lunes, 27 de julio de 2020

Maite Itoiz y Familia Huarte

Castillo de Randan (pincha)
Nunca se me han dado bien los parentescos, pero hoy, gracias a este artículo de DN sobre Maite Itoiz y sus estancias en el Castillo de Randan, estoy en condiciones de responder a esta pregunta que me inquieta desde hace tiempo: ¿a quién está dedicado el Colegio José María de Huarte, en el pamplonés barrio San Juan?
En este artículo, que me ha llevado a la Familia Huarte, solo echo en falta alguna referencia a la Familia Kelly. (pincha, cuatro entradas)

EL VERANO DE MI VIDA: MAITE ITOIZ                                                  Laura Puy Muguiro
El castillo de leyendas e intrigas en el que pasó sus veranos Maite Itoiz Solchaga

Tenía 11 años y le impresionó descubrir la silueta de las torres derruidas del castillo francés la primera noche que llegó. Iba a pasar el verano con su familia tras haber heredado el dominio su tío Alberto Huarte. Regresó cuatro veces más.
"Los habitantes de otros planetas están aquí, entre nosotros”, anunciaba el libro de J.J.Benítez La quinta columna. Se lo había regalado su madre, y ella lo metió en la maleta para leerlo aquellas vacaciones, las de 1990. Sin saberlo entonces, el destino estival con su familia en los dominios de un castillo francés sembrado de leyendas e intrigas y la lectura de aquel libro marcarían el miedo de las noches de julio con cualquier ruido o visión, incluida la luz que desprendían aquellos aparatos silenciosos que sobrevolaban la zona, seguramente relacionados con una base militar cercana pero que su imaginación prefirió llevar a otros mundos.
20 años, último verano en Randan
Hoy, la soprano, instrumentista, productora y compositora navarra Maite Itoiz Solchaga, de 45 años, ríe con el recuerdo de aquel miedo que jamás se impuso a la aventura de veranear allí de adolescente. “Yo era una niña muy creativa y escribía historias fantásticas, así que, cuando vi todo aquello, mi mente voló y voló”, rememora. 
Es el castillo de Randan, a catorce kilómetros de Vichy, en Auvernia. Heredado por su tío Alberto Huarte Myers, miembro de los Iruña’ko, se había incendiado en 1925, salvándose los edificios aledaños para los empleados, que acogieron a sus entonces dueños y décadas más tarde, a la familia de Itoiz.

Cómo llegó a disfrutar de cinco veranos allí tiene su historia, como la de este castillo construido en el siglo XIII. Residencia favorita de la realeza francesa en el XIX, a comienzos del siguiente lo heredó el aristócrata francés Ferdinand d’Orleans, duque de Montpensier, un personaje peculiar. Explorador por Asia y cazador -guardaba como trofeos animales disecados-, murió con 39 años, al poco de casarse con una española que rehizo su vida y llevó a que Itoiz disfrutara de esos dominios de cuento.

Retrato de J.M. Huarte Jáuregui,
pintado por Zuloaga
Aquella mujer era la española María Isabel González de Olañeta e Ibañeta, marquesa de Valdeterrazo, que dormía en el castillo la noche del incendio, al año siguiente de enviudar. Se sospechó que el fuego había sido intencionado, y la fortaleza no volvió a ocuparse. Sin hijos, la marquesa se casó por segunda vez, con el pamplonés José María de Huarte y Jáuregui, que heredó el castillo al morir ella. Siguiendo la línea sucesoria, la titularidad terminó en el músico de los Iruña’ko.

Su sobrina aún le visualiza a la entrada del castillo la primera noche que llegó con sus padres, Tere Solchaga y el guitarrista Carlos Itoiz. Habían hecho el viaje ”a duras penas” en el Citroën Dos Caballos rojo de su progenitor, que, a pesar de llevar anotados los pueblos y ciudades por los que debían pasar, se perdió en Clermont. Esa vez y todas. “Cuando llegábamos a Clermont, una ciudad algo más grande, mi padre se hacía un lío con la señal de ‘todas direcciones’ y nos perdíamos”, ríe. Por eso era de noche cuando accedían al castillo.

Pero la primera vez siempre será para ella especial. Era 1986, tenía 11 años y habían recorrido los últimos metros de una carretera que surgía en mitad del pueblo. “Nada hacía sospechar que al final de esa carretera había semejante dominio”. Tampoco al llegar a su entrada de enormes puertas de hierro, donde les esperaba el tío Alberto. “Nos hizo aparcar el Dos Caballos y montarnos en su coche para llevarnos por la avenida central hasta el castillo. Recuerdo cómo me impresionó ir descubriendo a la luz de la Luna la silueta de las torres derruidas y los leones de piedra que flanqueaban la puerta”.

