El 30 de agosto
de 1936 Juana Josefa Goñi, embarazada de siete meses, desapareció
junto a seis hijos menores de edad, después de que un batzarre (asamblea, reunión oficial) del pueblo
acordara la expulsión de la familia, acusada de cometer hurtos en las huertas.
El hijo superviviente, José Martín, también se alistó al requete el 12.11.36, 73 días después de la tragedia |
Un vecino
de Legasa, que declaró en el juzgado por este caso, reconoció que Juana Josefa
y sus hijos fueron acorralados con teas de fuego y conducidos hacia la
sima. Al parecer, y de acuerdo con el testimonio de una amiga, Juana Josefa Goñi Sagardía, forzada por
la autoridad, abandonó su casa con algo de ajuar instalándose en el monte,
en una choza. Ese mismo domingo 30, por la noche, (la amiga) aseguró haber
oído tiros en el monte y a la mañana siguiente la choza había ardido.
Sobrevivieron
a la tragedia el padre de familia y marido de la desaparecida, Pedro Sagardía
Agesta, que estaba encarcelado tras alistarse al requeté, y el mayor de los
hijos, José Martín, que se encontraba trabajando fuera del pueblo.
José Martín
falleció en Pamplona en 2007.
Los restos
de los ocho miembros de la familia Sagardía Goñi reposan ya en el cementerio de
Gaztelu.
La
localidad de Malerreka homenajea a la familia.
Gaztelu repara,
pero no resuelve el crimen de la sima 81 años después.
Hace 81
años, los vecinos de este pueblo del valle de Malerreka decidieron expulsarles
de su propia casa por motivos todavía sin esclarecer. Se instalaron como
pudieron en una chabola en el monte. Esa misma noche del 30 de agosto, Juana
Josefa, embarazada de 7 meses, y seis de sus siete hijos, todos menores, fueron
asesinados y arrojados a la sima de Legarrea. La chabola fue pasto de las
llamas.
Ayer, Juana
Josefa (38 años el día de su asesinato), Asunción (1,5 años), José (3 años),
Martina (6 años), Pedro Julián (9 años), Antonio (12 años) y Joaquín (16 años)
fueron al fin enterrados bajo una estela con sus nombres. Con ellos, el único
hermano que sobrevivió a aquella barbarie por encontrarse con su padre
trabajando en la carbonera-, y que murió hace 10 años en Pamplona, José Martín
Sagardia Goñi. Los descendientes de esta familia cerraron ayer un círculo, el
de dar sepultura a sus familiares.
Pero el crimen, ocho décadas después, sigue
sin resolverse.
“Lo que
habíamos escuchado siempre en casa se ha convertido en una certeza absoluta.
Quién y por
qué
El de ayer
fue un acto emotivo, de reparación por parte de Gaztelu, que se celebró con los
féretros presentes de los ocho miembros de la familia. La Coral de Doneztebe
puso emoción y arrancó lágrimas a un pueblo en donde imperó y, según consideran
los descendientes de la familia, sigue imperando el silencio.
Porque, tras cerrar el primer círculo, queda
otro todavía abierto con dos grandes preguntas sin resolver: ¿quién lo hizo y
por qué?
Algunos ya han encontrado las motivaciones |
Según el
testimonio de un vecino de Legasa, que declaró en juzgado por este caso, un
batzarre de Gaztelu acordó la expulsión de la familia, acusada de cometer
pequeños robos en las huertas del pueblo.
Aquella misma noche se oyeron disparos en el monte y al día siguiente,
la chabola en la que Juana Josefa se había instalado, había ardido.
Pese a las
fechas del crimen, poco más de un mes después del golpe militar contra la República
que desembocó en la Guerra Civil, el asesinato no parece tener motivaciones
políticas. De hecho, el marido de Juana Josefa, Pedro Sagardía Agesta, se había
alistado voluntario en el tercio requeté.
Cuando, extrañado de no tener noticias de su familia, Pedro Sagardia volvió a Gaztelu en 1937, “no le
fue permitido entrar en el pueblo” y los vecinos constituidos en guardia, entre
ellos el entonces alcalde, le arrestaron y le condujeron detenido hasta
el cuartel de la Guardia Civil de Santesteban. Encarcelado durante una semana,
ni se le tomó declaración ni se le acusó de delito alguno. Cuando le soltaron,
le advirtieron que no volviera a Gaztelu y que se marchase de allí.
Aquí tenéis un artículo muy completo que tengo intención de trabajar.
1 comentario:
Según se recoge en el acuerdo adoptado por el Ejecutivo de Chivite, "un crimen de tal magnitud, incluido el asesinato de seis niños y niñas, y la ausencia de responsabilidades, se explican por el clima de impunidad que se generó tras el golpe militar de 1936 con el fin de extender una atmósfera de terror que impidiera cualquier disidencia u oposición"
¡Y el padre en el bando sublevado! ¡Y el hijo superviviente también se apunta al Requeté después de la tragedia.
¡Y en el homenaje, la ikurriña!
De locos.
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