lunes, 26 de agosto de 2024

Los Tres Reyes y el Bosquecillo

Hace unos meses la chiquilla (5 años) de la foto (de 1956, ante el monumento) me dijo que a ella le parecía que a Navarro Villoslada lo habían alejado de su emplazamiento original con la construcción del Hotel (1961-63). Este artículo de J.J. Martinena sobre el antiguo palomar me viene de perlas para situar y valorar los elementos más emblemáticos que tuvo el Bosquecillo.
1. Portal de San Nicolás; 2. Palomar; 3. Piscina-Estanque; 4. M.º Navarro Villoslada
Como veis en las imágenes del Sitna (1945-2023), ni el Portal de San Nicolás (1) ni Navarro Villoslada (4) se han movido de su sitio. El estanque -oculto por el arbolado-, aunque el original ya no está, sí es al menos recordado por esa piscinita del Hotel de forma y tamaño similar. Lo que sí ha desaparecido del Bosquecillo es el Palomar, engullido por la parte sur del Hotel. 
1. Portal de San Nicolás; 2. Palomar;  4. M.º Navarro Villoslada MVP
Y lo que más dolió: se cargaron el Paseo Central del Bosquecillo (línea roja) que, desde el M.º a Villoslada y por el Portal de San Nicolás, enlazaba con el Andén Central de la Taconera y, pasando por el Surtidor Ducel (donde hoy está Gayarre), llevaba al paseante hasta el Mirador. 
0. Surtidor-Gayarre; 1. Portal de San Nicolás; 2. Palomar; 3. Piscina-Estanque; 4. M.º Navarro Villoslada
La Taconera tenía la forma de un ala delta que vuela hacia el suroeste. Con el Hotel, rompieron la unidad del Parque y relegaron al Bosquecillo a la marginalidad, a ser "la trasera del Hotel".
Esta foto está sacada con la espalda pegada a la trasera del Hotel. El  Paseo Central del Bosquecillo ha quedado reducido a un tercio y viene de ninguna parte:
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La Pamplona perdida. Un repaso por lugares de la ciudad que fueron importantes en su día pero de los que solo queda su recuerdo y alguna imagen
1926 A.G. Deán AMP
El desaparecido palomar del Bosquecillo
Juan José Martinena DN 24/08/2024
Hace ya más de sesenta años que desapareció para siempre el viejo palomar del Bosquecillo, para ceder su espacio al gran sueño de aquellos munícipes: el hotel de los Tres Reyes. Yo no sé si la ciudad salió ganando con el cambio, tal vez sí; la Taconera, desde luego, no. Ya entonces hubo división de opiniones, en una época en la que el contraste de pareceres no se llevaba mucho. Un importante sector de la opinión pública quería el hotel, pero ubicado en otra parte de la ciudad. 
"Las pancartas de las Peñas (a través de los dibujos de P.M. Balda)"
Como era de esperar, el tema fue motivo de inspiración de varios carteles de las peñas en las fiestas de aquel año. Y aquí hay que citar al pintor Pedro Martín Balda, ya fallecido, cuya colección de bocetos -las pancartas no se han conservado, dado su gran formato- viene a ser una crónica gráfica en clave de humor de la historia cotidiana de la Pamplona de la posguerra.
1959 Palomar, Paseo Central y M.º Navarro Villoslada. Foto R. Bozano. AMP
Aquella construcción no tenía nada de artístico ni de monumental, pero tenía su encanto y era un elemento esencial en la fisonomía del Bosquecillo. Formaba parte de un entorno, de un ambiente; y esto también cuenta; o mejor dicho, debería haber contado, porque no le sirvió de nada cuando le llegó la hora del derribo. 
1959 Estanque patos y cisnes Bozano. Piscina del Hotel. AMP
Próximo a él estaba situado el inefable estanque de los patos, cercado con su malla de alambre sujeta por piquetes de madera pintados de verde. Casualmente la sustituyeron por otra metálica, mucho más adecuada, cuando apenas faltaba un par de años para su desaparición. Las aguas del estanque no eran precisamente cristalinas; solían tener siempre una dispersa flotilla de curruscos de pan, que los mocetes les echábamos a los patos, después de haberlos despojado de su apreciado contenido de chorizo o chocolate. 
1933 2. Palomar; 1. Portal San Nicolás; 4. Navarro Villoslada (detrás, estanque). Galle AMP
Entre el estanque y el palomar, se abría la más bonita y romántica de las avenidas del paseo, ennoblecida en su final por la estampa barroca y virreinal del portal de San Nicolás, reconstruido en este lugar en 1929. 

