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1908 Niñas de las recién estrenadas cantinas escolares en las Escuelas de San Francisco bailando en corro |
“Entonces (en 1908), Doña Mari Ana Sanz inventó las Cantinas. Muchas cosas han nacido y muerto en estos 52 años, pero las Cantinas, tercas, agarradas todavía a su nombre fuera de moda” (DN 1960)
Las cantinas: comida y refugio en invierno
Hace unos días le pregunté a mi hermano Ramón a ver si él también comía en las cantinas y me respondió, un tanto indignado (era muy mal comedor), que por supuesto, y, para demostrármelo, me recordó que, antes de empezar a comer, se pedía "por los bienhechores de las cantinas".
Y efectivamente. He encontrado el documento que lo acredita. Así dice la revista Escuela Española de 4 de diciembre de 1941:
INAUGURACION DE LAS CANTINAS ESCOLARES DE PAMPLONA (04.12.1941) En todos los Grupos escolares de la capital se ha efectuado la inauguración de las Cantinas Escolares, institución pamplonesa de verdadero arraigo en la ciudad. El Sr. Obispo bendijo la primera comida y rezó, según es costumbre tradicional en este acto, un padrenuestro por los bienhechores de las Cantinas. El acto se repitió en el Grupo de San Francisco, en el Ave María y en el Asilo del Niño Jesús. Se sirvió a los chicos sopa puré de habas, bacalao a la vizcaína y arroz con leche. El señor Alcalde, don Juan Echandi, concedió asueto por la tarde, gesto que los niños agradecieron cordialmente. Se han inaugurado este año las Cantinas Escolares con más de mil cien comensales, que recibirán, además de la comida diaria, abundante y nutritiva, el beneficio inmenso de una vigilancia continuada durante los días de invierno, en que pasan casi todo el día al abrigo de la lluvia y de los fríos, cuidadosamente atendidos, en las propias Escuelas.
En el Diario de Navarra del 4 de febrero de 1960, aparece un artículo conmemorativo con foto de María Ana Sanz, donde se dice este texto delicioso: “Entonces (en 1908) Doña Mariana inventó las Cantinas. Muchas cosas han nacido y muerto en estos 50 años, pero las Cantinas, tercas, agarradas todavía a su nombre fuera de moda”.
Dicho y hecho
Fue en el curso 1907-1908 cuando se pusieron en marcha las Cantinas escolares pamplonesas. Y se dieron mucha prisa. María Ana Sanz supo contagiar su entusiasmo a todo el mundo. No he visto nunca mayor eficacia:
El 23/11/1907 dice DN:
Ayer se reunió en el despacho del gobernador civil la Junta provincial de Instrucción pública con objeto de tratar de la proposición de la ilustrada Directora de la Escuela Normal de Maestras doña María Ana Sanz, proponiendo la creación de las cantinas escolares.
Y tres meses y medio después:
15/03/1908 Domingo Las Cantinas escolares.
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La rifa del cuto (y el cuto) era para las Cantinas |
Quizás fue determinante un donativo muy cuantioso de alguien que quiso guardar el anonimato:
06/03/1908 generoso donante anónimo
El digno Alcalde de esta ciudad don Daniel Irujo ha recibido de un generoso donante que oculta su nombre, la cantidad dc 500 pesetas con destino a las cantinas escolares. El Sr. Irujo hizo entrega del importante donativo a la Junta de Instrucción, y esta entidad ha acusado recibo de ella en un oficio muy laudatorio para el iucógnito donante.
Pues eso, "por los bienhechores de las cantinas".
Mis cantinas
Entre 1955 y 59, desde los cinco hasta los 9 años, asistí a las cantinas de las Escuelas de Compañía. Recuerdo la comida de los jueves (supongo que del último año; la tarde de los jueves era festiva): sopa, garbanzos con un trozo de chorizo y arroz con leche. Había un alumno -¿Martincho?- cuya madre solía servirnos los platos.
Teníamos hasta una canción, plagiada de Arrivederci Roma, que por aquellos años se oía en la vieja radio de Dormitalería:
Arrivederci Roma,
good bye, adiós, au revoir...
Si te quedas en las cantinas,
comerás patatas con sardinas...
Cuando hoy preparaba esta entradica, me he encontrado con esta maravilla que no conocía de Mario Lanza, cuyos discos (Granada, la Danza...) fueron de los primeros que compró mi hermano Carlos:
Yo no llegué a conocer entonces la versión de la película, pero sí ésta (o similar), en un claro castellano, cuya letra me la medioaprendí:
Turista que llegas a Roma,
te embebes de arte y de historia,
vas con la corriente a parar
a la fuente de Trevi,
a probar su poder.
Y tiras también tu moneda,
creyendo en la vieja leyenda
que siempre el destino te enseña
el camino por donde
hasta Roma volver.
Al fin tu partirás, mas sin tristezas,
brotando de tus labios un cantar:
Arrivederci, Roma.
good bye, adiós, au revoir.
Yo quiero volver a tus colinas,
a tus viejas fuentes cristalinas,
a las emociones y placeres
que viví.
Arrivederci, Roma.
good bye, adiós, au revoir.
Dejo a tus amables trattorias,
dejo aquel encanto de tus días.
Si pudiera ser me quedaría
siempre así.
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