lunes, 8 de enero de 2024

Camino de Ibaialde: 3. Retenido por la P. Nacional

La Nogalera, al final del camino, nunca me defraudó
La diagonal de Beloso Alto terminaba entonces a las puertas de la Policía Nacional. Desde ahí, campo a través, al Puente Viejo de Burlada y, por la deliciosa Nogalera, llegaba al Instituto.
Este tramo era el más propicio para ver pajarillos. Habíamos empezado a ir a Gallipienzo y allí descubrí que la cuadrícula correspondiente a Gallipienzo-Cáseda era la que congregaba el mayor número de aves nidificantes de todo Navarra. Aproveché la ocasión y todas mis excursiones iba provisto de unos prismáticos y una grabadora de audio.
La mano indica el lugar donde me atraparon. ?Qué cambio en 10 años!
Un día, encima de un contenedor situado justo enfrente de la Nacional (círculo rojo), observé un mirlo. Con los prismáticos comprobé que era macho: lustroso color negro y el pico naranja. El mirlo alzó el vuelo y se dirigió hacia la entrada de la policía. Y yo le seguí sólo un par de segundos con los prismáticos.
Enseguida me di cuenta del error, bajé los prismáticos y continué mi camino, pegadico a la ezpuenda, hacia el Puente Viejo.
No había recorrido cien metros cuando, sin volver la cabeza, sentí que me estaban siguiendo. Al oír un "¡oiga!", me detuve, volví la cabeza y observé a dos paisanos -separados lateralmente entre sí unos metros- con una de las manos en el bolsillo. Me pidieron la documentación y me dijeron que tenía que acompañarles al cuartel. Les dije que encantado, pero que llegaba con la hora justa para dar clase. Les enseñé la carterica negra con los apuntes, pero ellos observaron que llevaba también en la mochila la grabadora.
Nogalera y Puente Viejo desde lo alto de la ripa
- ¿Qué es eso?
- Una grabadora, para los cantos de los pajarillos ¿Quieren que le dé a la tecla?
- ¡Noooooooo!
Me la quitaron de las manos y fue uno de ellos el que activó el sonido -melodioso y sonoro- del canto de un ruiseñor al que había grabado en Las Pasarelas.
La situación era ridícula: tres tíos, en mitad de un descampado, escuchando a un ruiseñor a las ocho y media (casi) de la mañana.
Se miraron entre ellos como diciendo "éste está peor de lo que nos parecía", pero, a pesar de mis protestas ("que voy a llegar tarde a clase, que el profesor de guardia me la tiene jurada..."), me obligaron a volver al cuartel.
En ocasiones sólo los azulones cruzaban el viejo puente de Burlada
Les supliqué que llamaran cuanto antes al instituto para avisar que iba a llegar tarde. No quisieron coger el teléfono que yo les ofrecí, sino que lo miraron en la guía (entonces no había móviles). Llamaron y la secretaria confirmó punto por punto que yo trabajaba de profesor de filosofía en Ibaialde.
Tras alguna otra comprobación, me dieron permiso para seguir mi camino. Yo les felicité por la impecable labor de vigilancia (que no se entere el profesor de guardia) y -ahora sin prisas- crucé el viejo puente de Burlada y recorrí, mirando algún azulón, la deliciosa Nogalera.
Podías elegir ir por el dique asfaltado (izda) o por la mullida hierba
Al llegar al instituto, entré primero en secretaría para agradecerles la confirmación de mis datos. Y cuando ya habíamos empezado a echar unas risas, entró el temible "profesor de guardia que me la tenía jurada" y con toda la seriedad de la que fue capaz (a duras penas se aguantaba la risa) dijo así:
- Si llego a coger yo el teléfono, les digo que se trata de un chalao que se hace pasar por profesor y que ya lo han echado de varios institutos; que lo tengan detenido una buena temporada hasta que se le pase la chaladura.
En el fondo, el profesor de guardia tenía un corazón de oro pero, a veces, le gustaba disimularlo.

3 comentarios:

Pedro dijo...

Qué bonita historia, tal y como la cuentas. Qué tiempos aquellos de miedo, falta de libertad e inseguridad. Lo único bueno de entonces, es que todavía había fronteras entre lo que estaba bien, y lo que no. Los que daban la cara por la libertad y la concordia, y los que apoyaban el terror y el asesinato como medio político. Y siguen sin haber hecho su examen de conciencia, aunque es evidente no les ha hecho falta para que algunos, por el sillón, les homologuen.

Carmelo dijo...

Que bueno, me imagino que tú comportamiento fue de un temple colaborador magnífico.
Un placer leer tus entradas, está me ha encantado.
Navrazon

Carmelo dijo...

Confío que no te abrieron expediente en el Instituto, ja, ja, ja.