Escupidos, acosados, insultados, agredidos... ¿a qué esperamos? |
Hoy, por culpa del "Taponcico de Curia", estamos a punto de perder -si no lo hemos perdido ya- "el Momentico" del atrio de la Catedral. Voy a intentar descubrir su origen y esencia para que tomemos conciencia de lo que nos quieren arrebatar estos matones, la manada de la calle Curia, reventadores de las Fiestas de Pamplona. (¿Por cierto, ha dicho algo Paz y Convivencia?).
Hace unos días lo reconocía la Peña Mutilzarra, agredida el 14 por ellos mismos: ´
Ya destrozaron la Marcha a Vísperas con esta misma táctica y estamos a punto de perder otro acto sanferminero más, llamado anteriormente “el momentico”.
Origen del Momentico
1. Desolvidar
Otro momentico. Eduardo Buxens |
En San Fermín, en las últimas décadas, se viene hablando de “momenticos”. Aunque, como dice Juan Charrasqueado, el mejor es el que tú te encuentras, el momentico por antonomasia es el del 7 de julio a las 14:00 h. en el atrio de la catedral: los Gigantes bailan mientras se bandean las campanas y repica la Campana María. Los gaiteros apenas dejan oír el sonido del chistu. La Corporación se despide del Cabildo y regresa por las calles Curia y Mercaderes con la Alcaldesa como abanderada. Suena -arriba de Curia- “El Asombro de Damasco”.
2. Viñes
J.J. Viñés, 1973, alcalde y de pamplonica |
Acabada la ceremonia religiosa otra vez de vuelta, hasta el mismo atrio del Catedral para despedir al Arzobispo y Cabildo con una explosión de música, de bandeo de campanas de la Catedral con toda la campanería y de contrapunto la Campana María, la gorda, la Mayor, las gaitas y chistus y el vuelo de las sayas de los gigantes girando y girando en el Atrio Catedralicio, en un momento difícil de olvidar por su espectacular belleza. Uno de los momentos más bellos, que, en años posteriores, comenzó a llamarse “el momentico”
Así pues, en el año 1973 todavía no se hablaba del Momentico, pero "en las últimas décadas..." anteriores a 2009, sí se hablaba.
3. La Trastienda (1975)
Después de todo lo que se ha dicho de La Trastienda..., que si el destape, que si la Cantudo.., te esperas una visión de los Sanfermines muy deformada. Sin embargo sorprende contemplar el Momentico (aunque aún no se llamara así) desde las campanas de la Torre Norte y el repique del badajo de la Campana María. Ver a los Gigantes bailando en el atrio desde esa altura es algo que sólo habían visto los campaneros.
Jorge Grau disfrutó de un buen informador. Son sólo 27 segundos, pero impagables:
Sin embargo, no hay ninguna prueba de que en 1975 se llamara "el Momentico".
4. Hemeroteca Diario de Navarra. 1987
Ecijano II, Paco Apaolaza y su hijo Foto Silvia Ollo |
El título lo dice todo:
Pero qué miedo. Toda la tarde con la carne de gallina de ver y de sentir el espectáculo que se desarrollaba en la plaza con los toreros pálidos, las cuadrillas inseguras, los caballos por los aires, los toros empujando y embistiendo y todo el mundo callado con un nudo en la garganta apiadándose de los esforzados artistas que tenían que vérselas con seis feroces, ¿he dicho feroces?, pues eso, seis feroces bóvidos de una afamada ganadería que vino a Pamplona a debutar en la Feria del Toro. ¡Qué susto! Ni el champán mitigaba la sequedad de la boca pastosa ya de tanto sobresalto y tanto puro masticado. A mí, ni el café irlandés, absolutamente genial de las Irigoyen en la grada 3 me supo a nada. Nadie habló de copas ni del cuerpo cortado. Nadie habló del ligue ni del momentico, del bailongo o de dónde cenamos, nadie...
Fijaos que Paco habla del momentico como de pasada, sin detenerse a explicarlo, dando por supuesto que todo el que le leía sabía de sobra qué era "el momentico".
Por tanto, aunque en el 73-75 no se hablaba del momentico, en el 87 (doce años después), era vox populi, se sabía de sobra.
