Vamos a por la Aurora, interpretada por la Cofradía de San Saturnino, y pasamos luego a la Historia de los comienzos de la Peña:
DECADA DE LOS 40: CREACION DE LA PEÑA OBERENA
En 1940, en una Pamplona que rondaba los 60.000 habitantes, recién terminada la guerra civil, con una juventud que se encontraba ante nuevos horizontes, es cuando nace Oberena. Concretamente, el 12 de diciembre de 1940, tras una reunión mantenida en el local diocesano de Acción católica, en la Calle Zapatería 40.
1941 pancarta pintada por Nicolás Ardanaz |
Dentro de estas diversiones, no se podían olvidar los Sanfermines y en la tercera reunión de Oberena, concretamente el 20 de enero de 1941, se acuerda sacar una Peña que animara las calles de la ciudad en los siguientes Sanfermines.
El número de miembros el primer año fue de unos 60, que pagaron sus cuotas para los abonos, meriendas, botas, etc. Se nombró delegado a José Joaquín Ardanaz y el cartel lo pintó su hermano, el fotógrafo aficionado Nicolás Ardanaz, el de la Droguería de la Calle Mayor. La organización de la charanga se encargó al maestro Turrillas, que trajo los músicos de Barasoain, con refuerzos de Tafalla.
Oberena, gaseosa
Ésta fue la respuesta al "Oberena, gaseosa" |
Esta crítica realizada sobre el excesivo consumo de alcohol, dio pie, sin duda al eslogan con que quisieron ridiculizar a los oberenistas de que sólo bebían gaseosa. La respuesta cumplida a lo de la gaseosa se dio en los Sanfermines siguientes con el himno compuesto por el maestro Turrillas.
Pronto los inseparables gritos de: “¡Oberena!, ¡Gaseosa! ¡Se emborracha! ¡Con sifón!” sonaron alegres en la ciudad sin importarnos la mala uva de quienes inventaron en un local elegante el estribillo con ánimo de molestar, ya que desde el primer momento se acogió con buen humor y dándole la vuelta se cantaba: "y aunque digan que nos gusta la gaseosa, que nos regalen un garrafón". A día de hoy todavía, hay quien nos sigue llamando “Gaseoseros”.
Oberena y toreros
Pepe Luis Vazquez |
Es algo que se quedó en la memoria de muchos, pero en especial en la de Unzu y Maxi, dos Oberenistas significativos, que reconocieron al diestro en una terraza de la Plaza del Castillo y entablaron conversación con él. De esta "pequeña amistad" salió aquel brindis en la Plaza de Toros de Pamplona, dejando boquiabierto a todo tendido de sol.
Visitas y subvenciones
Juego-sillas en el Labrit con niños |
El año 1942, la Peña tenía un presupuesto de 3.500 ptas., teniendo 100 miembros con abono. Es curioso leer el acuerdo de “no pedir ayudas económicas, pues no dan un real, y luego todo el mundo tienen derecho a decir que salimos pagados”.
Baile e impuestos
1943 Oberena, la única que animó la calle |
El Ayuntamiento no cedió manteniendo su criterio y fue Oberena la única peña que decidió salir aquel año 43 por las calles de Pamplona. Según leemos el textos antiguos: “esto dio mucho que hablar y nuestra Peña, más nutrida que nunca al no haber otra, animó las calles y recibió el parabién de la gran mayoría de los pamploneses, entre éstos de gran número de componentes de otras Peñas, que prometieron no dejar salir nunca por San Fermín, ya que los asuntos de bailes e impuestos eran para discutirlos en otra forma y otra ocasión”.
Aquí está la carta de Oberena, publicada en el periódico Pensamiento Navarro, explicando sus razones.
27 JUNIO 1943 (PENSAMIENTO NAVARRO) PAGINA 4
LA CUESTION DE LAS CUADRILLAS
Alrededor de este espeso NO de las cuadrillas de mozos pamplonicas, se ha levantado la polvareda de las discusiones. Discuten los jóvenes y los viejos, los chicos y las mujeres. La Peña Oberena sale a la luz pública para decir sus verdades a Pamplona y para anunciar que sale a la calle estos sanfermines como en anteriores, conservando este motivo principalísimo de nuestras fiestas que son las jaraneras cuadrillas.
Ahí está la carta de Aramburu. Sólo decir que nuestro deseo es que todas las “peñas” de mozos pamplonicas alegren estos sanfermines.
CARTA DE MÁXIMINO ARAMBURU (PEÑA OBERENA)
El Obispo le dijo al Alcalde: "Viva el baile.. condenao" |
Como se habla mucho de estas cosas, la mayor parte de las veces faltando a la verdad, os queremos decir por qué salimos.
Vosotros juzgaréis como gustéis. Lo que queremos es que nunca penséis que lo hacemos por distinguirnos, ni mucho menos por ser más graciosos. Salimos porque es nuestro deber y el principal motivo de existencia de nuestra Sociedad. Creemos que comprenderéis.
Nuestra “Peña” se formó para agrupar a los mozos que, siendo alegres, no pertenecían a ninguna cuadrilla por la causa que ya os figuráis: el baile agarrado.
Recorremos Navarra enseñando a bailar nuestras danzas tradicionales, y en Pamplona, más que en otra parte, nos interesa que se baile así.
Otra causa es que sentimos los “sanfermines” como nos los cuentan nuestros padres y como nosotros mismos los hemos conocido: fiestas alegres, que si se hicieron famosas en el mundo entero fueron por lo que tenían de bullicio callejero; por el sano ambiente que esos días reinaba en Pamplona. Aquella envidiable y envidiada hermandad, en la que ricos y pobres no tenían más que un nombre: Pamplonicas. Aquella estrecha unión, sin riñas ni discusiones violentas, que servía para unir a la mocina (ver letra de la Aurora a San Fermín), y que era, y aún sigue siendo lo mejor de las fiestas.
Maxi, el más alto, abanderado |
Cierto que es mucho el gasto que acarrea una “Peña” pero, cuando se tiene ilusión, cuando se sienten, muy dentro las fiestas, no hay que reparar en sacrificios. Si no nos ayudan ¿qué importa? Nos privaremos de otros gastos y pagaremos nuestras charangas. Y, no lo dudéis, disfrutaremos mucho más, sabiendo que lo hacemos como lo hacían siempre: con nuestro esfuerzo.
¡Ánimo muchachos! Haced caso a la voz de la sangre, que os dice a cada momento cuál es vuestra obligación.
Y que conste, sencilla y claramente, nuestra postura: Salimos porque es nuestro deber y nuestro gusto: como jóvenes de Acción Católica y como buenos hijos de Pamplona.
Y ya sabéis que estamos a vuestra disposición para todo lo que redunde en pro del buen nombre de nuestras fiestas.
Un saludo sincero.
Por el “Oberena”. MAXIMINO ARAMBURU
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