Así dice la jota del siglo XIX que me ha enviado mi amigo y vecino Alfredo.
A primera vista, desde la mentalidad actual, la letra puede parecer horrorosa. Y aún más si la canta una mujer:
Según esta página del Ateneo de Córdoba, "Encarnación Santisteban Elamade, conocida artísticamente como "La rubia" fue una tiple valenciana, según Yerga Lancharro, nacida en los años 70 del siglo XIX. Tradicionalmente se ha confundido a esta cantante con Francisca Colomer Sierra "La Rubia de Málaga", acaso por la similitud de sus nombres artísticos, pero es ésta, Encarnación Santisteban, la única de las dos que ha dejado varias grabaciones de su arte.
Encarnación Santisteban se unió como compañera al gran cantaor Antonio Pozo El Mochuelo, haciendo varias grabaciones juntos, incluso a dúo, a principios de siglo, allá por el año 1907".
Pero vayamos acercándonos a la "horrorosa letra" de la vieja copla.
El 1° de Mayo Internacional: "la triple ocho"
En 1884 es cuando en un congreso obrero se debate por primera vez la idea
de hacer del 1° de mayo una fecha simbólica
para las reivindicaciones de los trabajadores. Dos años después, la Federación Americana del Trabajo impulsó una jornada central de reivindicación entorno a las 8
horas. Manifestaciones multitudinarias que reclamaban "la triple ocho": ocho horas de trabajo, ocho de descanso y ocho de ocio, educación y esparcimiento. Las manifestaciones consiguientes fueron salvajemente reprimidas. Por fin, en 1989, en el transcurso de un congreso obrero internacional celebrado en Francia se decide establecer el 1º de Mayo corno
fecha de manifestaciones internacionales de
trabajadores. Había nacido el 1° de Mayo Internacional.
Ocio y negocio
Según el Diccionario de Usos del Español de María Moliner:
Ocio: estado de la persona que no trabaja. Asueto, descanso, desocupación, dolce far niente ("dulce hacer nada" en italiano).
Negocio: palabra latina formada por nec y otium, negación del ocio. Cualquier ocupación, empleo, o trabajo. Cualquier actividad relacionada con la compra y venta de cosas, en que se persigue una ganancia.
Necesidad y libertad
Así pues, desde la "cultura del negocio" (vivir para trabajar), todo lo que no sea trabajar es "tiempo perdido". En cambio, desde la "cultura del ocio" (trabajar para vivir) esas 8 horas de asueto no son "tiempo perdido", sino el tiempo de la libertad, de dedicarlo "a tus cosas".
Ocio y Escuela
El ocio es el tiempo libre, el dedicado a uno mismo, a la familia, a las amistades, aficiones, a la diversión, al guitarro y a ligar.
Les llamaba mucho la atención a mis alumnos de filosofía cuando les decía que el otium (ocio) latino era para los griegos esjolé (σχολή) y que de esa palabreja venía la palabra "escuela".
"¿Qué pasa, que aquí en clase no trabajamos?", me preguntaban.
Y yo les respondía: "las horas de clase no son de trabajo ni de descanso, sino de ocio (que no de ociosidad); no trabajamos para otros, sino para nosotros: para formarnos, para construirnos a nosotros mismos".
Y después de todo este rollo, podemos dejar la letra de la jota así:
"Como ya he trabajado, a festejarte hi venido que el guitarro y el ligue son ocio, tiempo de libertad"
No rima, pero me gusta mucho más.
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