Si alguien se merece este año la medalla de oro de Navarra, son los manifestantes del 3 de Junio |
Insiste el (des)Gobierno nacionalista en que la Bandera de Navarra no corre peligro. Nos lo dijeron cuando el 3 de Junio tuvimos que salir decenas de miles de navarros a defenderla en las calles. De nuevo insisten ahora, cuando conceden la medalla de oro de Navarra a Altadill, Campión y Olóriz, presentándolos -agarraos- como los creadores de la bandera, cuando lo único que hicieron fue un reconocimiento oficial en 1910 de algo que ya existía -documentado- desde 1556.
"Siempre me pareció muy significativo el hecho de que tres historiadores y eruditos no tuvieran algunas diferencias al asesorar a la Diputación Foral de Navarra en 1910, cuando ésta les pidió su opinión sobre cuál debía de ser la bandera de Navarra. Arturo Campión, Hermilio de Olóriz y Julio Altadill, miembros de la Comisión de Monumentos, dieron una única respuesta: La bandera de Navarra tenía que ser roja, presidida en el centro por el escudo de Navarra, timbrado por una corona real."Quienes sí merecen realmente esa Medalla de Oro 2017 son, por tanto, esas decenas de miles de navarros que el 3 de junio salieron a defender cívicamente la bandera de todos, todos los navarros, frente a los intentos del Cuatripartito de imponernos la ikurriña, al derogar la Ley de Símbolos.
Pero, claro, aunque sea una contradicción manifiesta, la defensa de Navarra no es precisamente uno de los objetivos del (des)Gobierno de Navarra.
Bandera actual de Navarra, aprobada en 1910, pero que coincide en sus elementos esenciales (color rojo, cadenas y corona) con la utilizada con carácter oficial en 1556 y 1558 |
TRIBUNA CULTURAL Aunque la bandera de Navarra se hizo oficial en 1910, tiene su origen en el siglo XVI. En 1558, soldados navarros atacaron San Juan de Luz con una bandera roja con el escudo que, dos años antes, había sido la usada en la proclamación de Felipe II como rey
460 años de la bandera de Navarra por Luis Javier Fortún
En Navarra la bandera deriva del escudo,
que representó primero a los reyes y luego a todo el reino. Por eso, para
entender cómo y cuándo surge la bandera de Navarra, es preciso remontarse al
origen del escudo. Éste nació en el siglo XIII, mientras que la bandera, según
se nos ha dicho hasta ahora, es de 1910.
Sin embargo, creo que la actual bandera, en su misma forma y composición, ya se usaba con carácter oficial en 1556. Tiene por tanto más de cuatro siglos y medio, como voy a explicar.
Sin embargo, creo que la actual bandera, en su misma forma y composición, ya se usaba con carácter oficial en 1556. Tiene por tanto más de cuatro siglos y medio, como voy a explicar.
Siempre me pareció muy significativo el hecho
de que tres historiadores y eruditos no tuvieran algunas diferencias al
asesorar a la Diputación Foral de Navarra en 1910, cuando ésta les pidió su
opinión sobre cuál debía de ser la bandera de Navarra. Arturo Campión, Hermilio
de Olóriz y Julio Altadill, miembros de la Comisión de Monumentos, dieron una
única respuesta. La bandera de Navarra tenía que ser roja, presidida en el centro
por el escudo de Navarra, timbrado por una corona real.
Siempre he pensado que una respuesta unánime tenía que ser fruto de una tradición firme y generalizada respecto a la bandera, pero no encontraba noticias ni rastro de ella.
Siempre he pensado que una respuesta unánime tenía que ser fruto de una tradición firme y generalizada respecto a la bandera, pero no encontraba noticias ni rastro de ella.
Carlos III el Noble y las cadenas del
escudo
Escudos con bloca de Navarra y de Champaña en la catedral de Tudela (siglo XIII) |
A la izda de la Puerta de la Capilla Barbazana (XIII-XIV) |
Convento de San Francisco, Olite (mediados del siglo XV) |
Pero, aunque las representaciones del escudo eran numerosas, no se tenían noticias fidedignas de la bandera.
