miércoles, 8 de julio de 2020

Pamplona en Hemingway (1967)

1959 Hemingway y Ordóñez. Foto Julio Ubiña
Hemingway en Pamplona
1959, en el Choko
Entre 1923 y 1931, Hemingway vivió intensamente 7 sanfermines. Luego, la Guerra Civil española, durante la que estuvo como periodista y sobre la que sacó su novela Por quién doblan las campanas; y la 2ª Guerra Mundial, en la que vivió el desembarco de Normandía y la liberación de París. 
Y en el 53 vuelve, tras 21 Sanfermines fuera de Pamplona. Y lo hará también en el 59 (ya como premio Nobel). En total, nueve veces.
En 1959 Hemingway "volvió a habitar la habitación 217 de La Perla". Así se dice, pero hay constancia de los años y los lugares donde realmente se hospedó Hemingway en sus nueve visitas a los sanfermines; una pensión en la calle Eslava 5 en el año 1923; el hotel Quintana (de su amigo Juanito Quintana) entre los años 1924 y 1931; el hotel Ayestarán de Lecumberri (Navarra) en 1953; una vivienda en la calle San Fermín 7 en su última visita en el año 1959. Jamás estuvo hospedado en la Perla.
En cuanto a las imágenes de los tejados, la flecha blanca señala Navarrería y el Palacio de Marqués de Rozalejo. Por tanto, están sacadas desde la torre norte de la Catedral

Adiós a Hemingway
Los de 1959 iban a ser sus últimos Sanfermines. 
Bar Choko
Si algo puede afirmarse del paso de Hemingway por Pamplona es que su actitud nunca fue la del espectador distante; el insigne autor vivió profundamente la fiesta, se sumergió en ella hasta el fondo, como correspondía a su temperamento apasionado e intensamente vital.
Esta vez lo hacía como premio Nobel por primera ocasión. La experiencia fue muy diferente a ese 6 de julio de 1923, en el que por primera vez llegaba a Pamplona. Ambas experiencias fueron gratificantes, pero muy distintas entre ellas, como él mismo manifestó. Ese año de 1959 Hemingway fue el rey de la fiesta, ya que todo el mundo quería estar con él; todos querían sus autógrafos, y todos querían sus fotografías. Los cazadores de autógrafos no le dejaron disfrutar. Las terrazas del Bar Choko (así se escribía entonces) y del Café Iruña fueron su ecosistema festivo. Aunque él ya lo estaba empezando a ver, nunca imaginó todavía la repercusión que su obra literaria tendría décadas después en los Sanfermines.
'Canito', Hemingway y Quintana en 1959
Vino a Pamplona acompañado de todo un séquito de amigos, entre los que destacaba el matador de toros Antonio Ordóñez, o el fotógrafo Julio Ubiña (de quien son la mayoría de imágenes que veis de ese año 59).
Antonio Ordóñez no toreó este año en Pamplona, pero a pesar de ello vino a disfrutar de las fiestas. Vestía de pamplonica, bailaba con las peñas y corría el encierro. “Estoy en Pamplona como admirador de las fiestas, como un simple mozo. Me puede la fuerza de los sanfermines. Y gozo como no pueda nadie imaginarse con el ruido de la calle y el humor de las gentes. El encierro es una de mis antiguas pasiones. (...) Este año estoy pasando los mejores sanfermines de mi vida”, declaraba en una entrevista.
De "Pamplona en Hemingway"
Pero ni Ordóñez ni nadie de cuantos se acercaron a Hemingway sospechaba que ya nunca más volvería a Pamplona. Quizás ni el propio Ernest.
Dos años después de aquel verano, el escritor decidió dispararse en la boca los dos cañones de una carabina Richardson.

Pamplona en Hemingway
Se trata de un film de 1967 rodado en Pamplona en los años 66 (encierro) y, sobre todo, 67 con guión de Castillo Puche y dirección de Jesús Yagüe. Realizada en blanco y negro tiene 26 minutos de duración. 
El guión de Castillo Puche, mezclado con textos de Hemingway intentan, y consiguen, revivir los años en que don Ernesto estuvo en fiestas. Las imágenes son espectaculares. A destacar, las de Juanito Quintana, el Irati de los druidas, las del Marceliano... una inmersión en las mejores fiestas del mundo.

Es tal la calidad de la fotografía del reportaje que permite subir a Face este álbum

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