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| Paco, en un mitin de IU. Era un gran mitinero, capaz de llenar el Bernabéu |
El curso 1974-75 trabajé en Vitoria. Aunque todavía vivía Franco (20 N 1975) y faltaban algunos años para la legalización del PCE (9 de abril de 1977), funcionábamos en la clandestinidad con absoluta tranquilidad.
Al terminar los exámenes de septiembre, me llamó el director del instituto en el que daba clases y me dijo que no me iban a renovar el contrato porque había llegado una nota de la policía en la que se me acusaba de pertenencia a ETA (¡¡¡será posible!!!). Así, el curso 1975-76 me quedé en el paro, buscando por academias de Pamplona algún trabajillo.
Como tenía muy buenas relaciones en Vitoria, el fin de semana solía pasarlo allí.
Un buen día apareció por la sede (la casa de un militante) del partido Francisco García Salve. Venía para reforzar la estructura de la exigua organización del PCE alavés.
| Los 10 del proceso 1001 |
García Salve, "El cura Paco", era para nosotros un mito. El 21 de junio de 1972 había sido detenido en el convento de Oblatos de Pozuelo de Alarcón, próximo a Madrid, junto con otros dirigentes de Comisiones Obreras entre los cuales se encontraba Marcelino Camacho. Encausado en el Proceso 1001, fue condenado a 19 años de cárcel, pena que posteriormente le sería rebajada por el Tribunal Supremo a 5 años.
El "Proceso 1001" fue un juicio político del régimen franquista contra la dirigencia de Comisiones Obreras (CCOO). El juicio comenzó el 20 diciembre de 1973 y ETA lo hizo coincidir con el asesinato de Carrero Blanco para aprovechar la gran protesta y solidaridad internacional generada.
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| Sacerdotes vascos en la cárcel concordataria de Zamora, en 1967 |
La mayor parte del tiempo de reclusión lo pasó García Salve en Carabanchel (Madrid), siendo trasladado el 1 de mayo de 1975 a la penitenciaría de curas de Zamora. En Zamora, las condiciones eran mucho más duras, ya que no había calefacción y ni siquiera celdas. El 22 de noviembre de 1975, siete meses después, le dieron la libertad.
Como he dicho antes, un día de algún fin de semana del curso 75-76, coincidimos en la sede. Tras las presentaciones, me quedé charlando con él en privado y le dije que había leído algunos libros suyos en la adolescencia y primera juventud, libros de los que, tras terminar la carrera de Filosofía y con 25 años, ya estaba de vuelta, pero que en su día, me gustaron y me ayudaron: "Yoga para jóvenes", "Diario de un muchacho de Preu"...
Cuando le dije que también había leído "El Pez", casi ni me dejó acabar de pronunciar el breve título. "Por favor, no le digas a nadie que yo he escrito eso". Aluciné. Estábamos en el 75-76 y un hombre hecho y derecho, de 45 años, se estaba arrepintiendo de algo que había escrito diez años antes.
Era un anticipo de lo que pasó a continuación.
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| Archivo Linz (pincha) |
Dejó también el PC y pasó al PCPE, más radical, de Ignacio Gallego, y estuvo en Izquierda Unida. Y en 1977, en "Yo creo en la clase obrera" escribió la frase más intransigente que he leído:
A todo el que hable de pluralidad sindical hay que escupirle a la cara. Es un canalla o un estúpido ignorante. Todo el que habla de pluralidad sindical es un traidor a la clase obrera, un enemigo que busca nuestra ruina... ("Yo creo en la clase obrera", p. 138)
Ejerció como abogado laboralista, carrera que había iniciado durante su estancia en la cárcel.
Falleció en 2016, con 85 años.



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