viernes, 25 de julio de 2025

La Real Cofradía del Gallico de San Cernin: Estatutos

Portada y contraportada
Javier Azqueta, colaborador habitual de este blog, llamado "Desolvidar" por cosicas como ésta, me envía la documentación con las "Normas por las que deberá regirse la Real Cofradía del Gallico de San Cernin", asociación fundada en 1952 por el Hermano Mayor, Ignacio Baleztena, y el Hermano Secretario, José Javier Uranga, quien en 1962 alcanzaría la dirección de Diario de Navarra.
Uranga (1925-2016) fue víctima en 1980 de un atentado de la organización terrorista ETA, en el que recibió, al menos, veinticinco balazos, lo que llevó a DN a cambiar el pseudónimo particular del director, "Ollarra", por el colectivo de "Dulanz".
Una de las primeras: Excursión de la Real Cofradía del Gallico de San Cernin al Monasterio de Leyre. Ignacio Baleztena, sentado con boina, a la derecha. Foto del Diario de Navarra
La Cofradía del Gallico, una asociación contra la vulgaridad
La Real Cofradía del Gallico de San Cernin supuso en 1952 un movimiento cultural impresionante en Pamplona. Reunió a 200 socios con unos estatutos que rechazaban a los pelmazos, los tristes y los pedantes

Patro Otazu, José María Esteban, Julio Martínez Torres DN 24/06/2017
Ollarra (el gallo), José Javier Uranga
Unos cuatro meses antes de morir, José Javier Uranga nos entregó una carpeta con recortes y documentos de los primeros años de la Real Cofradía del Gallico. “Si queréis, haced algo para que los pamploneses de hoy se enteren de lo que llegamos a montar los de ayer. La lista de socios dice algo.”
La Real Cofradía del Gallico de San Cernin nació en 1952 de la mano de Ignacio Baleztena Ascárate, Hermano Mayor y José Javier Uranga Santesteban, Hermano Secretario. En pocos meses, logró reunir a 300 socios que representaban a lo más granado de la sociedad pamplonesa. Proyectó, en aquellos tiempos de censura y de silencio, el anhelo de defender las costumbres populares, la cultura, el arte, las tradiciones, “lo de casa”.
1948 Baleztena, anfitrión divertido Congreso Turismo
“Durante muchos años -escribía Ollarra tras el fallecimiento de Ignacio Baleztena en 1972- convivimos juntos mañanas en el Archivo de Navarra e inquietudes comunes. Ignacio Baleztena, con José María Iribarren, fue mi maestro en pamplonesismo y navarrismo. (…) En aquellos años intimamos tanto, que los dos fundamos la Cofradía del Gallico de San Cernin, de la que Ignacio fue Prior. Enseñamos Navarra, cuando no había apenas coches (ver foto de la excursión a Leyre), a los que no la conocían y publicamos libros, montamos exposiciones y conferencias y cachupinadas y fiestas de la Faba”.
Tal vez por la novedad de los estatutos o por dar en el clavo con la reivindicación de “lo nuestro”, se hicieron socios personajes famosos y personas de a pie, desde Cristóbal Balenciaga, prestigioso diseñador de moda y modisto de alta costura que vivía en Paris, hasta el pintor Basiano, pasando por el presidente de la Diputación Foral, Miguel Gortari y alcalde de Pamplona, Javier Pueyo, los catedráticos José Manuel Casas Torres, José María Lacarra y Francisco Yndurain, e Ismael Sánchez Bella que estaba organizando el Estudio General de Navarra.
La lista de cofrades, que adjuntamos, abrió la esperanza de luchar contra la vulgaridad y mostró el propósito de conocer más y mejor Navarra en aquellos años de censura, pobreza y dictadura. Un año, el 1952, en el que moría Evita Perón, EEUU elegía al republicano Eisenhower como presidente, accedía al trono Isabel II y en París se estrenaba Esperando a Godot de Samuel Beckett.

