Con dos al día conseguís el mismo efecto que nosotros con cuatro |
Hace ya unos cuantos años leí en la prensa una noticia sobre el vino que me sorprendió muy agradablemente. Venía a decir que quienes beben a diario algunas copas de vino tinto viven más que los abstemios. Y, aún decía más: que los hombres teníamos que beber el doble que las mujeres para conseguir el mismo efecto.
Para colmo de la satisfacción, el estudio venía avalado por la Universidad de Navarra.
Desde que lo leí, he recurrido a él -mejor, a lo que de él recordaba- en muchas discusiones. Pero, cuando alguien me pedía la prueba, no podía presentársela porque en su día no la guardé.
Ayer la busqué con intensidad y no tardó mucho en aparecer.
Y aquí os la presento para que, cuando alguien os diga que no beber es mejor, o que hombre y mujeres somos iguales ante el vino, le remitáis a Desolvidar.
DN Miércoles, 5 de febrero de 2014
Un estudio de la Universidad de Navarra y Ciberobn (Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición) establece que una correcta ingesta de alcohol, siguiendo la dieta mediterránea, reduce hasta en un 40% la mortalidad respecto a los abstemios
Beber sí, pero a la mediterránea Íñigo González
Que hay formas y formas de beber alcohol era sabido. Los beneficios que puede tener el hacerlo de una forma correcta, no. Un estudio de la Universidad de Navarra y el Ciberobn, el centro de investigación biomédica en red, establece una importante asociación entre consumir alcohol al estilo tradicional y una reducción de la mortalidad. Incluso pone una cifra: la ingesta de alcohol siguiendo la dieta mediterránea reduce hasta en un 40% la mortalidad con respecto a los abstemios. Durante más de 7 años, el equipo liderado por Miguel Ángel Martínez González, catedrático del departamento de medicina preventiva y salud pública de la UN, y por Alfredo Gea, ha podido valorar por primera vez la influencia de todo el patrón global de consumo de alcohol en relación con la mortalidad. Se había puesto el acento en la cantidad, pero no el modo de beber. Para ello, estudiaron a 18.400 personas de toda España con un amplio espectro de edad. Y las conclusiones, que acaban de ser publicadas en el British Journal of Nutrition, son tajantes en una doble vertiente: los beneficios de beber bien y, por contra, el aumento de la mortalidad cuando se bebe mal.
1. Beber en cantidades moderadas (hasta 2 copas al día en mujeres y hasta 4 en hombres).
2. Hacerlo de forma repartida a lo largo de la semana.
3. Preferir el vino.
4. Que el vino sea tinto.
5. Consumirlo con las comidas.
6. Evitar las bebidas destiladas.
7. Nunca más de 5 bebidas/día.
Los integrantes del estudio con Miguel Ángel Martínez González en el centro. El equipo lo formaron 5 profesores, 4 trabajadores y doctorandos. DN |
Miguel Ángel Martínez González, director del estudio y catedrático de la UN
“Al beber bien, sube el colesterol bueno y las plaquetas se adhieren menos”
Así, con moderación, sólo una copa |
¿Buscaron un perfil concreto en el estudio epidemiológico?
Tuvimos un espectro muy amplio. En total, 18.394 personas, de toda España, y con edades comprendidas entre los 20 y los 90 años, participaron en el estudio. Los primeros fueron reclutados en 1999, así que el seguimiento del estudio se remonta casi 13 años (en 2014). La media era 38 años y con más mujeres que varones.
El estudio concluye que si el alcohol se consume bien la mortalidad se reduce en un 40% frente a los abstemios. ¿No es una paradoja?
Martínez González predica con el ejemplo |
El alcohol, en cantidades pequeñas, se va absorbiendo lentamente y tiene efectos beneficiosos sobre la enfermedad cardio-vascular a nivel de agregación de las plaquetas y de mejora del colesterol bueno, que sube. Por contra, cuando el consumo no sigue el patrón mediterráneo no sólo no se reduce la mortalidad sino que se multiplica por dos. El mal consumo lleva a cirrosis, cáncer de estómago, de boca, de faringe, de páncreas, etc.
¿Les alarma que se esté cambiando esa forma ‘buena’ de beber por el atracón de fin de semana?
Mucho, especialmente en los sectores más jóvenes de la población. Además, en ellos los beneficios del buen consumo son menores, porque no tienen tanto riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular. En cambio, tienen mayor riesgo de accidentes de tráfico, depresiones, suicidio... y cuanto más consumo de alcohol más riesgo conllevan.
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