5. Fernando Pérez Ollo
Y mirad lo que dice Fernando Pérez Ollo en La Fiesta (1996):
Perdido el número del cadí, ha surgido otro, que no está en el programa, pero lleva camino. Todo se andará. La culminación de la jomada ritual de San Fermín estalla cuando la comitiva de canónigos papirroyos y ediles embutidos en el frac llegan a la catedral. Las campanas atruenan, en especial la “María”, que suma doce toneladas de bronce abiertas en una boca de dos metros y medio de diámetro; las gaitas se vuelven más chillonas y dominantes que nunca; los txistus apenas se insinúan; la banda se hace oír; el órgano ataca el Himno de las Cortes de Navarra, no se sabe bien por qué lógica oculta; el griterío y la masa sonora superan la Sinfonía de los Mil, la “Octava” de Mahler. El cortejo oficial va hasta la sacristía de canónigos y se despiden civiles y eclesiásticos, mientras fuera, en la plaza enrejada, sigue la bulla al sol de las dos de la tarde, que son mediodía. La mejor manera de gozar esa locura de colores, de sonidos, de luz y ruido es entrar en la catedral y ver desde la sombra la explosión exterior como una fotografía imposible guillotinada por el rectángulo de la puerta mayor, bajo el rosetón abierto en el hastial que protege el atrio neoclásico. Es una visión inolvidable y una amalgama estentórea, tan cortas que han dado en llamarle “el momentico”. Yo lo describí dos o tres años seguidos, hace más de veinticinco, y José María Iribarren me advirtió: “Te arrepentirás, como me arrepiento yo de haber escrito de la procesión, porque ahora ha cambiado tanto que no la veo”. Entonces estábamos en los últimos bancos de la nave, de espaldas al altar y cara a la puerta, apenas media docena de curiosos. Ahora dicen que aquello es la guerra, no lo sé. Y además el nombre me parece un poco bobo.
Ese "han dado en llamarle el momentico” dice más de lo que parece. El nombre es reciente, no muchos años antes del 96 (ahí se ajusta bien la fecha de la hemeroteca: 1987). Y otra cosa: Fernando no sabe quién bautizó así al momentico. Él, 25 años antes, habló de esos instantes ("Yo lo describí dos o tres años seguidos, hace más de veinticinco" o sea, hacia el 71). Lo describió, pero tampoco lo bautizó.
Cita además a Iribarren como alguien que escribió sobre la procesión y que le advirtió de que no era bueno escribir sobre ella porque moriría de éxito.
Pero -por lo que dice Fernando Pérez Ollo- ninguno de los dos bautizó al momentico.
6. Jesús Górriz: "Madariaga me pone la piel de gallina"
Por todo ello me sorprende que un año después del escrito de Fernando, en el DN 11 de julio de 1997, en una entrevista al poeta pamplonés Jesús Górriz que acababa de presentar su nuevo libro, «Nuestros
Sanfermines», éste afirme con total rotundidad:
-A mí me encanta lo que José María Iribarren bautizó, allá por los años cuarenta, como «el momentico». Tiene lugar en el atrio de la catedral cuando el ayuntamiento acompaña a los canónigos a «su casa».-Hay algún otro «momentico» que le emocione de una forma especial?-Otro de mis momentos preferidos es escuchar la jota de Joaquín Madariaga. Se me pone la piel de gallina, me dan escalofríos en la columna vertebral...
Joaquín Madurga |
Jesús Górriz afirma que "José María Iribarren bautizó, allá por los años cuarenta, como «el momentico»". ¿En qué libro, en qué artículo? Y si lo hizo "allá por los años cuarenta", se hace demasiado extraño que no aparezca en la prensa hasta 1987, casi medio siglo después.
Puesto en contacto con José Miguel Iriberri, cronista de nuestra ciudad y de sus fiestas desde mediados de los 60, me confirma la afirmación de Jesús Górriz.
Y me envía el texto exacto en el que aparece la paternidad de Iribarren:
7. "Lo mejor de los Sanfermines" (1963). José María Iribarren
"Sanfermines" (1970), de José María Iribarren, es una recopilación de diferentes artículos escritos a lo largo de años. El dedicado al Momentico se titula "Lo mejor de los Sanfermines" y lleva, al final, la fecha de 1963. Pero -me dice Iriberri- seguro que está retocado de otro anterior.
