de las doncellas.

HASTA LAS VACAS TEMBLARON
Coreando a los tres protagonistas, las máscaras, los chachos como también les llaman. Eran muy pasadas las doce y media cuando todos salieron de la posada y llenaron el pueblo con todo el terror legendario de sus gritos. Lanz, que es una inmensa y hermosa vaquería, no salía de su asombro. Las vacas estaban ayer asustadas y no sabían dónde guarecerse de tan insólito acontecimiento. Las calles, desiertas. En los balcones, las mozas contemplaban el paso del carnaval y las que bajaron a la calle —algunas abuelas olvida ron recordar lo que puede la fuerza de una escoba— tuvieron que correr más de un susto y escapar de aquel manojo de pieles, caretas, cencerros y escobas que sacu dían sin compasión a todo no enmascarado menor que pillaban.
—Cuando yo era mocete, de aquellos montes teníamos que ver el carnaval si no queríamos que nos sacudieran a palos. Y si nos fijábamos que alguno de ellos dejaba la mascarada, ya podíamos correr por los montes y escondernos bien...
El cortejo —seguido siempre por el ojo infalible de los objetivos del NO-DO- recorrió todo el pueblo parando dos veces para que unos herreros -los herreros más terroríficos que jamás pueda uno imaginar, vestidos de saco de pies a la cabeza— le clavaran las herraduras que perdiera en la loca carrera.
Hoy seguiré el drama. Miel-Otxin sabe que le quedan pocas horas de vida y que después del disparo a su triste corazón toda su furia va a quemarse en medio de la plaza. 
María Antonia Estévez

Y no podemos terminar sin volver a ofrecer las soberbias imágenes que se grabaron en aquel febrero de 1964, con menos nieve que en 1969:

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