miércoles, 16 de agosto de 2023

Antonio Beristáin SJ, acosado por ETA, su Provincial y su Obispo

Antonio Beristáin recibe un galardón de Covite
Antonio Beristáin (1924-2009)
Bilbaíno, nacido coyunturalmente  en Medina de Rioseco, Valladolid, localidad en la que su padre ejercía la profesión de notario, a partir de los cuatro años, su infancia y su juventud se desarrollaron fundamentalmente en el País Vasco. Después de haber cursado el bachillerato en Bilbao, entró en 1941 en la Compañía de Jesús, ingresando en el noviciado jesuita de Loyola (Azpeitia-Guipúzcoa). En 1943 inició sus estudios de formación humanística en Orduña (Vizcaya), luego la filosófica en Oña (Burgos), la jurídica en Oviedo y Valladolid, y la teológica en Frankfurt am Main (Alemania). Sacerdote jesuita.

Dos son las fuentes fundamentales que nos hablan de Beristáin:
- Alfonso Ussía, quien también nos contó, en una entrada anterior, el castigo al que fue sometido el Padre Sagüés por parte de Setién y Echarte
- Fernando Savater, donostiarra, quien siguió muy de cerca la trayectoria de Beristáin

Dice Savater:
"Beristain fue jesuita, catedrático de Derecho Penal y fundador del Instituto Vasco de Criminología. Se preocupó especialmente -y antes que nadie- de la consideración que merecen las víctimas en el tratamiento de los delitos, una rama académica que él llamó 'victimología' y de la cual existen ahora cátedras que llevan su nombre en la Universidad Carlos III de Madrid y en la de Murcia. Sobre estos temas publicó numerosos estudios eruditos y apasionados, como él mismo".

"A las de ETA yo las llamo macrovíctimas", decía Beristáin. Y explicaba que su sufrimiento se ve aquí acrecentado por la presencia cercana de los "victimarios". Señalaba que a muchas de estas "macrovíctimas" se las insulta por la calle ("Ordóñez -dirigido a su hermana Consuelo- devuélvenos la bala") o por teléfono.
"El ambiente aquí es de no libertad. Y se habla de paz, pero no de justicia. Y la paz es fruto de la justicia. Es una consigna jesuita que considero muy correcta"
El jesuita era también una víctima de ETA. Amenazado en repetidas ocasiones, contó con la compañía de la escolta durante largos años (por cierto, mientras Beristáin necesitaba escolta, Iosu Ternera formaba parte de la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento de Euskadi). Su despacho lo presidía una calavera que le enviaron los terroristas. "No quise marcharme por amor a mi pueblo. Aun sabiendo que me exponía a que me asesinaran".

Y prosigue Fernando Savater:
Oficiando la misa
"Nunca faltó a una concentración tras un atentado, ni a una manifestación contra ETA y a favor de la Constitución. En la época en que los curas vascos se negaban a celebrar misas por las víctimas del terrorismo, Beristain defendió (...) el honor del altar... 
Esta actitud no le ganó popularidad ante sus superiores: un artículo crítico con la actitud del obispo Setién se saldó con una reprimenda de su provincial y la prohibición de volver a escribir en la prensa."

Ahora, demás de ser ya víctima de ETA, se iba a convertir en víctima de Setién y de los jesuitas.

En un artículo publicado en El Diario Vasco de San Sebastián (17 de diciembre de 1997) a propósito de la actitud del obispo Setién hacia el terrorismo, Beristáin pedía a los obispos vascos firmeza hacia éste y efectuaba tres preguntas: 
-"¿Por qué la Iglesia vasca nunca ha condenado el terrorismo de ETA?"
-"¿Por qué nunca se ha manifestado a favor de las víctimas del terrorismo de ETA?" 
-"¿Por qué nunca se ha hecho algo públicamente a favor de esas víctimas?"