Dice así:
...final álgido, emocionante, tenso y conmovedor. Para que todo suene en este instante, el agrio son de los clarines municipales, acentuado con golpes de timbal, resuena bajo el atrio, tras la noble columnata corintia de Ventura Rodríguez. Es cuando la Ciudad entra en el templo entre la doble hilera de los danzaris.¡Sí, amigos! Es el mejor momento de las fiestas. El que pone en la médula un dulce escalofrío de emoción. El que compensa a nuestros concejales del tormento de las comisiones. El que obliga a exclamar a los forasteros:—¡Esto es único!—Esto no se improvisa.—¡Estupendo! ¡Magnifico!—No hay ciudad donde bailen los gigantes tan bien como en Pamplona.Fotógrafos y operadores de cine recogen en sus cámaras este momento único, esplendoroso, en que el sol, las campanas, el colorido de los indumentos, el brillo de las cruces, la música y el revuelo frenético de los ocho gigantes celebran la llegada de las autoridades a la Catedral.
No hay ciudad donde bailen los gigantes tan bien como en Pamplona
Conclusión
El padre del concepto ("instante", "el mejor momento", "momento único") es J.M. Iribarren, entre los años 40 (así dice Górriz) y 63 (fecha del final del artículo).
Mari Cruz, a pie de calle Mayor (1985-86) |
Por eso, no aparece por primera vez en la hemeroteca de DN hasta los Sanfermines de 1987, en la crónica de Paco Apaolaza, pero ya como algo conocido y que no necesitaba explicación.
Y la conclusión más importante: los pamploneses no debemos consentir que nos arrebaten este momento mágico. ¿Qué podemos hacer? Ya lo dijimos en el artículo de Manuel Sarobe: el 28 de Mayo de 2023 ni un voto para Vildu (de vileza) ni para quien pueda darle la alcaldía al villano Asirón. Hay que botarlos, a base de votos, de las instituciones. Que no puedan enredar.
Pero, aunque sigan en la oposición, ellos van a seguir escupiendo, insultando, acosando y agrediendo a la Procesión. ¿Qué vamos a hacer? ¿Quedarnos de brazos cruzados, viendo cómo se ríen de nuestras instituciones?
Lo veremos en una próxima entrada.
2 comentarios:
De brazos cruzados jamás.
Pienso que muchas las tradiciones se está perdiendo porque las “personas” que provocan estos atropellos, de alguna manera se sienten con patente dé Corso, para hacer lo que les da la gana.
A este lamentable episodio se le ha dado una cierta gravedad, habló en el contexto penal, porque se ha agredido a policías y políticos, (que no le quito hierro al asunto) si no se hubieran dado estas agresiones a estas personas, todo esto que ha pasado, habría quedado en un : “ lo jodieron como siempre, los de siempre”.
En el mismo contexto violento todos sabemos que ocurrió con la Peña Mutizarra y porque… ya están en el punto de mira, se pueden dar por jodidos.
Las tradiciones hay que respetar y cuidar, pero claro, solo las de ellos. En cierta ocasión, un dirigente que fue de HB y más tarde fundó Aralar, dijo :”en Navarra hay poco conservador, pero mucho facha” con eso ya dijo bastante, conservar lo que a mí me parece y gusta, lo demás ya sabemos, una “caca” de asquerosos fachas.
Tienen cuatro la calle ganada, esta es otra más, y son tantas…
Lo más grave de todo esto, es que saben que en unos cuantos años más con estas actuaciones violentas, acabarán como con el riau riau, solo para cantarlo en el Sadar y si les parece bien a ellos.
Vaya por delante que, yo respeto todas las tradiciones é ideas de los demás, por supuesto, las que no me gustan, las ignoro y punto.
Si no somos capaces de que se respete a los que nos gustan las tradiciones tan arraigadas por el paso de los años por una minoría que se aprovecha de la falta de contundencia por parte de los que tienen que defender a todo el mundo, (cuando hablo de contundencia, no me refiero a violencia física, sería darles justificación para ejercerla ellos, y no me gusta, por supuesto, me refiero a “rascar” el bolsillo)
Por ir acabando, los que tienen que exponer sus ideas a golpes o insinuando, seguro que no es capaz de explicarlas ò sencillamente no valen para nada.
No tiene más razón el que más grita o agrede, simplemente hace daño, y pierde la razón.
Javier.
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