Cuando el verdadero problema es la supervivencia de España y de Navarra, el sanchismo se está dedicando a polarizar la sociedad y a recluir a la oposición en la fachosfera, mientras, para mantenerse en el poder, contenta a los separatistas.
Ultraderecha y ¿ultraizquierda? Álvaro Bañón
Los titulares de los especiales de televisión sobre las elecciones europeas eran coincidentes. Peligro: “llega la ultraderecha”. De una u otra manera, las televisiones nos advertían del peligro de los resultados en Clermont Ferrand, Leipzig, o Alcorcón. Todos los analistas estaban totalmente circunspectos y abrumados, tanto por la subida de la “ultraderecha” en Europa como por la aparición del fenómeno Alvise en España, además de la consolidación de Vox. Los sesudos periodistas anunciaban, prácticamente, el final de la civilización y se preguntaban “como tratar este fenómeno para no alimentarlo”.
Es curioso pero, cuando, allá por 2015 surgió Podemos, ultraizquierda pura y dura, solo recuerdo en los mismos analistas entusiasmo, emoción y alborozo. Recuerdo a Pablo Iglesias día sí, día también, en las tertulias televisivas después de haber liderado escraches y el “rodea el Congreso”.
Y entonces le das una vuelta más y te asombras.
O sea que el peligro es que el tal Alvise sea la sexta fuerza política en España, pero que un partido como Bildu, liderado por un condenado a 6 años por secuestro al empresario Luis Abaitua, gane con holgura las elecciones en el País Vasco no tiene nada de alarmante. Recordemos que Otegi y sus compañeros, para entretenerse, se divertían obligando al secuestrado Abaitua a jugar a la ruleta rusa. Pero lo preocupante es que Alvise en Málaga ha sacado un 7% en unas elecciones europeas.
Abaurrea usa "la manita" y la patadita |
Claro, y “esto viene”, decían los analistas, originado por el hecho de que “Vox tenga una o dos consejerías en unas cuantas autonomías”. Hasta donde yo sé, Vox acata la Constitución española en todos sus artículos. Sus posiciones serán más o menos acertadas (a mí no me gustan muchas de ellas, las económicas especialmente), pero acepta las reglas del juego. Sin embargo, tenemos una vicepresidenta del Gobierno de la nación que, más allá de las frases empalagosas y trajes de diseño, es declaradamente comunista (presidió el Partido Comunista de Galicia) y no nos parece algo peligroso. El PSOE lleva años gobernando con partidos de la ultraizquierda y es un “ejemplo de entendimiento”.
¿Han oído hablar ustedes a alguien del peligro de la ultraizquierda? Seguro que no. Repasen por favor los méritos en Europa y en el mundo de la ideología comunista. Miseria, pobreza y muertes (decenas de millones). Pues la tenemos metida en el Gobierno de la nación y en el de Navarra hasta el tuétano.
Es una batalla cultural que, como otras, nos han ganado. El espantajo de la “ultraderecha” asusta y vende. La izquierda, en cambio, aunque sea extrema, es “educada e intelectual”. Lo llevamos claro, nos queda mucho trabajo.
Álvaro Bañón Irujo es economista
2 comentarios:
Completamente de acuerdo, en todos sus términos, con el estupendo artículo de Don Álvaro Bañón.
Si está avanzando la extrema derecha en muchos países será porque algo habrá hecho mal la izquierda ¿Cuándo van a hacer autocrítica?
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