miércoles, 9 de julio de 2025

50º Aniv. de la Mujer en el Encierro

09.07.18. La chica de la coleta y Divertido (Cebada Gago). RUBÉN ALBARRÁN 
El Encierro es una carrera violenta y peligrosa en la que la selección natural (la manada, condiciones naturales...) y la artificial (resto de participantes, pastores, entrenamiento...) pone a cada cual en su sitio, premiando al participante más hábil y castigando al torpe y al "pata".
A la vez, el Encierro se ha convertido tradicionalmente en un escenario en el que el varón, venciendo al miedo y a la muerte, trata de ganarse la admiración del espectador, especialmente de la mujer. Ha habido una presión social para que el varón participe y demuestre su hombría, y la mujer se limite a ser espectadora.
Pero, además de la presión social, estaba la normativa sobre festejos taurinos del Ayuntamiento de Pamplona. El primer bando municipal sobre el encierro en San Fermín vio la luz en 1867, prohibiendo “a mujeres, ancianos y niños situarse en las calles que ha de recorrer el ganado”.
Esa norma estuvo vigente durante más de un siglo, hasta que se derogó en 1974. 

Los motivos de las pioneras
Fue en 1975 -aún no había muerto Franco- cuando mi hermana Mariví, que entonces tenía 21 años, decidió que iba correr el Encierro. Fueron los Sanfermines de La Trastienda y de aquel montón tras el cual fue corneado de muerte mi ex-compañero de atletismo Gregorio GórrizEl encierro del 9 de julio de 1975 fue el origen de las gateras en el callejón
 se extendieron los huecos de protección
Para que su acción no pasara desapercibida, Mariví se puso de acuerdo con la entonces corresponsal de la revista 
Cambio 16Alicia Rivas, también dispuesta a correr, y ambas se reunieron para preparar su ekintza.
Antes que ellas, otras mujeres lo habrían intentado, pero no se les habría consentido y los propios mozos las habrían sacado del recorrido. Por ello, nos convocaron a amigos, especialmente del Muthiko, y familiares, para que impidiéramos su desalojo.
No hubo necesidad, nadie trató de sacarlas del recorrido, y Alicia y Mariví se convirtieron en las primeras mujeres que corrieron el encierro para reivindicar el derecho efectivo -no sólo teórico- a hacerlo.
Alicia y Mariví no corrieron por afición ni para demostrar que podían hacerlo igual o mejor que muchos hombres. Lo hicieron para exigir a las autoridades y, sobre todo, a los otros corredores que respetaran su derecho a correr.
Por cierto, cuando corrieron en 1975, desconocían que ya estaba derogada la normativa que prohibía la participación de la mujer.
Hoy, medio siglo después, el mayor problema del encierro sigue siendo su masificación, pero a nadie se le ocurre culpar a la mujer que, según el Ayuntamiento, apenas si llega al 6% de los participantes (yo creo que bastante menos).
Este año 2025, coincidiendo con el 50º Aniversario, mi hermana ha sido entrevistada por RTVE:
Paradojas de la vida
En 2016, las mujeres que fueron pioneras en exigir la igualdad de derechos en los Sanfermines y en las peñas (por cierto, otra paradoja: Muthiko Alaiak, la peña a la que acudía Mariví, una peña carlista -y tradicionalista, en origen-, fue la única que desde el principio, 1931-34, estuvo abierta a hombres y mujeres),  recibieron un homenaje en reconocimiento a su lucha por la igualdad.
Paradojas de la vida, alguna de las homenajeadas le decían a mi hermana en el 75: “las mujeres en el Encierro no hacemos más que estorbar”.
Esperemos que no sigan pensando lo mismo.

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