Pablo L., ayer, 16 de diciembre:
Carta que ha enviado a la prensa mi amigo Josemari Urquizu, hijo de víctima de ETA de Durango. No sé si se la publicarán en El Correo, pero me ha dado permiso para enviártela. Va del homenaje light que quieren hacer en Durango los políticos de turno para sacudirse su mala conciencia.
Nuestro PSN ya ni eso hace. Le da igual. Aún recuerdo el careto que se le quedó a la Txibi en Berriozar el primer año - y último- que acudió. Ahora se la sopla todo. Y qué chula se ha vuelto
Para ponernos al tanto, el jueves 27 Nov, 2025 podíamos leer en Infobae:
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| Placas en Durango |
La familia Urquizu Aranaga ha querido hacer público un comunicado, "desde la más estricta independencia política", en el que afirma que se desvincula del acto de la colocación de placas en memoria de las víctimas del terrorismo en la localidad por la misma razón que lo han hecho en ocasiones anteriores.
Ésta es la carta que ha enviado a la prensa Josemari Urquizu:
ASESINADOS
A base de repetir palabras parece que perdemos el significado de las mismas. Y si duelen hay que pasar página rápidamente, pero las páginas no se pasan hasta que no se leen y no se leen hasta que no se escriben.
Y en esas estamos, escribiendo, no aceptamos relatos falsos.
Cualquiera que anteponga una ideología a la dignidad humana es un miserable. Desde el primer momento, hace dos años, avisé que yo no acudiría al acto de Durango, por tanto no tengo que dar ninguna explicación a nadie y no sé cómo se atreven a pedírmelas y menos perteneciendo desde su inicio, a la primera asociación de víctimas del mundo, dedicando buena parte de mi vida a ello.
Llevo mucha ventaja.
Todavía hay gente que confunde la educación, el respeto o el civismo con la debilidad o el miedo. Yo aprendí a dominarlo desde muy joven. Cualquiera que me conozca bien sabe que funciono con credo legionario y que para mí lo más horrible es vivir siendo un cobarde.
Acepto oír nuevamente que más vale tarde que nunca, que mejor algo que nada y toda esa larga retahíla, pero me aburre. Cada uno puede tener los niveles de honradez, patriotismo, justicia y dignidad que crea conveniente, pero yo no altero los míos. Y si no se aceptan, que no cuenten conmigo.
En una sociedad sana y valiente tendría que estar (ver "Los nueve de Durango"):
- la policía municipal, rindiendo honores a su compañero ASESINADO
- una representación de la policía nacional, honrando a sus tres compañeros ASESINADOS
- otra de la Guardia civil, recordando a su compañero ASESINADO
- otra del ejército, al menos el subdelegado de defensa, recordando a mi padre ASESINADO
- el pleno del Ayto., homenajeando a su concejal ASESINADO
- la UGT, por su afiliado ASESINADO
- el gremio de joyeros, por su socio ASESINADO
- y además un sacerdote, no para dar un carácter religioso al acto, sino para empezar a expiar sus pecados por lo que hicieron y lo que no hicieron. Y a poder ser con solideo.
Las únicas protagonistas tienen que ser, por todo lo alto, las víctimas, exigiendo justicia para los 358 ASESINATOS sin resolver. Un acto así o se hace muy bien o no se hace. Si solo se van a atrever de cuarteles hacia adentro, ya haré yo de placa, que es lo que llevo haciendo toda la vida. Una que no pueden pisar, que se mueve y habla.
Y si lo que pido parece imposible, recordad que también lo era ir a la Luna o trasplantar un corazón. Decía un ASESINO que él mataba por "necesidad histórica, porque pertenezco a un pueblo que nunca fue derrotado …". Lo que da alas a las tesis eugenésicas y demuestra que es más fácil creer que pensar, porque esto último requiere un esfuerzo intelectual. Con semejante rebaño, (no lo llamaré piara, ya que los suinos son muy inteligentes) costará más tiempo.
Mientras tanto seguiremos morando en Venta la Perra creyendo que gracias a Túbal somos el pueblo invencible elegido por Dios, olvidando la alfombra roja que pusimos a los romanos, a los Banu Qasi y los pactos con los árabes, la tremenda derrota de Wamba, las 70.000 monedas de oro que hubo de pagar a los vikingos que, hasta por dos veces, secuestraron al rey de Pamplona, la "nueva Fenicia" de la Francia napoleonica, la sumisión a los nazis y rematando con los invictos rindiéndose en Santoña.
Igual hay que tomar más poción mágica.
Josemari Urquizu, hijo de víctima de ETA en Durango
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