Casi invisible, pero ahí está (1) el Portal de San Nicolás.
El Corpus Christi procesiona por el Paseo Central del Bosquecillo
Junto al M.º N. Villoslada. Al fondo, nítidas, las 4 columnas del Portal de San Nicolás
Los pamploneses de toda la vida solían decir que en aquel sitio era donde la procesión del Corpus, entonces solemne y multitudinaria, ofrecía el más bello contraluz, bajo el palio natural de los frondosos castaños.
1926 A.G. Deán-1959 R. Bozano AMP
El palomar encajaba perfectamente en aquel jardín al estilo “fin de siglo” -siglo XIX, claro-, que parecía estar esperando a niños jugando al aro vestidos de marinero, barquilleros con ruleta y soldados con ros y pantalón encarnado cortejando a niñeras de cofia y delantal con volantes. 
Martinena, niño, con su padre
Hacia 1900 se construyó el primitivo, de aspecto algo más exótico, a medio camino entre el hotelito y la pagoda, conforme al gusto de la época. 
Más tarde fue sustituido por el que muchos conocimos, cuyo cuerpo inferior, de arquitectura rústica, cobijaba en su interior un transformador, mientras que en la parte superior, de líneas que recordaban el Tirol, tenían su habitáculo las prolíficas aves. Como escribió Ángel María Pascual en una de sus “Glosas a la ciudad”, allí convivían kilovatios y palomas, en honesta compañía. 
Conservo algunos recuerdos de aquel rincón ya perdido: Allí me llevaron cuando mi primera comunión, con mi flamante traje de marinero, mi misal con tapas de nácar y mi gran lazo bordado por una tía monja, a posar ante la prehistórica cámara Kodak de mi padre; la máquina de retratar, que decíamos entonces. Como no paraba quieto, a pesar de las reiteradas indicaciones, luego las fotos salieron algo movidas, con la consiguiente reprimenda posterior, que en aquellos tiempos menos proteccionistas, alguna vez traía aparejado un soplamocos. 
La foto de la derecha la obtuvo Rafael Bozano en 1959, poco antes de que desapareciera para siempre el viejo palomar, para convertirse -como con la varita mágica de los cuentos de hadas- en hotel, piscina y cafetería. Menuda metamorfosis… qué vale la de Kafka.
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Os pongo dos enlaces a fotografías de:
1959 Rafael Bozano AMP (12 fotos)

2 comentarios:

Alfredo Igartua dijo...

Cuando el coche de alquiler aparcaba sin reparos en la plaza del castillo, mi padre me llevaba al viejo San Juan a ver algún partido que jugara el Atletic de Bilbao del que era devoto.
Cruzábamos el bosquecillo envueltos en la sombra de sus árboles y aquel encanto y la seducción que el vuelo de las palomas producen en un niño, quedaron para siempre en mis recuerdos sepia del ayer.

Anónimo dijo...

Qué bonito Alfredo Igartua eso que has escrito de como quedan en tus recuerdos sepia aquellos vuelos de las palomas y sus árboles.
Yo soy la niña de 5 años de la foto, con mis hermanos, mis padres y mi abuelo, delante de la Estatua de Navarro Villoslada. Y recuerdo muy bien aquella casa de las palomas y el estanque de los cisnes y patos. Como tú dices, también quedaron en mis recuerdos para siempre.