La expedición de castigo a San Juan de
Luz (1558)
Todo el reinado de Carlos I (IV de
Navarra) había estado marcado por el enfrentamiento político y militar entre
España y Francia. La posesión de Navarra había sido un elemento esencial de la
pugna en las primeras décadas, hasta que en 1522 quedó definitivamente en manos
de la corona española. Pero, a pesar de ello, el Pirineo siguió siendo frontera
militar y teatro de ataques e incursiones practicadas por ambos contendientes. Las
hostilidades se extendían también al mar y los habitantes de San Juan de Luz se
distinguían por ejercer como corsarios franceses y atacar naves españolas
–muchas de ellas vascas- y puertos del Cantábrico.
Inscripción (con errata final: "En el año 1553, siendo virrey Beltrán, duque de Alburquerque"), hecha seguramente por Martín de Isturiz, el mismo cantero que labró el imponente escudo superior, en el Portal de Francia |
La guerra rebrotó en 1556 y las armas
españolas vencieron en las grandes batallas de Flandes y el norte de Francia:
primero en San Quintín (1557) y luego en Gravelinas (1558). La derrota de
Francia era evidente y marcaba un escenario propicio para que en la frontera
pirenaica se lanzara una expedición de castigo que acelerara su rendición. Días
después de la victoria de Gravelinas (13 de julio) el duque de Alburquerque,
virrey de Navarra, organizó una expedición de castigo contra San Juan de Luz, bien
documentada en el estudio de Florencio Idoate sobre el Esfuerzo bélico de
Navarra en el siglo XVI. Se formó un contingente de 4.000 hombres, mitad
provenientes de Navarra y mitad de Guipúzcoa. A los navarros les mandó el
virrey; a los “provincianos” (así se llamaba a los guipuzcoanos) los dirigió
Diego de Carvajal, gobernador de Fuenterrabía y capitán general de Guipúzcoa. A
los contingentes regulares del ejército se añadieron compañías de voluntarios
alistadas por villas y ciudades. Las mandaban nobles tanto beamonteses como
agramonteses.
Es aquí donde entra en juego el primer
Libro de Consultas (hoy llamaríamos de actas) del Ayuntamiento de Pamplona,
iniciado en 1557 -para dejar constancia de las reuniones que el Regimiento
celebraba “en consulta”, es decir, para tomar acuerdos de gobierno- y conservado
en el Archivo Municipal.
La “guerra de San Joan de Lus” se recoge en el acta de
la sesión de 11 de agosto, redactada y firmada por el secretario municipal,
Tristán de Aguinaga y Zunzarren. Pamplona había reclutado una compañía de
hombres y nombró como capitán de la misma a Carlos de Ayanz, señor de
Guenduláin, ayudado por el alférez Miguel de Berio y Rosas, merino de Sangüesa,
el sargento Pedro Daoiz y el contador y pagador de la ciudad, Juan de Labayen. Partieron
el miércoles 27 de julio y la campaña duró quince días. Básicamente consistió
en el “assolamiento y qema del dicho pueblo”. En concreto el ejército español o
el contingente navarro-guipuzcoano, como se prefiera, “quemo lo que era de la
puente a la parte de Francia”, es decir el núcleo habitado situado al norte del
puente que cruza el río Nivelle y da acceso a la villa. Se destruyeron todos
los edificios, incluidos los muros de cal y canto y, por supuesto, el amplio muelle
del que partían los barcos corsarios. Sólo se salvaron la iglesia y el
hospital.
Puerto de Ciboure y San Juan de Luz, según grabado de Lomet del año 1788 |
Carlos III el Noble (y Leonor de Trastámara), el rey que alentó la nueva explicación del escudo de Navarra y dio rango legal a las cadenas en el Privilegio de la Unión (1423) |
La bandera de la expedición
El Regimiento de Pamplona tenía varias “banderas
y estandartes” en la “Camara de la consulta” (lo que hoy llamamos el salón de plenos),
entre los que evidentemente estaría la bandera verde que ya por entonces usaba
en la procesión del Corpus o el pendón que solo contenía el escudo de la
ciudad, otorgado por Carlos III en el privilegio de la Unión (1423). Pero no
fueron estas las elegidas; la compañía utilizó como bandera de la ciudad
(“vandera della”) la primera bandera de Navarra de la que tenemos noticia, que
se describe en el acta nítidamente: “la dicha vandera… la qual es colorada,
sembrada en ella cadenas y una corona doradas”.
