Alzórriz entrega Pamplona a Asirón |
El divorcio del PSN con sus votantes
MIGUEL ÁNGEL RIEZU DN 31/12/2023
La realidad es tozuda y se niega a pasar página tan rápido como buscan los líderes socialistas
El portavoz del Grupo Parlamentario del PSN, Ramón Alzorriz, junto a Bernardo Ciriza y Marina CurielEFE
La actual dirección del PSN no ha tenido ni siquiera dudas. Entre plegarse a la estrategia nacional de Pedro Sánchez (ya saben, el poder, a cualquier precio) o marcar territorio basado en la coherencia con su historia, han optado por el puro seguidismo de Madrid. Y sin rechistar. Le entregan la vara de mando de Pamplona a Bildu y ponen patas arriba con ello la política, y hasta la convivencia, en la ciudad y lo hacen como si fuera un mero trámite. Como si nada. Y ahora a otra cosa, añaden en la voz de Ramón Alzórriz, convertido en el único kamikaze socialista con valor para justificar el desaguisado.
El PSN y su salto al vacío
Ahorcan al Rey y les dan Pamplona |
Un 45% rechaza el cambio de posición de su partido, y un 47% lo apoya. Y un 31% del total, además, piensa en cambiar de voto por esta decisión. Casi uno de cada tres votantes. Es cierto que falta mucho para unas nuevas elecciones, pero no hace falta ser un lince para darse cuenta de que el partido está dando un salto en el vacío.
Un salto que no entienden casi la mitad de sus votantes navarros. Un dato que debiera hacer reflexionar a la cúpula del PSN, sea eso lo que sea en estos momentos. Porque es de suponer que sus miembros seguirán interesados en que el PSN mantenga sus votos en Navarra. Sin votos no hay poder. Y con una caída importante, desde luego que tampoco. Esta entrega a Bildu es obvio ya que no les va a reportar votos y que puede robarles muchos. ¿Dónde está la ganancia entonces? ¿Será el reparto del poder con la esperanza de asegurarlo muchos años?. Eso de "el Gobierno para mí (Chivite), Pamplona para ti (Asirón)". Y lo que pase luego, allá cuentas.
Porque tiene toda la pinta de que el PSN va a ser víctima de una pinza electoral en Pamplona, con los votos que se arremolinan o en UPN o en Bildu, ya que los socialistas acaban de tirar por la borda su propio espacio. ¿No es evidente que eso es dispararse un tiro en el propio pie?
Para estrategia, la de Bildu
Porque toda la mirada estratégica de la que el PSN-PSOE carece en estos momentos la tiene, en cambio, muy clara Bildu. Y así nos va. El nuevo alcalde, Joseba Asiron, estuvo en el día de su toma de posesión contenido en sus palabras, desbordado en sus gestos de triunfo y seguro en el manejo de la situación. No en vano va a ser su segundo mandato como alcalde. Una coreografía muy bien estudiada.
Y casi igual en la calle, entre los miles de simpatizantes de Bildu que llenaron la Plaza Consistorial para celebrar el relevo. Porque Bildu como organización política hizo una demostración de poder y quiso añadir también otra de contención. Los estrategas de la formación abertzale eran muy conscientes de que tenían delante una batería de periodistas y televisiones nacionales y no querían asustar a la opinión pública del resto de España. Nada de gritos ni banderas fue la consigna.
Porque era el día en que su blanqueamiento podía irse al garete si se dejaban ver en realidad. Si expresaban lo que de verdad piensan y sienten. Aunque lo de la contención sólo funcionó a medias. El “UPN Kanpora” que resonó en la plaza está cosido en el ADN de Bildu. Y, desde luego, casa muy mal con las palabras de Asiron sobre generar convivencia. Al contrario, es un grito excluyente y amenazante. Que los tiempos de la kale borroka y las amenazas físicas no están tan lejos como para no reconocer el eco.
UPN, entre el duelo y la respuesta
Por el otro lado, la despedida de Cristina Ibarrola como alcaldesa. Seis meses ha durado en un cargo que le venía como anillo al dedo a su carácter ejecutivo y con ganas de hacer cosas. Pero su suerte estaba echada al margen de su gestión, eso es evidente.
Su frase sobre limpiar escaleras fue desafortunada y se presta a la crítica rápida. Sólo se entiende fruto del fragor del momento. Pero lo que no tiene sentido es que el Gobierno de España, por boca de sus ministros, busque en la “espuma” del desliz tapar el fondo de la cuestión, la entrega de Pamplona a Bildu por el PSN.
A UPN le queda ahora lo más difícil, hacer el duelo de la pérdida y encarar una estrategia de respuesta ante este cambio de paradigma político. El golpe ha sido muy duro. Y dentro de cuatro meses, el partido regionalista tiene un congreso con el liderazgo en juego. Nadie entendería otra cosa que no fuera un cierre de filas interno, sin batallas personales que siempre desangran. Los tiempos no están para las guerras tan propias del centro-derecha. Sólo están para pensar con generosidad y mirada a largo plazo.
1 comentario:
Me parece querido Patxi que como siempre tienes razón. Esperemos que así sea. El tiempo lo dirá. Un fuerte NAVRAZO Y FEÑIZ AÑO
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