El 17 de agosto apareció en DN una Carta de los lectores, firmada por Pedro J. Soto Santos que contaba la becerrada más surrealista ocurrida en Ablitas (y seguramente en el planeta), pero que omitía un detalle decisivo para que todo transcurriera en paz y se contara como una anécdota divertida:
"La Guardia Civil tuvo primero intención de desalojar la plaza; pero, al ver que el aspecto de las cosas era más bien cómico, optó por no actuar, circunstancia que fue muy aplaudida"
Ablitas, Curiosa becerrada
El carnicero descabella a la primera al grito de "o mato al novillo, o no me lo quedo"
Por teletipo, se recibió ayer la siguiente información facilitada por el corresponsal de la agencia Cifra: Tudela (Navarra), 10. -
En el vecino pueblo de Ablitas había anunciada para esta tarde una becerrada con motivo de las fiestas patronales, en la que debía actuar en principio, el novillero Juanito Ruiz, matando un novillo.
Al ser contratado en la misma fecha para otro pueblo, Juanito Ruiz mandó un sustituto, de acuerdo con el Ayuntamiento, sustituto que, al parecer, toreaba por vez primera.
A la hora anunciada hizo el paseíllo la cuadrilla compuesta por tres jóvenes en mangas de camisa y con capote al brazo.
Salió el novillo y, sin dejar intervenir a los supuestos toreros, gran cantidad de público se tiró al ruedo con las chaquetas y mantas, no se sabe si en señal de protesta por el cambio de torero o porque todos querían torear.
Cuando mayor era el regocijo, surgió en escena el carnicero que tenía contratada la carne del novillo con el Ayuntamiento a condición de que no fuese el animal muy maltratado en la lidia. El citado carnicero iba provisto de un cuchillo con el que perseguía al novillo para darle muerte y evitar que lo toreasen demasiado, mientras se dirigía al palco presidencial gritándole al alcalde: "O mato al novillo o no me lo quedo".
Ablitas recuperó en 1994-5, gracias al Grupo de Danzas Mendianike, la Danza del Plego |
La Guardia Civil tuvo primero intención de desalojar la plaza; pero al ver que el aspecto de las cosas era más bien cómico, optó por no actuar, circunstancia que fue muy aplaudida, y que aprovechó el público para entablar batalla con el carnicero, tratando de cortarle el paso para que no alcanzase al novillo con el cuchillo.
Pero como el novillo luchaba contra todos, en una de sus embestidas topó con el carnicero, que acertó a descabellar a la primera.
Inmediatamente terminó esta becerrada, con el final espectacular de ser arrastrado el novillo no por las mulillas, sino por tres amigos del carnicero, camino de establecimiento expendedor. (Cifra.)
Cuenta la leyenda que un ablitero allá por el siglo pasado para beber vino gratis en las tabernas se ponía un papel en la espalda y desafíaba a que le prendieran fuego, ganaba el vino si no lo conseguían.
En realidad es una danza que con diferentes variaciones parece que se bailaba por diferentes zonas de Navarra y Aragón según documentación recopilada por componentes del grupo de danzas Mendianike de Ablitas y que por primera vez bailaron en 1994.
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