La bandera de Navarra ocupó un lugar destacado
en la entrada triunfal de la compañía en la ciudad, que tuvo lugar el jueves 11
de agosto, a las cinco de la tarde (las siete en nuestro actual horario de
verano): “entro la dicha vandera con los susodichos y su compañya”. Sutilmente,
el texto coloca por delante y asigna un protagonismo a la bandera, que, como
símbolo de la comunidad política, era superior al de los propios jefes y componentes
de la compañía. Previamente, se había reunido el Regimiento para “reçebir la
dicha vandera y al señor de Guendulayn, capitán” y demás jefes de la compañía. Asistieron
seis de los diez regidores, los señores Ibero, Atondo, Aoiz, Lesaca, Larraya y Arizcun,
además del alcalde Navaz. Salieron en corporación para recibirlos: “el dicho
regimiento sallio a la plaça del chapitel… a reçebir al dicho señor capitán”.
Después de los saludos del recibimiento, tuvo lugar el desfile triunfal por la
ciudad del capitán y la tropa en formación con la bandera: “Y, de que se
saludaron y reçebieron, fue en ordenança el dicho señor capitan con su gente con
la dicha vandera por la dicha çiudad”. Podemos imaginar el desfile entre
vítores de la gente y deducir no sólo el aplauso a los guerreros, sino también
la identificación de los pamploneses de 1558 con la bandera de Navarra.
El acto final de rendición de honores a
la bandera de Navarra tuvo lugar cuando, terminado el paseo victorioso, “volvio
a la casa del ayuntamiento, estando el dicho regimiento en consulta”. Entraron
el capitán, el alférez, el pagador y otros, pero sólo el capitán se quedó con
el Regimiento y procedió a devolver formalmente la bandera: “despedidos ellos,
quedo en la dicha camara de la consulta con el regimiento el dicho señor Capitan.
Y entreguo en ella la dicha vandera al dicho regimiento”. Consciente del valor
de la bandera y para verse libre de reclamaciones, el señor de Guenduláin pidió
un certificado por escrito de que la entregaba. El Regimiento ordenó al
secretario que lo extendiera:
“Y para su descargo pidio testimonio de la dicha
entregua el dicho señor capitan. Y sus merçedes, recognoçiendo haberla reçebido
como la reçibieron, dando por libre della al dicho señor Capitan, mandaron a mi
el dicho secretario le diesse testimonio dello…”. Además, los regidores
quisieron dejar constancia por escrito de que la depositaban en el mismo lugar
de donde había salido, en la Cámara de la Consulta (o salón de plenos), en un
sitio de honor entre las demás banderas y estandartes de la ciudad: “…y tambien
(diesse testimonio) a sus merçedes de cómo la dexaban, como de hecho la dexaron,
en la dicha Camara de la consulta, donde las otras vanderas y estandartes desta
çiudad, porque esté entre ellas, como de primero estaba, antes de que se
llebase a la dicha guerra de San Joan de Lus”. Es evidente el respeto de los
regidores a la bandera de Navarra y su deseo de dejar constancia de ello.
Diseño del escudo de Navarra en la portada de las
ediciones de los
Cuadernos de Cortes (1556) y las Ordenanzas de Balanza y
Pasquier (1557)
|
Para terminar, el capitán informó del
éxito de la expedición y de la destrucción y quema de San Juan de Luz. Además
reclamó el pago de los salarios a los voluntarios, porque a la ida se habían
plantado en Lantz exigiendo recibir la paga. La palabra del señor de Guenduláin
y el dinero propio que entregó a algunos voluntarios necesitados habían logrado
que continuaran: “hecha la dicha entregua, el dicho señor capitan dio cuenta y
razon al dicho regimiento del suçceso de la dicha jornada y assolamiento y qema
del dicho pueblo de San Joan de Lus. Y supplico con encarecimiento al dicho
regimiento dé orden como la dicha gente de que llebo desta çiudad sea pagada,
porque, no queriendo passar sin ser pagados de Lanz adelante, a su palabra y
con partir con algunos necessitados de la dicha compañía de su dinero propio,
habian seguido a la vandera”. Ahora tocaba pagar y el regimiento quería, al
parecer, trasladar la deuda al virrey, amparándose en el respeto a privilegios
y libertades de la ciudad. Y para lograrlo, quiso que el capitán intercediera
ante el virrey.
Archivo Municipal de Pamplona, Libro 1 de
Consultas, fol. 86v. Honores tributados a la bandera de Navarra y definición de sus elementos esenciales: color rojo, cadenas y corona real (11 agosto 1558) |
Bandera de la proclamación de Felipe II
como rey (1556)
El acta de la sesión del Regimiento
proporciona además la noticia de que la bandera roja con las cadenas y la
corona “es el pendon del levantamiento por Rey esta çiudad al Rey don
Phellippe, nuestro señor”. Es decir, que se había utilizado en la primavera de
1556, cuando se produjo la proclamación de Felipe II como rey. Como la renuncia
de su padre, el emperador Carlos, se formalizó el 28 de marzo, hay que situar a
principios de abril su proclamación como rey de Navarra en Pamplona, que pudo
realizarse porque ya había jurado como heredero en 1551. No estaban reunidas
las Cortes, ni todavía existía la Diputación del Reino como órgano permanente.
Por eso el acto corríó a cargo del Regimiento de Pamplona, como cabeza del
Reino. La fórmula empleada pudo ser: “Pamplona por el Rey nuestro Señor Don
Felipe IV de Navarra y II de Castilla”, acompañada de vítores, mientras se
enarbolaba y ondeaba la bandera del reino, sustituida en las posteriores
proclamaciones por la bandera de la ciudad.
Cadenas en la colegiata de Roncesvalles que sirvieron de inspiración parael escudo de Navarra. |
Elementos de la bandera: color rojo,
cadenas y corona
En la Edad Media el escudo de armas dio lugar
a un tipo de pendón o estandarte, cuyo paño estaba ocupado enteramente por el
escudo de armas, sin tener un espacio libre en derredor. La bandera es una
ampliación de ese pendón, en la que el emblema heráldico ocupa el centro del
paño y el resto es liso o contiene otros motivos. La vexilología (tratado de
las banderas) considera que el color del paño de la bandera, si es liso, tiene
que ser el mismo del campo o fondo del escudo de armas. Como el campo del
escudo de Navarra es rojo, la extensión de este color a toda la bandera
respondió a este criterio y se hizo por igual en el siglo XVI y en el XX.
Aunque inicialmente el motivo heráldico del
escudo fue una bloca (ya se ha explicado), Carlos III el Noble decidió
convertirla en las cadenas, para simbolizar un hecho cierto y glorioso del pasado de Navarra, como fue
la participación de Sancho VII el Fuerte en la batalla de las Navas de Tolosa. Pretendía
prestigiar el emblema heráldico del rey y del reino. El recurso a un hecho glorioso
del pasado reforzó la cohesión interna de la sociedad navarra y su identidad, así
como la imagen externa del reino. Curiosamente ambos objetivos se lograron resaltando
una gesta que no mostraba a los navarros encerrados en sí mismos, sino participando
en una tarea común de todos los reinos cristianos españoles.
La presencia de la corona timbrando el escudo
tampoco es gratuita. En 1556 los navarros estaban empeñados en defender la
condición de Navarra como “reino de por sí”, que no perdía su identidad por el hecho
de estar incorporado a Castilla. Pocos años después lograron que Felipe II
reforzara las instituciones navarras con el derecho de sobrecarta (1561) o la
creación de la Diputación del Reino como una institución permanente (1576). La
colocación de la corona real en el escudo proclamaba la voluntad de Navarra de
seguir siendo una comunidad política diferenciada en el seno de la Monarquía
hispánica. Además, el uso de la corona no sólo pregonaba que la forma de
organización del poder en Navarra era una monarquía; recordaba también que esa
comunidad política no era fruto del primitivismo tribal (cuya búsqueda obceca a
muchos), ni se fundamentaba en él, sino que se asentaba en un bagaje político y
legal –eso que llamamos fueros- sin el cual no hubiera llegado nunca a existir
como un reino independiente.
Diseño del escudo de Navarra en la portada de la
segunda
edición de las Ordenanzas de Balanza y Pasquier (1567)
|
Reflexiones desde la historia
El conocimiento del pasado y la
reflexión sobre los hechos pretéritos no es, ni debe ser, una horma que
condicione el presente o el futuro, pero es una ayuda inestimable para
afrontarlos.
