sábado, 15 de enero de 2022

El escondite del reloj de Autobuses (1)

Reloj en la facha de la antigua estación de autobuses de Pamplona SESMA/ARCHIVO
Al comienzo de la Guerra Civil, el reloj de la antigua estación de autobuses de Pamplona escondió a Enrique Cayuela, secretario del Ayuntamiento durante la II República, y a Ramón Díaz-Delgado, catedrático de Filosofía y profesor de instituto.
Tamara Dupre, bisnieta de Enrique
Cayuela, dentro del habitáculo del reloj
Los dos republicanos utilizaron el escondite durante tres meses. Juanita  Farea  Andueza (1913-96) les llevaba la comida. Por fin, con la ayuda de un mugalari, pasaron a territorio francés.
Enrique Cayuela consiguió finalmente prosperar en Chile. No corrió la misma suerte su hermano Natalio, presidente de Osasuna (1923-24 y 28-35), que murió fusilado.
Su compañero de escondite, Díaz-Delgado, regresó a España al terminar la segunda guerra mundial. Fue expedientado y separado de su puesto hasta 1953, cuando fue rehabilitado, aunque con la prohibición expresa de ejercer la docencia en Navarra durante 5 años.
El espacio todavía se conserva. Se trata de un pequeño habitáculo de apenas un metro de ancho y un metro de altura, al que se podía acceder desde el tabique de una vivienda particular anexa.
En el pleno (13.01.22) del Ayuntamiento de Pamplona, la exposición de este punto comenzó con el testimonio de Ana María Rey Beaumont, que habló en nombre de la familia Cayuela -asentada en Chile- y en el suyo propio, al ser la hija de Valeria, que trabajaba en casa de los Cayuela y que impidió que Enrique fuese descubierto.

4 comentarios:

Carmelo dijo...

Con esta entrada me he dado cuenta de la envergadura del reloj y de que, el edificio es más bonito de lo que me parecía en la realidad, curiosa historia, Pachi.
Navrazon

J-A. Zubiaur dijo...

El edificio era y es propiedad del Ayuntamiento de Pamplona y, efectivamente, el acceso al reloj es desde la vivienda situada en el último piso izquierda, alquilada a un particular. Éste estaría con toda seguridad implicado con los escondidos. En la época no sé quien sería el arrendatario del piso. Hace algunos años yo conocí el zulo, someramente oculto por un mueble.

desolvidar dijo...

Información de primera mano. Gracias

Eduardo Martínez Lacabe dijo...

Efectivamente. El arrendatario de la vivienda era el catedrático de Filosofía Ramón Díaz-Delgado, miembro de Izquierda Republicana y que también se escondió en su interior. En la siguiente entrada dedicada a este asunto encontrará todos los datos, que se explican detalladamente en el libro. Gracias por la difusión Pachi. Un abrazo.