Ignacio Echarte SJ.
Los jesuitas -en una carta firmada por Echarte- prohibieron a Beristain dirigirse a la prensa sin permiso de sus superiores de la Compañía y le ordenaron retractarse ante Setién.
Nos lo cuenta Alfonso Ussía:
El autor de la carta que le llegó a Beristáin fue, otra vez, el Provincial de la Compañía de Jesús de la Provincia de Loyola, el padre Ignacio Echarte. 
De todos es sabido que en aquellos tiempos –estamos en 1997–, tanto el Obispo de San Sebastián, José María Setién, como su Vicario Pagola, se ubicaron del lado de los asesinos y despreciaron a las víctimas de la ETA. 
Dos jesuitas se mostraron críticos con su obispo, publicando sendas cartas en «El Diario Vasco» de San Sebastián. El anciano y valiente jesuita navarro Miguel María Sagüés (recuérdalo) y el jesuita y criminólogo Antonio Beristain, profesor en la Universidad de Deusto, en su sede de San Sebastián. 
Por orden de Setién, el padre Sagüés fue confinado en la Casa de Ignacio de Loyola, incomunicado y con prohibición de recibir llamadas o visitas. El autor del encarcelamiento del padre Sagüés, último preso político de España, fue el Provincial Echarte. El padre Sagüés obedeció (con un par de desobediencias) a su superior hasta la muerte, siguiendo la norma ignaciana. 
Pero el padre Beristain, más joven y decidido, volvió a escribir contra Setién, acusándolo de estar con los verdugos y no con las víctimas:
Y recibió la carta que sigue, firmada por el Provincial Echarte. 
«Bilbao, 17 de diciembre de 1997. 
Padre Antonio Beristain. 
Querido Antonio: Acaba de llegar a mis manos tu colaboración de hoy, día 17 en «El Diario Vasco» titulada «El Papa y las Víctimas del Terrorismo». No pretendo juzgar tus palabras que podrían merecer comentarios pormenorizados, sino más bien deseo remitirme a actuaciones tuyas precedentes, y la decisión que te comunicó mi predecesor, Ignacio Cacho. 
En nuestra entrevista del 5 de noviembre del año pasado, hicimos un pacto de honor por el que te comprometías a actuar en estos casos en conformidad con la actual Ordenación sobre escritos y otras obras destinadas a la publicación que exige la Previa Licencia Superior. Creí que la mutua palabra dada era suficiente, pero ahora constato que debo intimarte (2ª acepción) esa obligación por escrito. 
Como es la primera vez que desde entonces actúas así, confío en que, en adelante, no volverás a hacerlo. Si así lo hicieras, me sentiría obligado a adoptar claras y serias medidas de gobierno, para tu propio bien y para el bien de la Provincia y la Compañía. 
Y por ello, determino lo siguiente: 
1º/ En el período de una semana escribirás una carta personal al Sr. Obispo de San Sebastián retractándote de tus afirmaciones hechas en el día de hoy. 
2º/En el futuro, no podrás tener ninguna comunicación con los medios de comunicación social (TV. Radio, Prensa escrita) sin el permiso expreso y por escrito de tu Superior Mayor. 
Siento tener que tomar esta decisión drástica y fuerte, pero considero que es necesaria para que podamos contribuir, como jesuitas y hombres de Iglesia, «a construir la paz entre todos nosotros». (Las comillas son de Alfonso Ussía). 
Quedo a tu servicio. Ignacio Echarte. Provincial».
El padre Beristain abandonó la Compañía de Jesús (sólo según Ussía; ver nota final) y siguió defendiendo a las víctimas frente a Setién en cualquier foro en el que intervenía:
EL PAÍS San Sebastián - 11 MAY 200 3
Frente a ETA y frente al silencio cómplice de Setién
El criminólogo y sacerdote jesuita Antonio Beristain cuestionó ayer en público la autoridad moral del obispo emérito de San Sebastián, José María Setién, tras conocer el contenido de su libro "De la ética y el nacionalismo. El silencio ante el terrorismo de ETA" es una omisión éticamente reprobable y quizá objeto de delito, a tenor del Código Penal" le advirtió Beristain en el transcurso del acto celebrado en San Sebastián en el que recibió el II Premio Internacional de Covite a la actuación a favor del recuerdo y apoyo a las víctimas del terrorismo.
El libro de Setién, presentado la víspera, había provocado la indignación entre este colectivo que conoce bien la violencia de ETA. Porque el obispo, más allá de defender la legitimidad de la opción nacionalista, escribe: "El silencio ante el terrorismo no significa siempre y necesariamente un modo de aceptación del mismo". 
Por eso Beristain, que recibió el galardón de manos de Pilar Ruiz -madre de Joseba Pagazaurtundua, la última víctima de ETA- aprovechó para darle una lección de moralidad y lanzar el mensaje de que la solución a la violencia no pasa por el diálogo (con ETA, como quería Setién)
"Ayer volvió a reunirse Antonio Beristáin con Javier Gómez Elósegui, funcionario de prisiones y profesor en el Instituto Vasco de Criminología (IVAC) asesinado por ETA"
Beristain renunció al panteón de los jesuitas y yace junto a un joven discípulo suyo asesinado por ETA por ser funcionario de la prisión de Martutene.
Vivió por las víctimas y yace junto a una víctima. Como dijo Savater, "que la tierra te sea leve y el cielo divertido, querido Antonio".

