lunes, 27 de mayo de 2024

El nuevo tren Civia, un desastre

La presidenta María Chivite (2i), el secretario de Estado de Transportes y Movilidad Sostenible, José Antonio Santano (2d) y el presidente de Renfe Raúl Blanco (d). EFE Jesús Diges
Me llegan fotos de viajeros hacinados. Unos van sentados, otros de pie y el resto despatarrados por el suelo. Un amasijo de brazos, piernas y maletas colapsa las zonas de tránsito, pues este modelo carece de compartimento para equipajes. En caso de una evacuación de emergencia, el drama está servido

"¡Indignaos!"                                                                                                          Manuel Sarobe
Recientemente publiqué un escrito sobre el nuevo tren Civia que cubre la línea Pamplona-Zaragoza, cuyo contenido me veo obligado a rectificar. Decía yo que Renfe nos invitaba a viajar como ganado, lo cual no es cierto. Y es que la normativa que regula el transporte de perros y gatos, por ejemplo, trata a estos cuadrúpedos bastante mejor que la compañía ferroviaria a los sufridos usuarios de dicho prototipo. "El espacio destinado a los animales -reza la guía que publica el Ministerio de Agricultura- deberá tener la capacidad suficiente para que todos puedan, al mismo tiempo, permanecer de pie, darse la vuelta y tumbarse en posición lateral con las extremidades extendidas", algo que está fuera del alcance de quienes suban al tren de cercanías que nos han colado. 

Civia: peor que animales
Más de dos horas de pie no es normal
Me llegan fotos de viajeros hacinados. Unos van sentados, otros de pie y el resto despatarrados por el suelo. Un amasijo de brazos, piernas y maletas -hay mucho estudiante con enormes fardos- colapsa las zonas de tránsito, pues este modelo carece de compartimento para equipajes. En caso de una evacuación de emergencia, el drama está servido. 
Me pregunto por qué las medidas de seguridad son tan rigurosas en los desplazamientos aéreos o por carretera, mientras en este tren se permite semejante sindiós. 
A ello se añade otra cuestión. Cuando reservamos un viaje, la tarifa varía en función del servicio contratado. En los Civia se paga lo mismo por ir sentado que de pie. Y es que ningún billete garantiza un asiento, reservado únicamente a quienes salgan victoriosos de la cruenta batalla con los que entran en los coches a la carrera buscando hacerse con uno de ellos. 

Alvia exasperante
Este Alvia siniestrado presentaba un trazado híbrido entre la denominada “alta velocidad” y la llamada “velocidad alta” que, pese a lo que pueda parecer, no es lo mismo
Pero nuestros problemas no se limitan al Civia. Los Alvia también pueden resultar exasperantes. Recientemente subí a uno de ellos, que llegó a Pamplona ya con retraso. Tras serpentear perezosamente por el territorio foral, accedimos en Zaragoza a la vía del siglo XXI, confiando -en vano- en recuperar el tiempo perdido. Y es que el convoy se paró inopinadamente en medio de la nada. ¿Pinchazo? No. Un mensaje de Renfe lo atribuía "ala gestión del tráfico ferroviario". El interventor fue más claro; los AVE tienen preferencia para circular por esta vía, de ahí que el tren de la bruja en el que viajamos los ciudadanos de segunda se vea obligado a detenerse en los apartaderos para cederles el paso. No retomamos la marcha hasta que nos adelantaron tres veloces AVEs. Esta humillación volvió a repetirse más tarde. 
De hoy mismo (pincha)
Mi situación no era la más desesperada, pues llevaba conmigo un "kit de supervivencia foral" compuesto por pastas de Layana, espárragos de Caparroso y chistorra. Ente el pasaje cundió el enfado. A unos les preocupaban sus conexiones, otros llamaban a los familiares o amigos que esperaban recogerlos... Llegué finalmente a destino con más de una hora de retraso. 
Lo único bueno -me dije- es que me indemnizarán con el 100% del billete, aunque desconfío de Renfe, pues sé cómo se las gasta la compañía. Mis temores se confirmaron al día siguiente cuando comprobé que habían falseado la hora de llegada para devolver solo la mitad del importe, hecho que he denunciado en ocasiones anteriores aportando incluso vídeos, sin éxito. 

¡Navarros, indignaos!
Sobran los motivos para que los navarros nos indignemos e iniciemos una revolución cívica ante el imparable deterioro de los servicios públicos. Al deficiente ferrocarril se suma una autovía a Madrid inacabada y un aeropuerto sin aviones. Añadan que el nivel de nuestra educación -mayormente la pública- se ha desplomado, mientras se dispara la contratación de seguros médicos privados y escasea la vivienda protegida, ¡con un gobierno socialista! Sin olvidar la creciente inseguridad ciudadana: los reportes de las distintas policías parecen partes de guerra. 
Confieso, con harto dolor, que tengo muy poca fe en la indolente sociedad navarra, que se resigna mansamente a esta degradación mientras es masacrada a impuestos. 
Interior del nuevo tren. EFE Jesús Diges
Salvo los ricos, que se van. En 2019 había 379 contribuyentes con más de 5 millones de euros; tres años después apenas quedaban 144. No digo yo que la próxima vez que el presidente de Renfe vuelva por estas tierras con más migajas hayamos de tirarlo al pilón, pero podríamos evitar al menos el bochorno de ver a nuestra presidenta y a su controvertido tío agachándose a recogerlas con avidez. Un poquito de dignidad, por favor. 
Me complace oír que hace unos días un joven usuario del Civia, contrariado por no tener asiento, se negó a enseñar su billete a la revisora. El incidente no fue a más porque la empleada, consciente del mal servicio, empatizó con el enojado viajero e instó incluso al pasaje a elevar sus quejas a Renfe. 
Hubo un tiempo -no muy lejano- en el que Navarra lideró el progreso y el bienestar nacionales. Si todavía les queda algo de sangre en las venas, no permitan que les roben lo que con tanto esfuerzo se logró. 
Porque podemos gritar ¡basta!, o pasar de todo y pedir otra de gambas. Ustedes mismos.
Manuel Sarobe. Notario
Actualización 30.05.2024 DN
Pasajeros en el suelo, equipaje que no cabe, asientos incómodos... Se suceden las quejas ante un tren que los gobiernos central y navarro presentaron a bombo y platillo hace cuatro meses

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