MÚSICA Y TOUR
07.07.15 Charo y Alberto
Fueron veranos plagados de excursiones, juegos y música, mucha música. En su relato, Itoiz nombra con cariño a sus tíos Alberto y Charo; a sus primos Carmen, José María, Chari y Gonzalo; al amigo de su tío y compañero en los Iruña’ko Joaquín Zabalza y su familia -“me lo pasaba genial con ellos porque era todos muy animados, familias muy musicales. En esas casas aledañas había un salón con un piano y Joaquín y mi tío solían hacer música, cantar, tocar instrumentos... un ambientazo buenísimo”-; a los amigos de sus primos; a los amigos de sus tíos... “Invitaron a mucha gente al castillo. Querían que todos sus amigos tuvieran allí una buena estancia, y lo conseguían”. Rebuscando entre las fotografías ha encontrado dos que muestra sonriente. Son de julio de 1988, del año que salieron a la carretera hacia el pueblo porque pasaba por allí el Tour de Francia que ganaría Perico Delgado. Desplegaron una pancarta. “Recuerdo que Marino Lejarreta nos miró y se rió”. Habían escrito: “¡¡Delgado Induráin aurrera!!”.

07.07.15 Charo hija y Javier, con John
Todo en Randan era “a lo grande”. El castillo se asentaba en un terreno de cuarenta hectáreas de bosques de árboles “gigantescos” (tilos, cedros, secuoya...), dos lagos, una isla central a la que se accedía por un puente, animales vivos... Las excursiones se convertían en exploraciones, también por la noche, de mayores y de pequeños. “Salías del caserón y a los diez minutos ya sentías mucho miedo”, ríe recordando la leyenda del fantasma de La dama gris. Era el título de un cuadro colgado en el pasillo de la casa, uno más de entre las cientos de antigüedades “valiosísimas” que se habían salvado del incendio, como muchos de los animales disecados. “Se contaba que La dama gris era una aparición junto a un árbol en la parte de atrás del castillo, por donde pasábamos de noche para ir al lago. Nos entraba la risa floja del pánico”, cuenta Itoiz, que el 22 de agosto actuará con su arpa eléctrica en el bosque de Orgi, con un repertorio mezcla de fantasía y tradición navarra.

Del incendio se salvaron además capilla, cocinas, caballerizas, establos, invernaderos... Las habitaciones con decoración del siglo XIX, las escaleras de caracol, los mil recovecos y desvanes ayudaron a que fluyera la imaginación de la niña Maite. También, entrar con su tío en el castillo quemado y bajar a los sótanos.

El dominio fue adquirido por el Consejo Regional de Auvernia en 1999, cuatro años después de que Itoiz lo disfrutara por última vez. Hoy está abierto y se puede visitar. “No he vuelto a ir, pero, hablando ahora de él y de lo que viví allí, ya tengo ganas de volver".
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John y Maite
Casada con John, ya habéis visto en el enlace la relación de Maite con la Familia Kelly.
Pero sus padres han sido también grandes músicos. Carlos Itoiz, virtuoso de la guitarra, ha sido un referente del flamenco. De su madre, recientemente recogí esta frase: "los ojos de esa mujer siempre han causado estragos". De Tere Solchaga hace un par de años publiqué su actuación en el VIII Festival Hispano-Portugués de la Canción, con "Lisboa es así" de Joaquín Zabalza, en 1967.
Tere, a su vez, es hermana de Charo Solchaga, casada con Alberto Huarte, de Los Iruña'ko, que fue quien recibió en herencia el castillo, pero no de su tío José María; a éste le heredó su hermano Ángel y es a éste  a quien heredó Alberto, según me detalla Castells.
Es a través de su tía Charo como Maite entra en relación con la Familia Huarte.