ESTATUTOS SIN CUOTAS
Normas y hermanos fundadores
De entrada, un principio claro y taxativo: “En la Cofradía del Gallico no se satisfará cuota alguna bajo ningún concepto”. Las normas empiezan “arremetiendo contra la vulgaridad moderna, y de la carencia de espíritu entrañable hacia lo que nos es más propio”. “Para defender nuestras tradiciones y nuestros monumentos, de sabios e ignorantes, de tontos y de listos, hemos decidido fundar la Real Cofradía del Gallico de San Cernin”.
“Una de las características que queremos imprimir a nuestra cofradía -aseguran las normas- es la ingenuidad, una amable ingenuidad de espíritu. Ser como niños; verlo todo con los ojos muy abiertos y asombrados ante el cuadro curioso, la leyenda devota, o la pequeñez encantadora. En una palabra, tener fe, la maravillosa fe primitiva”. Ahora vienen los compromisos ineludibles de los cofrades y lo que se exigía a los socios de la Cofradía.
“Para pertenecer a dicha Cofradía son condiciones sine qua non ser sencillo, odiar al pedante, al triste y al pelmazo, mostrar cariño hacia lo que tiende a desaparecer, sentir un poco de inquietud por los santos viejos, la historia y el folklore, gustar de danzas y de romerías, saber sumergirse en el alma del pueblo y pensar en él y como él”. En este punto de “odiar al triste”, Mariano Carlón, Director del Sanatorio Antituberculoso, envió una matización al secretario José Javier Uranga. “Solamente me permito advertir que en dichas normas hay una frase cuyo concepto alcanzó en su perfecta claridad, pero es posible que pueda inducir a desorientación. Es aquella en que dice ‘odiar al triste’. Ello ha de referirse naturalmente, no al afligido, que tiene pesadumbre, sino al que la ocasiona, al funesto, deplorable, difícil de soportar…”.

La Cofradía en 1952
Lola Baleztena, chaqueta clara, en la Romería a Ujué 1915
Con estos estatutos de nuevo cuño, la Real Cofradía empezó a funcionar en todos sus frentes: conferencias, excursiones, conciertos, libros… La juventud (entonces, 27 años) emprendedora y culta de José Javier Uranga Santesteban, Hermano Secretario, y la experiencia y sabiduría de Ignacio Baleztena, Hermano Presidente, integraban un equipo imbatible para movilizar y apuntar socios en esa empresa cultural de una Pamplona que justamente pasaba de los 70.000 habitantes.
La Cofradía nació oficialmente el 28 de junio de 1952 con una conferencia de Dolores Baleztena, en el salón de actos de la Escuela de Comercio sobre una romería provenzal que protagonizaban, todos los años, varios miles de gitanos en La Camargue francesa. Dolores Baleztena, hermana del Hermano Mayor y autora de un libro Romerías Navarras, había acudido a la romería ataviada con el traje típico roncalés. La romería se conservaba de padres a hijos hasta en los mínimos detalles. La conferenciante insistió ante los socios de la Cofradía del Gallico en “defender y guardar las costumbres de la casa, todo lo que ilusionó a nuestros antepasados, leyenda e historia, que fue el alimento del espíritu de todas las generaciones”.
Al final de la conferencia, el Secretario de la Cofradía anunció que se iba a rifar un gallo vivo para obtener fondos que taparían algunos números rojos. Como se recordará, esta Cofradía había nacido con la prohibición de poner cuotas. Cada socio debía pagar las excursiones, las comidas, los libros… Tanto el Hermano Presidente como el Hermano Secretario rehuían tocar dinero, el “estiércol del diablo” según Papini, y todos los cobros y apuntes le encomendaron a María Jesús Sanz González, directora de Viajes Vincit, en Sarasate 2 y 4. Nunca José Javier Uranga quiso manejar tarjetas del Diario de Navarra ni de ninguna institución en la que colaboró.

