domingo, 23 de marzo de 2025

¡Sapristi!

Puede ser el nombre de un gastro-bar o de una editorial, pero, inevitablemente, muchos asociamos esta interjección a los tebeos de la infancia. ¡Sapristi! era una expresión -de sorpresa, sobre todo- que utilizaban Tintín, Mortadelo y Filemón, El Capitán Trueno y alguna vez hasta Pedrín, el ayudante de Roberto Alcázar. 
Tintín
Ya entonces, en los años 50, parecía una palabra anticuada, de otros tiempos, que ya no usaba la gente corriente. Miento, mi hermana Esperanza era de las que sí utilizaba esas expresiones de los tebeos.
En cambio, en los textos literarios en lengua española, apenas si aparece en un par de ocasiones, pero me ha servido de gran ayuda para conocer su origen francés y función:
"Evito asimismo muy cuidadosamente todo género de interjecciones, aun aquellas que parecen inocentísimas como es la francesa "¡sapristi!" y las castellanas: "¡canastos!," "¡caray!," y "¡caramba!", pues estoy convencida de que en el fondo no son sino hipócritas sinónimos de otras peores..." (1924 - 1928, Teresa de la Parra. "Ifigenia. Diario de una señorita que escribió porque se fastidiaba". Venezuela)
Y efectivamente, esta expresión francesa es una blasfemia disimulada. 
El segundo mandamiento de la Iglesia Católica dice: "No tomarás el nombre de Dios en vano". Pues ¡Sapristi! es una alteración eufemística de sacristi (esto ya suena peor), a su vez contracción, también eufemística, del juramento en latín Sacrum Corpus Christi (sacro cuerpo de Cristo), que se consideraba blasfemo.
Mortadelo y Filemón
De todas formas, coincido con Romera en que todas estas expresiones, que ya estaban anticuadas cuando las conocimos de niños, “… envejecen con nosotros y tal vez morirán también cuando nos vayamos”.

1 comentario:

Tiburón del Arga dijo...

Qué post tan curioso, ¡me cagüen Sos!