Especial elaborado por Itxaso Mitxitorena y Juan Ángel Monreal
viene de La noche pamplonesa (2 de 3)
Siglo XXI. Subsuelo. La importancia de reinventarse
En 2008 le surge la oportunidad de su vida y (Andoni Sáez) se hace con la gestión del Subsuelo, un local magnífico, en la Plaza del Castillo.
Andoni Saez, en el Subsuelo, local de éxito que regenta desde 2008 |
Pero reinventarse no es sólo cambiar la música. También exige vivir atento a los cambios sociales. Y si la crisis de 2008-2013 terminó de enterrar la noche de los viernes, la recuperación que comienza a asentarse en 2014-2015 vuelve a llenar los restaurantes los sábados a mediodía. Y cientos de personas que tienen ganas de tomarse una copa y bailar después de comer se encuentran con que apenas hay locales donde hacerlo. Siguiendo lo que ya era tendencia en Alicante o Albacete, por ejemplo, es el Baviera de la Plaza del Castillo, un recinto minúsculo y con paredes de moqueta, quien decide subir la música y se llena hasta los topes desde las seis de la tarde.
Gente joven en el Subsuelo |
"Los bares de noche siempre hemos sido los malos de la película, por los aforos, por los horarios, por el ruido. ¿Alguien controla el aforo de un centro comercial?", reflexiona Javier Ubanell, desde el Tinglado.
El tardeo de Diego Garralda |
El futuro. El día y la tarde, cada vez más protagonistas
"Es que es mejor empezar antes", explica Marisa Marco desde el Garazi quien, en cualquier caso, ve un porvenir "complicado para la noche y especialmente para esta calle". "Todo se ha ido concentrando cada vez más en unos pocos locales del centro -admite Andoni Saez- pero yo creo que esto sí tiene futuro". Hay cantera entre su clientela, que por las noches ronda los 25 años.
Es la generación que ha crecido con las redes sociales. Que ha hecho del like un nuevo modo de interacción. "Hace unos años, si conocías a alguien que te gustaba un sábado, te pasabas la semana esperando al jueves por la noche o al viernes para volver a verla. Hoy quizá se ha perdido esa magia y por ahí se ha podido escapar algo de público", explica Enrique Ibáñez, de Kabiya-Canalla. "El efecto de las redes yo creo que ya lo hemos descontado", añade su socio, Carlos Tabar, quien tiene claro que "la gente va a seguir saliendo". Ambos reclaman de la administración un mayor control a los bares que sobrepasan los decibelios que tienen permitidos, destacan la importancia de hacer las cosas bien, aportando "calidad" y recuerdan que hay publico que "escoge ciudades para hacer turismo en función del ocio nocturno que tenga".
Son conscientes, en cualquier caso, de que las costumbres van cambiando. Y quizá por eso, Carlos Tabar, presidente de Asbana. apuntaba hace ya más de un año que "el ocio nocturno es cada vez más diurno, cultural y familiar", apuntaba hace ya más de un año. "El problema -añade ahora mientras piensa en sus locales cerrados- es que no nos dejan ni reinventarnos".
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