jueves, 13 de noviembre de 2025

Naiara, hija de Zamarreño, en Larraona

Dos alumnas de Larraona colocan mensajes junto a fotos de víctimas en el mural Jesús Garzaron
Esto que vais a leer debería estar incorporado en el currículo de la ESO, Bachiller y FP, tanto en la privada como en la pública y muy especialmente en el Modelo D e Ikastolas.

Terrorismo. Cuidar la memoria para cerrar heridas
Alumnos de 4º de la ESO de Larraona realizaron este lunes una nueva exposición pública del proyecto ‘El final de ETA. Y ahora, ¿qué? Duelo y perdón’, en la que mostraron un “panel del horror” y propusieron a los asistentes participar en una ofrenda floral

Javier Estévez DN 11/11/2025
Profesor y Naiara. Foto Jesús Ulayar
"Tratan de responder especialmente a la demanda y preocupación de nuestras víctimas, que es el cuidado de la memoria”. Con esta declaración de intenciones presentó este lunes Eduardo Ortiz Piquer, profesor en el Colegio Claret Larraona, una nueva exposición pública del proyecto 'El final de ETA. Y ahora, ¿qué? Duelo y perdón.', que contó con el testimonio de Naiara Zamarreño, hija del concejal de Rentería Manuel Zamarreño, asesinado por la banda terrorista el 25 de junio de 1998. En la iniciativa escolar participan desde hace cinco años los alumnos de 4º de la ESO del centro pamplonés para conocer y dar a conocer, como resumió la estudiante Ruth Ortiz Pérez, “vivencias, experiencias, palabras y testimonios que nunca se olvidarán”.

Foto Jesús Ulayar
Y para cuidar la memoria, los alumnos invitaron a los dos centenares de asistentes a reflexionar sobre cómo vivieron y actuaron durante los años de actividad terrorista. “¿Cómo fue posible que ocurriera este desastre? ¿Qué hiciste tú?”, interpeló Lucía Martínez del Río, antes de distribuir un cuestionario de diez preguntas entre el público con el mismo propósito.

“Nuestra sociedad enfermó y se puso muy enferma de males muy diversos, como el miedo, la indiferencia, el odio o el silencio. Pero hoy nos preguntamos si estamos ya curados y descubrimos que no. Hay todavía un buen puñado de heridas que siguen siendo, a nuestro modo de ver, señales de alarma de que algo no va bien y no acaba de estar resuelto, de algo pendiente de afrontar y curar”, expuso la joven, que sentenció que el terrorismo de ETA no tuvo “ningún sentido”. Tampoco el de los GAL, que fueron “un tremendo error, una trampa, un camino sinsentido”.

Alumna. Foto Jesús Ulayar
Los alumnos dieron a conocer, asimismo, un “panel del horror” en el que intercalaron imágenes de víctimas de la banda terrorista con más de cincuenta términos para describir lo vivido aquellos años, entre los que aparecen “soledad”, “falta de libertad” o “miles y miles de exiliados”, y propusieron una ofrenda floral en la que participaron un centenar de asistentes.

Además, el acto sirvió para recapitular lo vivido por los alumnos del proyecto en los cinco años anteriores: desde la visita anual al Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, en Vitoria, hasta el encuentro con guardias civiles en el cuartel de Alsasua, pasando por las ocasiones en que, como ayer hizo Naiara Zamarreño, empresarios, periodistas, profesores de universidad, representantes políticos y de la sociedad civil, guardias civiles, policías, militares y víctimas compartieron sus testimonios sobre lo que vivieron mientras ETA estuvo en activo.

PARA REFLEXIONAR
1. ¿Tuviste miedo a opinar o posicionarte con libertad sobre este tema?
2. ¿Te sentiste amenazado, coaccionado o señalado de alguna manera?
3. ¿Simpatizaste o estuviste de acuerdo con la existencia o actividad de ETA?
4. ¿Te manifestaste públicamente en contra de ETA y su entorno?
5. ¿Simpatizaste o justificaste la acción de los GAL o la existencia de torturas?
6. ¿Crees que miraste hacia otro lado o te tapaste los ojos ante lo que estaba sucediendo?
7. En general, ¿piensas que no lo hiciste bien o que no estuviste a la altura?
8. ¿Has explicado a tus hijos o familiares más jóvenes lo que pasó?
9. ¿Sientes malestar interior o incomodidad por cómo viviste aquella época?
10. ¿Tienes la necesidad de pedir perdón o hacer algo para reconciliar ese sentimiento?

Naiara Zamarreño: “No nos damos cuenta del bien que nos hace compartir el dolor”
Manuel Zamarreño, su padre, llevaba solo 1 mes sustituyendo a su anterior compañero, José Luis Caso, al que ETA asesinó 5 meses antes.
"Aquí he nacido y aquí me quedo". ¡Vivió sabiendo que lo iban a matar! Fue la crónica (pincha) de una muerte anunciada.
Naiara Zamarreño fue la primera persona en colocar una flor Jesús Garzaron
Manuel Zamarreno Viloria
Su padre bajó a comprar el pan y “a los pocos minutos” escuchó “un gran estruendo”. “Algo en mí sabía que algo le había pasado”. Bajó a la calle, pero no descendió por las escaleras que dirigían a la panadería. “Unos decían que había sido una explosión de gas, otros decían que no había pasado nada. Hasta que una vecina que estaba detrás de mí dijo: ‘Qué hijos de puta’”. Quiso bajar las escaleras, pero no le dejaron, así que fue a casa a esperar noticias. “Nadie nos llamaba. Ni aita, que tenía un teléfono móvil. Aquellos minutos de espera se nos hicieron interminables, así que encendí la televisión, puse el teletexto y en primer plano aparecía: ‘Manuel Zamarreño, muerto en atentado’”.

Así se enteró Naiara Zamarreño, aún adolescente aquel 25 de junio de 1998, de la muerte de su padre, concejal del PP en Rentería. Manuel Zamarreño era “muy alegre, muy humilde, una persona que nos inculcó unos valores muy importantes, como el amor hacia la tierra donde habíamos nacido y su cultura”, recordó en el Colegio Claret Larraona su hija Naiara, que también le definió como una persona “dispuesta a hablar con todo el mundo, sin importar las ideas políticas”.

Tras su asesinato, Naiara no supo cómo reaccionar. “Ante tal hecho, se te bloquea el cuerpo y no permite que entre más dolor. Por eso, no recuerdo muchas cosas de aquel día”, explicó. Y para no sentir más dolor, la hija de Zamarreño trató de ocultarse durante 15 años. “Siempre había estado en silencio, siempre había hecho mi vida y había intentado ocultarme para que nadie me señalara y para que nadie me hiciera daño. El silencio era mi forma de protegerme”, aseguró.

Hasta que en 2013, en una sesión de radio a la que acudió como invitada, escuchó a una persona que fue torturada por la Guardia Civil. “Esa persona tenía un niño, un bebé de 8 meses, igual que tenía yo en ese momento que le estaba escuchando. Le dijeron: ‘Puede que sea la última vez que veas a tu hijo’”, relató.

“En ese momento hubo un hilo de conexión con esa persona y con otras personas de la izquierda abertzale que yo había rechazado con tanta fuerza”, rememoró sobre un testimonio que calificó de “punto de inflexión” para ella. “Yo no quería más violencia, no quería más silencio y no quería que mis hijos sufrieran lo que yo había sufrido, así que había llegado el momento de escuchar a otras personas, de escuchar al diferente con respeto y, aunque a veces sea incómodo, es importante. No nos damos cuenta del bien que nos hace compartir el dolor”, sentenció.

No hay comentarios: