A la Calleja de los Toros hasta le pusieron su letrero y quedó integrada en los nuevos corralillos. En cambio, de la plazuela de Arriasco apenas si queda un triangulico de piedras, que no da ni para llamarla Arriguchi. Impresionante el trabajo de Arazuri, quien con tristeza nos relata lo que fue en el pasado esta plaza, en contraste con lo que ha quedado de ella -ni siquiera su nombre en un letrero- en los últimos tiempos.
Echa una ojeada al álbum "Calleja de los Toros y Plazuela de Arriasco" para ver todos los detalles de esta Pamplona que se nos va ante nuestros ojos.
Esto escribió Arazuri, allá por 1979-80:
Pasando el puente de la Rochapea, a mano izquierda, en el comienzo de la calle de Errotazar, existe una plazoleta irregular, de suelo pedregoso, con múltiples y profundos hoyos, vergonzoso erial (1979-80) en el barrio más castizo y con más historia de todos los existentes en la vieja Iruña. Entrando hasta el fondo de esta plazoleta, a mano derecha, está el comienzo de un largo callejón, denominado popularmente «Calleja de los Toros», que llega hasta la calle de don Bernardino Tirapu. Esta plazuela, generalmente solitaria, sólo se ve concurrida en las noches de las Fiestas por los curiosos que en gran número acuden a contemplar la veloz carrera de los toros en el «Encierrillo».
Echa una ojeada al álbum "Calleja de los Toros y Plazuela de Arriasco" para ver todos los detalles de esta Pamplona que se nos va ante nuestros ojos.
Esto escribió Arazuri, allá por 1979-80:
Pasando el puente de la Rochapea, a mano izquierda, en el comienzo de la calle de Errotazar, existe una plazoleta irregular, de suelo pedregoso, con múltiples y profundos hoyos, vergonzoso erial (1979-80) en el barrio más castizo y con más historia de todos los existentes en la vieja Iruña. Entrando hasta el fondo de esta plazoleta, a mano derecha, está el comienzo de un largo callejón, denominado popularmente «Calleja de los Toros», que llega hasta la calle de don Bernardino Tirapu. Esta plazuela, generalmente solitaria, sólo se ve concurrida en las noches de las Fiestas por los curiosos que en gran número acuden a contemplar la veloz carrera de los toros en el «Encierrillo».
El
Ayuntamiento no se ha dignado conceder título a esta modesta plazuela, y si le
hemos asignado el de Errotazar es por ser el que ostenta en los últimos planos
de la ciudad. A través de los siglos a esta plazuela se le ha denominado con
los siguientes nombres:
1890ca. Tras el puente el Matadero Municipal. A la derecha la antigua plaza del Arriasco, hoy llamada, no oficialmente, plaza de Errotazar. Primer plano, las lavanderas. |
1. Plazuela del matadero de carnes. Al comenzar en 1588 el sacrificio de reses en
el nuevo matadero municipal de la Rochapea, situado entre la orilla derecha del
Arga y un espacio trapezoidal, éste fue bautizado con el nombre de Plazuela del matadero de carnes. El
título persistió hasta finales del siglo XVIII o principios del XIX que es
cuando aparece con la nueva denominación de:
2. Plazuela del Arrasco o del Arriasco. Título procedente del vasco arri, 'piedra', y asko, 'mucho' ("mucha piedra"). Este título persistió hasta la tercera década del
siglo XX. Hoy lamentamos profundamente se haya perdido este bonito topónimo,
máxime cuando el de Errotazar está conservado. (Nota de Desolvidar: hoy, casi cuarenta años después del libro de Arazuri, queda un pequeño triángulo de piedras. Ver imagen de la derecha y pinchar en el enlace.
Plaza de Arriasco 1925 Leoncio Urabayen |
Casa de los pastores. El caserón que actualmente ocupa el lado
noroeste de esta plazuela, y que en su modesta pero amplia fachada exhibe
orgullosa el escudo de Pamplona, tiene la siguiente historia:
- Hay datos de 1640 (1. IDOATE, Florencio. «Pregón». San Fermín 1952) que atestiguan que en dicho lugar existía un lavadero de lanas propiedad de las monjas Agustinas Recoletas. Como ya hemos dicho al hablar del «prado de la lana» en la calle de Errotazar, el Ayuntamiento instaló, en el mismo siglo, otro lavadero de lanas.
- De datos posteriores se deduce que las Recoletas construyeron en aquel solar nueve casas, que fueron destruidas en 1813 durante el sitio que padeció la plaza de Pamplona.
- Desde
septiembre de 1823 hasta abril de 1828, este prado, entonces propiedad del
Hospital, fue convertido en cementerio provisional. El 6 de diciembre de 1828
el Ayuntamiento acordó trasladar los restos mortales de aquel cementerio al de
Berichitos. El traslado se efectuó el 12 de febrero de 1829 en tres carros de
bueyes, siendo acompañados los restos por el Ayuntamiento en pleno y el
secretario que levantó acta de la ceremonia (2. Arch. Mun. Actas n. 81, fol. 6).
Plano de 1900-1915 - El 10 de abril de 1826, el Ayuntamiento (3. Ibidem. Escrituras, leg. 61,10 de abril de 1826) compró aquellos terrenos en favor del Ramo de Carnicerías por 5.000 pesos «...para fabricar en él una corraliza capaz para el acuvillamiento (acubilamiento) del ganado lanío de dichas carnicerías». Después construyó la casa de los pastores.
- En 1861, en el fondo de aquella corraliza se instaló la Fábrica de Gas.
- Hacia 1882,
una parte de los terrenos comprendidos entre la fábrica de gas y la plaza del
Arriasco se dedicaron a vivero municipal, hasta la tercera década del XX.
- Desde los últimos años del XIX, los solares de la antigua fábrica de gas se convirtieron en corrales de toros y, desde 1899, se inició el nuevo espectáculo presanferminero de los desencajonamientos.
- A principios del XX, vivía en la casa de los pastores el alcalde pedáneo de la Rochapea. En su puerta estaba de servicio permanente el señor Pantaleón, guarda municipal del barrio. En aquella lejana época, cobraban los impuestos municipales sobre los artículos de comer, beber y arder que entraban en el barrio, tres guardas rurales que el pueblo los distinguía por sus apodos: «el Santo de la Cueva», «el Cristo Alzado» y «el Caparrota».
Plaza de Arriasco Fiestas com. XX M. Goicoechea |
El Patrón
de la Rochapea es San Lorenzo, y en su onomástica se celebraban sus fiestas. Ya
de víspera se instalaba en la plazuela, junto a la casa de los pastores, un
tablado adornado y cubierto de ramas verdes entre las que destacaban ricos
piporropiles, que algunos años los colocaban imitando la forma de parrilla.
Desde aquel improvisado quiosco, durante muchos años, alegró las fiestas con su
gaita el señor Facundo, y posteriormente su hijo. Un trío que también se hizo
popular fue el compuesto por los gaiteros Nicolás Virto y Jesús Lumbreras, con
el tamboritero Prudencio Virto.
Maordomo Foto M. Goicoechea |
El programa
de las fiestas era el siguiente:
- Día 9 de agosto. Víspera del Santo, de 8 a 10 de la noche se disparaban cohetes y se encendían hogueras por diversos puntos del barrio.
- Día 10. A
las 8 de la mañana, misa solemne en el altar mayor de su parroquia de San
Lorenzo. A esta ceremonia acudían, precedidos por los mayordomos y gaiteros,
todos los vecinos del barrio, alegrando el ambiente con cohetes y música.
Después del Santo Sacrificio, recorrían alegremente las calles de la ciudad,
visitando primeramente al Alcalde y, después, a los principales propietarios de
fincas en la Rochapea, así como algunos periodistas.
San Lorenzo a fines del XIX Foto de Roldán en el AMP - Los días 10, 11 y 12, de cinco y media a ocho se celebraban bailes al son de la gaita, siendo el número cumbre el baile de la era. A partir de las ocho y media y hasta las once de la noche continuaba el baile amenizado por violines, bandurrias y guitarras. Estos últimos bailes eran los más animados por la gran concurrencia de vecinos de la ciudad, de toda clase social, que bajaban a la Rochapea a divertirse y cenar las suculentas magras, los pollos asados y los ricos rellenos.
- El día 12 los mozos del barrio recogían gallinas de las casas en donde había mozas, con cuyas aves celebraban una opípara cena.
Pasadas las
fiestas los mozos organizaban una cena en Casa Marceliano. En los postres
hacían cuentas, pagaban a escote y.… a esperar el próximo año.
Una jota
que se cantaba en aquellas fiestas era:
«Al
cantarle a San Lorenzo
es el verso una oración
que todo el barrio dedica
a su
glorioso Patrón»
Inundación de la Rochapea. Estado de la entonces llamada plaza de la Guardia Civil en 1927. |
3. Plazuela de la Guardia Civil. El 18 de junio de 1920, se instaló en la casa
de los pastores el cuartelillo y viviendas de la Guardia Civil de la Rochapea.
En esta casa de los pastores, que sigue siendo en la actualidad propiedad del
Ayuntamiento, estuvo la benemérita prestando sus servicios hasta las 12 horas
del 22 de agosto de 1975.
En 1999 se cumplió el deseo de Arazuri |
4. Plaza de Errotazar. Al desaparecer el cuartelillo, se olvidó el
título anterior y ahora le llaman a la plazuela con el nombre de Errotazar. Si
nuestros sesudos ediles se preocupasen un poco más de nuestra pequeña -pero
entrañable- historia local, hace años habrían reconocido oficialmente el antiguo
topónimo de Arriasco (o Arrasco), así como el de la próxima 'calleja de los Toros',
títulos que, cual hijos de mala madre, no están (en 1979-80) reconocidos.
1 comentario:
“Pues nosotros recordamos que Amadeo Lumbreras nos relato que estando en cierta ocasión en la plaza de la Rochapea Nicolás Virto, Jesús Lumbreras y Prudencio, el último día de las fiestas pagaron la gaita los viejos y entonces le dijeron a Nicolás: Nicolás toca la Bolera. Porque, según Amadeo, lo que ahora se llama baile de la era en Pamplona se llamaba baile de la Bolera.
Y Nicolás dirigiéndose a Jesús le dijo: ¿tú te acuerdas? porque hace 20 años que no la hemos tocado.
Jesús le contestó: te acuerdas tú
Nicolás: yo sí
Jesús: pues toca que yo ya te seguiré.
Y la tocaron con gran contento de los viejos, que eran los que pagaban y bailaban y gran descontento de los jóvenes que no querían saber nada de antiguos.
Amadeo, que según él mismo “yo era una mierdica de cuatro años y estaba con las paticas colgando sentado en el tablado de los músicos con mi tío” nos cantó posteriormente la música y aseguró: ¡aún estoy viendo las tapas marrones de la Bolera!”
GAITEROS DE PAMPLONA & GAITEROS EN PAMPLONA (Colección breve temas pamploneses, ayto. Pamplona)
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