En Auñamendi tenemos una magnífica biografía.

Nota de Víctor Manuel Arbeloa
Por dos  veces me dice que Beristáin no dejó la Compañía:
"Le conocí de cerca y cada años le visité y cené con él hasta que la enfermedad hizo imposible nuestra relación" 
Y asegura Arbeloa que ya me avisó de ello hace un año. Le respondo que no me consta que me avisara porque yo, hasta ahora, no había dicho nunca que Beristain había dejado la Compañía y que mi fuente era Ussía, que lo asegura en varios escritos.
Y me responde:
"Ussía no es precisamente un ejemplo de infalibilidad. Yo tampoco. Por eso te digo que preguntes a los jesuitas de San Sebastián o al obispado. De verdad, si no es cierto, no puede seguir manteniéndolo una y otra vez. Te lo digo desde mi profunda amistad con él y desde el disgusto de algunos de sus discípulos-as de Pamplona en su clase de Criminología."
Mi respuesta:
intentaré comprobarlo en las hemerotecas. Yo no tengo direcciones de San Sebastián o del Obispado. Ni confianza. Quizás tú puedes comprobarlo más fácil que yo. Y me cuentas para que rectifique o no.
Mi opinión es que Beristáin tuvo que dejar la Compañía porque es la consecuencia lógica de la carta de Echarte. No tiene sentido seguir en la Compañía desobedeciendo las órdenes del provincial.
Pero veo que el único que lo afirma es Ussía.
He encontrado aquí un dato claro:
HOMILÍA Pronunciada por el historiador jesuita Fernando García de Cortázar, a quien Antonio Beristain encargó en su testamento presidir su funeral. "Confío en que después de casi setenta años de jesuita a Antonio Beristain todos le hayáis visto bien". 
Beristáin ingresó en la Compañía en 1941 y falleció en 2009: casi setenta años. Por tanto, murió siendo jesuita.
***
No me había apercibido de este correo:
Inmaculada.Iraola@gmail.com <inmaculada.iraola@gmail.com>
17 ago 2023, 17:26 (hace 2 días)
para mí
A la atención de D. Patxi Mendiburu

Me permito dirigirme a Vd. en referencia a su excelente blog y en concreto a la publicación con fecha 16.8.23 referente al Prof. Antonio Beristain.
Permítame presentarme, mi nombre es Inmaculada Iraola y he sido durante casi 30 años secretaria del Prof. Beristain.
Por ello, me permito indicarle (y en la medida de lo posible rectificar) que el Prof. Beristain nunca abandonó la Compañía de Jesús, al contrario murió dentro de la Compañía como un jesuita ejemplar.
Conozco que esa noticia ha sido publicada por D. Alfonso Ussía a quién tanto Fernando
García de Cortázar [+) verbalmente (quién tuvo una extraordinaria homilía en su funeral*)como yo, le escribimos en dos ocasiones para que rectificara dado que es una información errónea.
Agradeciéndole su trabajo en favor del recuerdo del Prof. Beristain, reciba un saludo afectuoso.
Inmaculada Iraola
* Homilía publicada en la web del Instituto Vasco de Criminología, con el título “Antonio Beristain Ipiña, In Memorial,1924-2009”.

2 comentarios:

mirlos-gallos-y-halcones.blogspot.com dijo...

La oscura trastienda del terrorismo. No sólo callar físicamente al contrario sino alejarlo de los que defiende. Muy bien por tí al sacar estas biografías a la luz.
Pedro Miguel

Carmelo dijo...

Gracias, Pachi por poner nombres y caras de estos miserables jesuitas, que no solo no cuestionaron al terrorismo, sino que en muchos casos, ayudaron y cobijaron a los terroristas, me queda la duda dolorosa de si también ayudaron a crear junto al PNV la organización etarra.
Navrazon Pachi