Sería por el 85; la Procesión o, mejor, la Octava de San Fermín. Estaba con mi hija (nacida el 7 de Julio de 1982), a hombros, en la Calle Mayor. No había mucha gente. Cuando se acercó la comitiva, un individuo que llevaba el gorro de la ikurriña ("Gorra Euskadi") empezó a vociferar: "¡¡¡Gora Euskadi askatuta!!!". Reconocí a Mikel de inmediato, ya que, allá por el 78-79, solía caer (nunca mejor dicho) por el Zagit, el bar de un amigo, que yo frecuentaba.
Gorra "Euskadi" |
- ¿Pero no decías que eras de Artica... o de Aizoáin?- le respondí.
En ese momento mi hija, de tres años y que seguía sobre mis hombros, le dio un manotazo (con su manica, un "manotacico") en la "Gorra Euskadi" y el vociferador le levantó la mano.
La gente se le echó encima y tuvo que irse "con la música a otra parte".
17 años después (en el 2002), me enteré de que ese alborotador era el padre de otro "descerebrado", Mikel Ayensa Laborda, condenado por el asesinato de Caballero y Casanova.
Maite Laborda, la madre
El Parlamento de Navarra vivió el miércoles 09.12.2015 una de las jornadas más humillantes que se recuerda para las víctimas del terrorismo.
La asociación de familiares de presos de ETA, Etxerat, acudió a una comisión apoyada por los miembros del cuatripartito que sustentan a Uxue Barkos en el Gobierno de Navarra: Geroa Bai, Bildu, Podemos e IU.
Entre los testimonios que se escucharon por parte de las familias de los terroristas se encontraba el de la madre de Ibai y Mikel Ayensa, el doble asesino de Tomás Caballero y de Francisco Casanova. Durante su relato, Maite Laborda, la madre de los terroristas, no pidió perdón en ningún momento a las víctimas ni tuvo el más mínimo detalle de cariño y solidaridad hacia ellas, sino que se explayó en leer todos los derechos que les niegan y todas las penurias que pasan por ir a ver a sus dos hijos terroristas.
¿Dónde puede pasar esto? En Navarra, con un cuatripartito que invierte los valores: los verdugos de Caballero y Casanova se convierten -por obra y gracia de un relato perverso- en víctimas.
Más del padre
Pensaba que Mikel, el padre, limitaba su currículum a ser un bocazas y padre de Ibai y Mikel (asesino de Paco Casanova y Tomás Caballero) pero he descubierto que él también fue condenado por colaboración con el primer comando Nafarroa, el de Mercedes Galdós, Bittori.
El 17 de abril de 1982 se produjo un atentado contra una tanqueta de la Policía Nacional que estaba junto al puente de la Magdalena, cerca de la bonita pérgola que se construyó allí en los años 60, a una con el puente de la Chantrea. Murió el conductor, Vicente Luis Garcera López, y varios agentes quedaron heridos.
“Mi madre tendía el uniforme de mi padre en la bañera para que no lo vieran los vecinos”
— Carlos De Urrecha (@CarlosDeUrrecha) January 22, 2022
Laura, hija del Policía Nacional D. Vicente Luis Garcera López asesinado por los cobardes de ETA
"Yo no conocí a mi padre, tenía año y medio cuando lo mataron"https://t.co/i0s1QoF73P pic.twitter.com/7anXw6JmAZ
La pérgola quedó destrozada y, a pesar de que varios vecinos han pedido su recuperación, ya que era un lugar muy agradable y frecuentado por la chavalería de la zona, 42 años después, sigue como lo dejó ETA en el 82.
Pues bien, "como resultado de las investigaciones llevadas a cabo para la localización y detención de los autores del atentado perpetrado el pasado día 17 contra la tanqueta de la Policía Nacional, con resultado de un policía muerto y otros heridos, se ha procedido a la detención de las personas siguientes:
Gentileza de Imanol |
—Miguel María Ayensa Rivas, vecino de Navaz (Navarra), ha facilitado su casa en el referido pueblo para que el "Comando Nafarroa" pasase temporadas de descanso en su actuación terrorista. En una habitación ocupada por los miembros del grupo de etarras, entre otros efectos personales utilizados por éstos, se han intervenido los siguientes: Un chaleco antibala. Dos relojes despertadores, preparados para adosar explosivos. Dispositivos de "pinza" para la colocación de explosivos. Pilas preparadas para facilitar energía y producir las explosiones. Cuatro cassettes con los comunicados de ETA (M) recientemente emitidos. Abundante munición de diversos calibres.
1981, Navaz, en Juslapeña |
—Ignacio Aldekoa Azorlaza, parlamentario foral...
Miguel Ayensa Rivas fue condenado a un año de cárcel por un delito de colaboración con banda armada y abandonó la prisión de Alcalá, al haber cumplido el tiempo de su condena, en abril de 1983.
Así pues, cuando me topé con él en la Octava de San Fermín de 1985, no sólo era un bocazas (como yo creía entonces), sino que ya había cumplido un año de cárcel (de abril de 1982 a abril de 1983) por colaboración con el primer comando Nafarroa, el de Mercedes Galdós, Bittori, el más mortífero; y ya había tenido con Maite Laborda dos hijos (Mikel, 1974, e Ibai, 1978) que iban a superar con creces su currículum.
6 comentarios:
Y otras dos chicas, una vive encima mía y la otra en el séptimo.
Ainoa Ayensa y su marido Aritz Mugica
"mis adorables vecinos de arriba" continúan la saga menudas piezas!!!
Discuten mucho pero en español!!!
Ella es etarra sibilina y él etarra diplomático...no puedo con ellos, parece que me los he tragado y los he vomitado...
La semana pasada Sibilina y yo tuvimos un encontronazo y me salió de las entrañas un "que voy a esperar si vienes de donde vienes y eres lo que eres"
Hay gente con el odio mamado y bien aprendido. No han cambiado, por mucho que le interese a Chivite, Cerdan y Alzorriz para seguir en su poltrona. Crecieron odiando, siguen odiando y, si no matan, es porque guardia civil y policía los derrotaron "militarmente". Pero por desgracia seguirán nadando en su odio hasta el último día.
Estos son familia de Aritz Ayensa Blanco, que fue concejala en el Ayuntamiento de ansoáin y luego presidente de la mancomunidad de la comarca de Pamplona..?
Madre Mía, Qué Horror, Pobres Víctimas Las Que Murieron En Manos Dé Éstos Asesinos
Ojo! Aritz es nombre masculino. Y su apellido es Ayesa. Por tanto, nada que ver familiarmente con los Ayensa Laborda.
Mi mujer víctima de ETA; yo ocho años objetivo declarado de ETA. Jamás creeré en su «desaparición".
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