martes, 16 de diciembre de 2025

Sánchez, como el Alcoyano (con perdón de los de Alcoy)

No, no va al matadero; va una rueda de prensa en Ferraz
Cuenta la leyenda que en un partido de Copa del Generalísimo (actual Copa del Rey), por los años 40, el Alcoyano perdía 7-1. El árbitro pitó el final un minuto antes del tiempo reglamentario y los jugadores del Alcoyano protestaron airadamente, exigiendo jugar ese minuto extra para intentar una remontada.
¿Os suena?

Sánchez mantiene su huida hacia adelante
"El presidente no piensa arrojar la toalla y defiende la contundencia ante los casos de corrupción. El líder del Ejecutivo está muy lejos de asumir la responsabilidad política que le corresponde"

Tras la imagen de firmeza desafiante, en ocasiones altanera, con la que el presidente Pedro Sánchez se presenta en sus últimas comparecencias públicas se adivina la silueta de un púgil aturdido. Abrumado por la contundencia y la cantidad de los golpes recibidos, en forma de presuntos casos de corrupción y de acoso en el seno del PSOE, el líder de los socialistas y del Ejecutivo mantiene su huida hacia adelante sin ninguna asunción de responsabilidad política a pesar de que la gobernabilidad del país sea hoy día poco menos que una quimera.
Lejos de arrojar la toalla, tal y como dejó claro ayer en su comparecencia para hacer balance político, Pedro Sánchez mostró su clara su intención de seguir gobernando y agotar la legislatura. “Sé cuál es mi responsabilidad, sabemos cuál es nuestra responsabilidad como Gobierno de coalición progresista y no vamos, no voy a eludirla”, advirtió el presidente. Que dejó además un aviso para aquellos que creen que su tiempo al frente del Ejecutivo ha terminado: se siente cargado de “determinación, de convicción y también de energía para seguir esta segunda parte de legislatura”. Nada de adelanto electoral y nada de cambios profundos en el Gobierno. Unas explicaciones, por cierto, que no han convencido a sus socios de Sumar.
Para sorpresa de nadie, el presidente volvió a reivindicar la contundencia con la que ha actuado ante los casos de corrupción y acoso. Se empeña Sánchez en este argumentario tratando así de encapsular unos casos que se adivinan de una terrible profundidad y gravedad para no tener que asumir una responsabilidad política que claramente le corresponde: por ser quien eligió y encumbró a esas personas que hoy ningunea. Aquí no hay campañas de acoso personal, mentiras ni fango. Por más que el argumentario sanchista se empeñe en lo contrario. De momento, Sánchez busca combatir su extrema debilidad con gestos y cesiones hacia sus socios de investidura, que se muestran cada vez más recelosos, y el anuncio de un abono de transporte único para viajar por todo el país. Más evidencias de que el proyecto se derrumba.

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