domingo, 1 de agosto de 2021

Crónicas Valdorbesas (y 4). Análisis y crítica

Me encantaría no destripar este magnífico artículo de Juan de Cataláin y dejarlo en la penumbra de lo posible, en el terreno de esas historias que empiezan con "Al parecer...". El que haya sido publicado en "Tilín-Tilón" -órgano de la asociación cultural-gastronómica "Orden del Cuto Divino" de Tafalla- se prestaría a ello.
Pero el hecho de que, al menos, dos publicaciones de historia se lo hayan tomado en serio, obliga a un análisis y una crítica de "los datos" que en el escrito se aportan.
"Juan de Cataláin" (seudónimo de alguien que suele escribir en Tilín-Tilón) se sentirá muy halagado de que publicaciones serias hayan picado en su anzuelo.
Cuando a mí me llegó la noticia del capitel, me la contaron como algo real. Pero en cuanto leí el artículo -algo que, por lo visto, no hicieron esas dos publicaciones- me di cuenta de que se trataba de una fantasía, una historia fabulada.

Sin foto del capitel
Lo primero que llama la atención en Crónicas Valdorbesas es que no haya ninguna foto del dichoso capitel en el que la Virgen pisaba a una Serpiente, entre cuyos anillos había algo parecido a una "máquina fotográfica sujeta a un trípode". Si el capitel fue esculpido hacia 1843 -hace menos de 200 años-, no hay excusa para no presentar una fotografía del mismo, una vez superados los cuarenta años -según Juan de Cataláin- durante los cuales no se hicieron fotografías en la Valdorba.

Ni ermita ni Reniegra
El maestro albañil -dice Cataláin- estaba levantando la ermita de Santa Emeteria en el paraje de la Reniegra. Pero en Navarra no hay ninguna ermita dedicada a esa santa. Si miras en el libro de Fernando Pérez Ollo, "Ermitas de Navarra", verás que hay nada menos que seis, dedicadas a los santos Emeterio y Celedonio, pero ninguna a Santa Emeteria.
En cuanto al "paraje de la Reniegra", tampoco existe en la toponimia del SITNA. Sí, "Reniega", como también se llama a la Sierra del Perdón

Antonio Desmains, ente de ficción
Juan de Cataláin nos da una pista inequívoca de la inexistencia de este fotógrafo cuando presenta a Antoine Desmains como Conde de la Fontaine, el autor de Las Fábulas.
Desmains sólo aparece en las dos publicaciones que se han tragado el anzuelo:
- "Algunas influencias foráneas en la fotografía navarra siglos XIX y XX", de Asunción Domeño Martínez de Morentin, Universidad de Navarra, en donde se afirma sin el menor asomo de duda:

- y "El ámbito común: fotografías de Navarra", de Carlos Cánovas Ciáurriz, en "Signos de identidad histórica para Navarra" (Martín Duque, Arturo Navallas y Roldán Jimeno), Pamplona, Caja de Ahorros de Navarra, 1996, p. 448. Aquí, con menos fe, pero también se recoge:
Lo mismo ocurre con "lo que pudo provocar la imposibilidad de volver a hacer fotografías en la región durante más de cuarenta años", que sólo aparece en los dos libros citados.

Para terminar
Mi enhorabuena a "Juan de Cataláin" por la fábula que nos ha regalado, por su capacidad de convicción para hacerla pasar por verdad y por proporcionar, para el lector atento, las pistas suficientes para distinguir la ficción de la historia.
Un tirón de orejas a las dos publicaciones citadas por tragarse el anzuelo sin haber exigido, siquiera, una foto del dichoso capitel. Da la impresión de que no se han leído con un mínimo de atención la fábula.
Y como las fábulas suelen terminar con una moraleja, ahí va ésta, de sentido común: 
"Cuando se afirma algo extraordinario y, pudiendo hacerlo, no se presentan pruebas, pongámonos en guardia: nos quieren tomar el pelo".
Y este consejo, que vale para "Crónicas valdorbesas", vale también para "Firminus M." o para "La última maestra de Peña".

3 comentarios:

Carmelo dijo...

Bravo Pachi, eres genial.
Ya veo qué, como siempre te lo has trabajado a fondo y muy metódicamente.
Navrazon

Lorenzo RB dijo...

Cuando leí el primer capítulo me recordó el astronauta en una de las puertas de la Universidad de Salamanca. El caso de estas crónicas, verídico, a medias o falso, es curioso y merece la pena considerarlo, cada cual con su grado de crítica, como una fábula

J-A. Zubiaur dijo...

Cuando leí las crónicas todo me pareció desencajado y aún disparatado. ¡Un capitel en el XIX con tal simbolismo! ¡En san Emeteria! Lo has destripado muy bien. Enhorabuena.