RESEÑA BIOGRÁFICA FAMILIA HUARTE (Fototeca Navarra)
En la imagen, tomada en el patio del Colegio Huarte Hermanos que se encuentra ubicado en la Calle Mayor 54 de Pamplona, aparecen algunos queridos paisanos de Sarasate y profesores de la Orquesta Santa Cecilia. De izquierda a derecha aparecen, en la 1ª  fila, Mijangos (1), Lostao (2), Fernández (3), Ustárroz (4), Pilar Michelena (5), V. Del Hoyo (6), Sarasate (7), Zabalo (8), el maestro Ricardo Villa (9), Aramendía (10), Alberto Huarte (11), Laspiúr (12), Mocoroa (13), Lorenzo Francés (14) e Imaz (15); en la  segunda fila, Ganuza (16), Berruezo (17), Leopoldo Francés (18), Azoz (19), Esparza (20), Florenzano (21), Luna (22), Ezcurra (23), Serrano (24), Soto (25), Lecumberri (26) y Goicoechea (27), y en la tercera fila podemos ver a Sánchez (28), Goizueta (29), Bravo (30), Sanz (31), Tarazona (32), Ariz (33), Lacunza (34), C. Del Hoyo (35), Zarranz (36) y Huarte (37). 
Familia procedente de la casa Duquea, de Irañeta. 
Grupo de alumnos del Colegio Huarte hacía 1880, 
el señor del centro es D. Jose Mª Huarte Callis,
fundador del colegio, a la dcha D. Alberto Huarte 
Machín, su sobrino. (Gentileza de José Castells)
Los hermanos Francisco y José María Huarte Callis fundaron en 1845 un colegio privado, el Colegio Huarte, en la bajada de Javier de Pamplona (donde estudió Pío Baroja), pronto trasladado a la calle Mayor 54 (imágenes de la casa de los Huarte) en dos sedes sucesivas. Fue una institución de gran importancia docente, reconocida en 1896 por la Junta Provincial de Instrucción Pública con la medalla de oro. José María Huarte Callis fue concejal y teniente de alcalde del Ayuntamiento de Pamplona. 
En 1867 su hermana Mercedes Huarte abrió un colegio para señoritas en la calle Nueva de Pamplona, que se completó en 1921 con una escuela para niñas. 
Continuó su estela al frente del colegio Alberto Huarte Machín (1859-1938), hijo de Francisco, que también fue presidente del Orfeón Pamplonés y de la Sociedad de Conciertos Santa Cecilia (nº 11 en la foto de grupo). Con su labor, fue vínculo imprescindible entre Pablo Sarasate, gran amigo suyo, y la Orquesta Santa Cecilia. 
Patio de la escuela, en Mayor 54
Sus hijos mantuvieron vivo el legado familiar en tercera generación. José Antonio de Huarte y Jáuregui (Pamplona, 1892 - 1968) fue violinista, profesor y crítico musical. Su hermano José María de Huarte y Jáuregui (Pamplona, 1898 - Madrid, 1969) ingresó en 1921 como funcionario del Archivo de Navarra y en 1927 accedió a su dirección, que ejerció hasta 1936. Anteriormente había sido vocal de la Comisión de Monumentos de Navarra, director de su Boletín, secretario del Consejo Navarro de Cultura y llegó a ser académico correspondiente de la Real Academia de la Historia y de la de Bellas Artes.

HISTORIA ARCHIVÍSTICA
El fondo fue adquirido en 1997 por el Archivo Real y General de Navarra. Posteriormente se realizaron distintas adquisiciones en 2014, 2017, 2018 y 2019. En 2018 se recibió un importante volumen donado por Mª Rosario Solchaga, viuda de Alberto Huarte Myers.

CONTENIDO
El Colegio y su logo
La documentación fotográfica del fondo está formada por fotografías de carácter familiar, retratos de estudio, fotografías de alumnos del Colegio Hermanos Huarte y especialmente por los retratos fotográficos de Pablo Sarasate y de Berthe Marx conservados por Alberto Huarte Machín. Contiene asimismo fotografías de José María de Huarte y Jáuregui y de su esposa María Isabel González de Olañeta e Ibarreta, marquesa de Valdeterrazo.
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COLEGIO JOSÉ MARÍA DE HUARTE (conclusión)
Así pues, tenemos en la Familia Huarte dos que tienen el nombre de José María: Huarte Callis y Huarte y Jáuregui.
La balanza se inclina a favor del primero: fundador del Colegio Huarte, concejal y teniente de alcalde del Ayuntamiento de Pamplona.
No estaría de más que en la página del Colegio lo dejaran claro.
Actualización 10:43 Hemeroteca DN 03/11/1964
GRUPO ESCOLAR "JOSE MARIA DE HUARTE CALLIS" En virtud de propuesta, se acordó designar con el nombre de José María de Huarte y Callís al Grupo Escolar construido en el III Ensanche, en atención a los merecimientos del fundador del llamado "Colegio de Huarte", Hijo adoptivo de Pamplona, Teniente de Alcalde de su Ayuntamiento, Medalla de Oro de la Diputación Foral por méritos en la Enseñanza, Cruz de la Orden Civil, concedida por Alfonso XII. En el Colegio Huarte, fundado en 1848 se formaron por lo menos diez mil navarros. La ciudad le recuerda ahora con este homenaje a perpetuidad en uno de sus modernos Grupos Escolares.
1933 Colegio Huarte Hnos. Foto Galle Archivo Abierto

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