(1) Una pincelada histórica nos ha permitido
adelantar tres siglos y medio la existencia de la bandera de Navarra, dotada de
carácter oficial. La permanencia del símbolo de una comunidad política de forma
inalterable durante más de cuatro siglos y medio refleja la propia solidez de
esa comunidad y el celo desplegado por sucesivas generaciones de sus miembros
para mantenerla en pie contra viento y marea. A su vez esta conducta es un
llamamiento a nuestra generación para mantener esa comunidad política
diferenciada, logicamente transformada y adaptada al mundo actual y capaz de
proyectarse hacia el futuro, pero segura de su personalidad, sin admitir
hipotecas ni diluirla.
(2) Es también motivo de reflexión el
entusiasmo que la bandera de Navarra suscitaba en 1558 entre las autoridades y el
pueblo de Pamplona, que la recibieron en triunfo y la pasearon por la ciudad.
¿Existe hoy entre los pamploneses y navarros el mismo entusiasmo por la bandera
de Navarra? ¿Se preocupan nuestras autoridades de fomentar la identificación de
los ciudadanos con la bandera de Navarra, en la que se sintetiza lo que fuimos
y lo que somos —con sus luces y con sus sombras, pues no necesitamos ser
acríticos incensadores (turiferarios) de nuestro pasado— o se percibe en
algunas de ellas un desinterés, que es reflejo de la falta de identificación
con Navarra como comunidad política?
El retrato del Rey y las cuatro banderas al rincón de pensar |
(3) Y
un tercer elemento de reflexión. En 1558 la bandera de Navarra ocupaba un lugar
destacado en la Cámara de la Consulta (equivalente al actual salón de plenos)
del Ayuntamiento de Pamplona, que era el espacio más solemne de la institución
municipal. Los órganos de la administración del Rey tenían sedes, pero las
instituciones del Reino o se alojaban en sedes religiosas, como las Cortes, o
no existían, como la Diputación. En compensación, las autoridades municipales
de Pamplona daban un lugar de honor a la bandera de todos los navarros. ¿Tiene
sentido que hoy, en ciertos ámbitos, se promueva una especie de olvido o
desinterés hacia la bandera de Navarra, con el propósito de que su lugar como
símbolo de nuestra comunidad política lo ocupe otra?. ¿Es lógico que, para
menospreciar a otra bandera, se acabe relegando la de Navarra a sitios
secundarios o escondidos en ciertos espacios solemnes de algunas de nuestras
instituciones?
Somos libres para construir nuestro
presente y proyectar nuestro futuro, pero eso no nos exime de ser responsables
de lo que hagamos, máxime si tenemos en cuenta lo que sí supieron hacer
nuestros lejanos antepasados, quizás no tan listos ni tan desarrollados como
pretendemos ser nosotros, pero sin duda seguros de quiénes eran y qué tenían
que hacer con la bandera que los representaba.
Luis
Javier Fortún Pérez de Ciriza es doctor en Historia
2 comentarios:
Me cuentan que en la recepción del hotel Tres Reyes de Pamplona (hay otro de la cadena en Sanse) había hasta hace unos años una réplica de un pendón de la batalla de las Navas de Tolosa (Jaén). Obviamente el nombre del hotel Tres Reyes, a pesar de ser en Pamplona el punto de salida de la cabalgata, no viene de los tres reyes magos, como yo inocentemente creía de muete. Viene de los tres reyes españoles protagonistas de la batalla de las Navas de Tolosa, de la que nuestra bandera navarrica recibió cadenas y esmeralda. La batalla marcó un antes y un después para Navarra y para el conjunto de España pues a partir de ese año de 1212 los españoles no pararían de avanzar en la reconquista nacional. Por algo el hotel Tres Reyes está en la avenida de las Navas de Tolosa de Pamplona. El susodicho pendón se debió guardar, pero mientras estaba puesto debió alojar algún potentado (que no jeque) árabe y leía de los caracteres árabes. Tenía hasta un corán a la vista que también leía. Estos dos enlaces dan buena información de este pendón o pendones adquiridos allí con preciosas letras árabes:
https://www.lugaresconhistoria.com/el-pendon-de-las-navas-de-tolosa
https://elcorreodeburgos.elmundo.es/articulo/san-pedro/secretos-que-esconde-pendon-navas-tolosa-que-burgos-celebra-curpillos/20220614211650398082.html
Muy interesante, muchas gracias por información tan precisa
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