REACCIONES Y ADHESIONES
Ignacio Baleztena, en la última etapa de su vida, cogiendo de la mano al gigante europeo, a quien él mismo llamó ‘Joshemiguelerico’. Cedida
José Javier Uranga, (todavía no era Ollarra porque el primer gallico lo publicó en Diario de Navarra en 1953), portaba en su mochila cultural la licenciatura en Filosofía y Letras por la Universidad de Zaragoza y estaba a punto de terminar Periodismo en la Escuela Oficial de Madrid. Y sus 26 años le hervían por abrir nuevos cauces para extender la cultura y la historia del viejo Reyno.
El anuncio de la creación de la Real Cofradía del Gallico de San Cernin y el conocimiento de las normas que se entregaban a todos los interesados movilizó cartas, escritos, comunicaciones, adhesiones… numerosas e inesperadas. Todo un movimiento popular y populoso. Recogemos un pequeño ramillete de reacciones.
“Yo, que soy navarro -escribía José M. Aguirre- para más señas de Falces, y muy entusiasta de las costumbres y espíritu (sin remilgos, sr. Uranga) espíritu ancestral y recio, de mi querida Navarra, siento unos deseos tremendos de ponerme al corriente de la cofradía, por sus palabras, por su folletos o por las dos cosas a la vez”.
Cada nuevo socio debía ser avalado por dos socios en activo. Miguel A. Aguirre le pedía al Hermano Secretario que hiciera las correspondientes diligencias para buscar dos socios que le avalaran. “Me atrevo a tomarme esta libertad en nombre a la fraternidad y sencillez que proclaman sus normas”.
Jose Enrique Greño escribía: “Formidable el Gallico. A picar mucho, que falta hace”. “He recibido -decía Emilio de Apraiz, arquitecto- vuestra circular, en honor a la comunidad de aficiones y aspiraciones, que me ha entusiasmado, tanto por la idea que pretende difundir como por la forma de propagarla. Mi felicitación y el testimonio de mi envidia porque en Vitoria no podemos hacer cosa parecida”.
José Manuel Casas Torres: “Me parece una gran idea. Enhorabuena, José Javier”.
Pedro Maiza, abogado, entraba en las condiciones para ser socio. “Un mucho me ha detenido el conjunto de condiciones que, expertamente reunidas, queréis para todos y cada uno de los cofrades, como quien nada dice, la sencillez, la antipedantería, la enemiga de la tristeza y a la pesadez. Magnífica selección de virtudes. Mi admiración para ellas y para quienes las reúnan”.
“He leído las Normas y desde luego me han satisfecho plenamente las características y la finalidad de esta, ya para mi querida, Cofradía y aún creo tener las condiciones que se precisan”, afirmaba Félix Casaús Irisarri, ingeniero de Caminos, Canales y Puertos.
José de Arteche, jefe de Archivo y Biblioteca de la Diputación de Guipúzcoa: “Pueden considerarme, si les parece, como adscrito a la Real Cofradía, a la que si Dios quiere dedicaré algún artículo. La cursilería y el achabacanamiento nos invaden y es preciso reaccionar. Les felicito”. José de Arteche escribió un excelente artículo en La Voz de España explicando el espíritu y las normas de la Cofradía.
Miguel Ángel Astiz, periodista de El Pensamiento Navarro, se volcó en la defensa de esta Cofradía y publicó una entrevista con las Normas en la que desmenuzaba todos los aspectos de la noticia. “Mi enhorabuena por la idea -le escribía a J. J. Uranga- que ya se la di hace tiempo al ‘tío Ignacio’. (Se refería a Ignacio Baleztena) Y a mandar a este humilde plumífero”. Miguel Ángel Astiz fue un destacado periodista en El Pensamiento Navarro y terminó su carrera en La Gaceta del Norte.

3 comentarios:

Gocrespo dijo...

Muy curioso que el gran modisto Balenciaga fuese miembro de la Cofradía.

Gocrespo dijo...

Todos sabemos que tras el pseudónimo Ollarra estaba Jos Javier Uranga, pero ¿quién escribe con el pseudónimo Dulanz?

desolvidar dijo...

Tienes aquí la más que probable respuesta: https://patximendiburu.blogspot.com/2022/01/origen-de-dulanz-y-paseo-sarasate.html