Una ola de denuncias de abusos que ya suma 18 víctimas sacude la Iglesia de Navarra
Los afectados, de seis colegios, forman una asociación local, la primera de este tipo que surge en España
Íñigo Domínguez EL PAÍS 10-06-19
La carta que dejó Javier a su hermano Guillermo cuando se suicidó, en 2013, fue el primer movimiento que seis años después empezaría a sacudir la sociedad de Navarra con la realidad de los abusos de menores en la Iglesia.
“Guillermo, tengo algo muy importante que contarte: es un secreto que solo sabe mi mujer, y espero no causarte mucho dolor, hermano querido”.
En la carta le confesaba que un fraile abusó de él en el internado de los Reparadores de Puente La Reina, donde estuvieron juntos en 1977.
Una historia terrible: era el médico del colegio y le drogaba para dormirle y abusar de él.
Cuando leyó la carta, Guillermo se quedó helado: él también había sufrido abusos del mismo religioso. Pero logró escapar, porque llamó a su madre para que le sacara de allí. Buscó un teléfono, a escondidas, en los despachos:
“Mamá, si no me vienes a buscar, ya no me vas a ver nunca más”.
Su madre apareció esa tarde y se lo llevó. Su hermano se quedó.
Guillermo retuvo una frase: “Tú sabrás qué hacer con esta carta algún día”.
En febrero de este año, supo qué hacer con ella. Lo hizo público y desencadenó una ola de denuncias de otros casos en cinco colegios de Navarra que ya suma 18 víctimas.
Ante estas acusaciones, José Luis Munilla, superior de los Padres Reparadores, pidió perdón por los casos de abusos. Cuenta en la Cadena Ser (19/04/2019) que se ha reunido con dos de las víctimas, a las que animó a denunciar.
“Lo que he hecho en nombre de la institución que represento es mostrarles nuestra preocupación, nuestra solidaridad. Decirles que nos hemos enterado porque han denunciado esta situación en los medios y que les tenemos que dar las gracias. Si no, probablemente no nos hubiéramos enterado nunca. Les he pedido perdón en nombre de la institución. Siento enormemente que eso pasase y no sabemos qué hacer para reparar ese daño”.
José Luis Munilla |
“Yo mismo estudié en Puente la Reina. Fueron cuatro años muy bonitos de mi vida y todo esto yo ni lo intuí ni nada similar. Conocí a una de las personas a las que se acusa de abusos y lo recuerdo como una gran persona y un gran sacerdote. Lo apreciábamos y ahora, cuando me entero de todo esto, ya te puedes imaginar cómo lo encajo. Se me caen todos los esquemas y me digo que no puede ser que alguien pudiese estar haciendo algo de esto a escondidas y menos él”.
“Lo que haga falta. No me cierro a nada. Es más, yo les he animado a que presenten denuncia, aun sabiendo -como he sabido después- que han prescrito los temas. Que ellos hagan lo que tengan que hacer. Lógicamente a mí me entristece mucho, porque todo esto está haciendo un daño colateral a la institución y al centro. Como pasó antes con las víctimas, ahora también están pagando víctimas inocentes. La Iglesia lleva años tratando de poner remedio a todo esto. No debería haber ocurrido en el pasado, no puede ocurrir en el presente y no debería ocurrir en el futuro”.
1 comentario:
Que triste y terrible todo.
Publicar un comentario