miércoles, 30 de julio de 2025

El perseguidor del delito, al banquillo

Por primera vez se le ha borrado esa sonrisa estúpida que exhibía hasta ahora. Álvaro García Ortiz, el fiscal general del Estado, nombrado por Sánchez ("Pues eso..."), no evitará el banquillo. 
O culpable o muy torpe ¿Cómo pudo borrar las pruebas de su inocencia? ¡Tome asiento!

El fiscal general no evitará el banquillo
"La confirmación del Supremo del procesamiento de García Ortiz, sitúa al Estado de Derecho y al entramado institucional español ante un hecho insólito desde la instauración de la democracia"

Con la soga al cuello
La confirmación por la Sala de Apelaciones del Supremo del procesamiento del fiscal general, imputado por el juez instructor Ángel Hurtado de haber revelado información confidencial de un justiciable investigado por fraude tributario -Alberto González Amador-, sitúa al Estado de derecho y al entramado institucional español ante un hecho insólito desde la instauración de la democracia. El rechazo del tribunal, con el voto de dos de sus magistrados y el discrepante del tercero, al recurso presentado por Álvaro García Ortiz convertirá a éste en el primer responsable del Ministerio Público en ser enviado al banquillo por la posible comisión de un delito. Es decir, el acusador pasará a ser el acusado. Una circunstancia tan anómala como para que el legislador no previera qué hacer en una tesitura semejante.
El Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal sí fija para sus miembros el deber de guardar “el debido secreto de los asuntos reservados de que conozcan por razón de su cargo”, con amenaza de castigo si se incumple; y esta normativa, incardinada con la ley que regula el Poder Judicial, abre la puerta a la suspensión de empleo y sueldo de los funcionarios en caso de procesamiento. Pero las previsiones no alcanzan a la figura del fiscal general, especialmente protegida por el peso de su función en el ordenamiento constitucional. De tal forma que es García Ortiz el que resuelve si continúa en el cargo, como ha sido su intención hasta ahora, o renuncia al mismo.
¿Por qué sonreía el Fiscal?
Como cualquier encausado, él también tiene pleno derecho a la presunción de inocencia; y a argumentarla después de que las dudas jurídicas del procedimiento hayan quedado reflejadas en la división de la Sala de Apelaciones, en la decisión unánime de ésta de exculpar a la fiscal jefe de Madrid por falta de indicios suficientes y en el descarte, también por los tres magistrados, de la tesis del instructor de que García Ortiz habría instigado la filtración sobre el novio de Ayuso a instancias del Gobierno para perjudicar a una rival política. Con todo, no se puede soslayar la anomalía y el daño que representa para la institución un fiscal general en el banquillo de los acusados.

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