jueves, 9 de mayo de 2024

Gaviota descarada en el Arga

1. Foto de nikonistas. Mi gaviota era, en comparación, mucho más grande
Quizás la gaviota se creyó a pie juntillas el título de la Habanera a Petit ("Pamplona ya tiene mar") de Jokin Idoate, el caso es que ayer se pudo escuchar en el Arga, junto al puente de Cuatrovientos, este diálogo:
- Con tu permiso, garza bonita
- ¿Cómo que con mi permiso? ¡Ahora vas a ver, gaviota descarada!

Garzas
2. aquel extraño pájaro nos transportó al Jurásico. 
La primera vez que vi una garza no fue en el Arga, sino en el Aragón. Corría el año 1989 y estábamos sobre el puente de Gallipienzo y ver que venía hacia nosotros aquel extraño pájaro nos transportó al Jurásico. 
Durante veinte años, íbamos todos los fines de semana al pueblo  con una enorme ilusión. Me enteré de que la cuadrícula Gallipienzo-Cáseda era la que más aves nidificantes reunía y con los prismáticos y el libro de Jesús Elósegui en la mochila conseguí observarlas todas. 
Más de 20 km. desde Gallipi hasta Murillo el Fruto y Carcastillo, sin habitación humana, da para mucha naturaleza: buitres, alimoches, buho real, nutrias, becadas, águila perdicera, abejaruco, roquero solitario... hasta oropéndolas.
3. Tranquilamente, giraba el cuello, daba unos pasitos...
Pamplona ya tiene mar... y gaviotas
En las tres últimas décadas el Arga se ha ido poblando de especies antes inexistentes: azulones, castores, ardillas (incluso entre las tumbas del cementerio). Y gaviotas. A mucha gente le extraña y se sonríe escéptica cuando les preguntas si han visto en el río Arga a una de ellas.
Da la impresión de que se han tomado muy en serio el título de la habanera de Jokin Idoate, "Pamplona ya tiene mar", dedicada a Aniceto Petit
Hace unos días observé una gaviota sobrevolando la presa de San Pedro. Precisamente ese día no vi la garza, habitual en la salida de la presa. Eso me puso en guardia.
4. Y de repente, bruscamente, miró hacia arriba
La tarde del día 8, desde la barandilla de la Av. de San Jorge, fotografiaba una garza que recién se había posado junto al puente de Cuatrovientos. Tranquilamente, giraba el cuello, daba unos pasitos...  (foto 3). Y de repente, bruscamente, miró hacia arriba (foto 4). Fue la señal de que algo podía suceder. Disparé y puse la cámara en modo vídeo. Y hubo suerte, mirad qué maravilla. 
El diálogo pudo ser, más o menos, así:
- Con tu permiso, garza bonita
- ¿Cómo que con mi permiso? ¡Ahora vas a ver, gaviota descarada!
La garza expulsó a la gaviota y no insistió en su persecución. Se quedó tan tranquila porque no se había llevado nada. 
¡Ay si llega a llevarse un pez en el pico!
Espero que haya nuevos capítulos.

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