viernes, 13 de octubre de 2023

"La muerte no es el final", por un superviviente

Ayer, Día del Pilar, en la Comandancia de la Av. Galicia, tuve el honor de grabarle "La muerte no es el final" a Langarica -guapo, elegante, digno y amigo-, que burló a la muerte por ETA el 24 de noviembre de 2000, en el barrio San Juan.

GC 12O23 Av. Galicia
La muerte no es el final
es una canción compuesta por el sacerdote Cesáreo Gabaráin Azurmendi (1936-1991). Su pasaje central fue elegido en 1981 como himno para honrar a los caídos de las Fuerzas Armadas Españolas.
Gabaráin compuso la canción tras fallecer Juan Pedro, un joven de 17 años que era organista en su parroquia. Dicho sacerdote compuso centenares de canciones, algunas mundialmente conocidas como «Pescador de hombres» («Señor, me has mirado a los ojos...»).
Esta es la parte de la letra que suele cantarse:
Cuando la pena nos alcanza
por el hermano perdido
cuando el adiós dolorido
busca en la Fe su esperanza.
En Tu palabra confiamos
con la certeza que Tú
ya le has devuelto a la vida,
ya le has llevado a la luz.

Miguel Ángel Ruiz Langarica
Homenaje a Jorge Olaiz ante el Palacio de Rozalejo,
 en la Navarrería: chistu, chalaparta, ikurriñas...
Ejerció de concejal de Unión del Pueblo Navarro en el Ayuntamiento de Pamplona entre 1991 y 1999.​ Apenas unos meses después de dejar este cargo, dos miembros de la banda terrorista ETA, Iñaki Beaumont y Jorge Olaiz, del comando Amaiur, planearon su asesinato. El 24 de noviembre de 2000, el Cuerpo Nacional de Policía detuvo a Beaumont, cuando iban a asesinarlo. Olaiz consiguió escapar de la policía, pero sería detenido un año más tarde. La detención se produjo alrededor de las 9:15 horas en la confluencia de las calles Martín Azpilicueta y Virgen de las Nieves del barrio pamplonés de San Juan, en las proximidades del domicilio del político regionalista.
A pesar de ello, Miguel Ángel continuó en la brecha y fue concejal de Burlada entre 2003 y 2007​ y de Orcoyen desde las elecciones municipales de 2011.

7 comentarios:

Juan Manuel Apesteguía Díaz dijo...

Gracias cronista Pachi por este tema tan candente y principalmente por tu valentía para contarlos

Merche A. dijo...

Cuando vivíamos en Fuenterrabía, nos enteramos por la esquela en el periódico que había muerto Cesáreo (coincidió con mi marido en el seminario)decidimos ir al funeral en Anzuola

Miguel Ángel Ruiz Langarica dijo...

Gracias querido amigo Pachi; he de confesarte que ayer cuando. cantaba "La muerte no es el final del camino".... no era mi garganta ni mi pecho los que entonaban esa bella canción, era Pachi mi corazón el que cantaba con verdadero dolor y amor a la vez, por todas las Víctimas del Terrorismo, alguna de ellas
conocidas mías y compañeros, e incluso grandes amigos. También lo hacía por supuesto, pensando en todos aquellos miembros de la Guardia Civil, Policía Nacional y demás miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado.Dices que fue un 24 de Noviembre el día de mi atentado, y así fue. Era el 24 de Noviembre del año 2.000, y justamente por eso por ser un dia 24 es por lo que con toda seguridad hoy podemos contarlo. Me explico: Todas las personas que hemos asistido a un Colegio o a algunas de las muchas actividades y centros promovidos por los Salesianos, nos enseñaban a querer confiar en la VIRGEN bajo la advocación de MARIA AUXILIADORA. Su festividad es el 24 de Mayo, pero todos los días 24 de cada mes se le recuerda y venera. Que casualidad, el fallido atentado a mi, Antiguo Alumno Salesiano, fue el día 24 de Noviembre. Aquel día se dieron tal cantidad de circunstancias tan inesperadas como increíbles, que hicieron que yo no bajase a trabajar a la hora que siempre lo hacía, (8,30) de la mañana. Alguien sospechó de los dos que me esperaban para liquidarme y se le ocurrió llamar a la Policía Nacional que vino y desbarató el atentado que salvó mi vida.
UN FORTISIMO NAVRAZO AMIGO.

Pedro dijo...

Leo todo ésto, veo los vídeos, y como persona bien nacida, me revuelve el alma. Acto seguido veo las noticias, las sonrisas del presidente del gobierno junto a quienes apoyaron todo aquello, y siguen considerando que "estuvo bien y fue necesario para lograr los frutos actuales", y me invade la náusea y la desolación. Aizpurua, Araiz, Aoiz, Barrena... siniestros protagonistas de un episodio negro de nuestras vidas todavía muy presente. Ojalá que ellos también, como "el Chato de Berbinzana" o Benito Santesteban, pasen el resto de sus días entre remordimientos y pesadillas por la muerte y el dolor que aplaudieron, que alentaron, que causaron... Si queda un ápice de humanidad en sus almas podridas, sería su justa recompensa. Triste legado para sus hijos. Oscura memoria para nuestra sociedad.

Anónimo dijo...

Para la pequeña historia, el uso de esa música en las Fuerzas Armadas tiene su origen en Pamplona.
Siendo el General Sáez de Tejada, Jefe de la División de Montaña "Navarra" la escucho al final de una misa funeral en la Iglesia de los Carmelitas de Pamplona.
Le encargó al tudelano Comandante Tomás Asiain, director de la música de esa División, que le hiciera un arreglo para que sonara más marcial y ordenó que se cantará en todas las Unidades de su División antes del toque de Oración.
Con el tiempo, el General Sáez de Tejada fue nombrado JEME, y ordenó que "La muerte no es el final" acompañará el traslado de los banderines previo al Toque de Oración. A partir de ese momento, se hizo de uso general en las Fuerzas Armadas.

Anónimo dijo...

Siento no haberme identificado. Soy Javier Hdez Zaratiegui

desolvidar dijo...

Gracias, Javier Hdez Zaratiegui por tan precisa información