|
El negocio familiar, en la Calle Mayor de Pamplona |
Hace un par de días encontré en la Feria del Libro antiguo una verdadera joya: la exposición de fotografías de Nicolás Ardanaz que se hizo en el Museo de Navarra, en el año 2000. El libro viene dividido en varios capítulos y el primero presenta las imágenes que hizo como reportero en la Guerra Civil española.
He creado un álbum para tener juntas todas las imágenes de Ardanaz en Facebook, según las vayamos publicando. Son más de 70.
El
autor: Nicolás Ardanaz (Pamplona, 1910-1982)
Discípulo del pintor Javier Ciga, droguero
de profesión y fotógrafo aficionado en las décadas 1930-1970. Su trabajo se
centró en Navarra, abarcando temas como paisaje, costumbres, modos de vida,
fiestas (muy particularmente las de San Fermín), tipos, composición de objetos
y cartel, siendo autor de los que anunciaron las fiestas patronales de Pamplona
de 1965 y 1966. Ejerció de reportero en los inicios de la guerra civil
(1936-1939). Fundador de la Agrupación Fotográfica y Cinematográfica de Navarra
en junio de 1955, fue animador de los primeros salones de fotografía de montaña
de la Agrupación Deportiva Navarra, colaborador de diversos medios (Sombras,
Pregón, Vida Vasca, Cultura Navarra y prensa periódica pamplonesa de su época),
así como vencedor de algunos premios fotográficos como el Primer Salón Latino y
la VII Exposición Fotográfica del País Vasco.
La
obra
|
Nicolás Ardanaz, “Cuestación por San Nicolás”, 1959 |
La obra fotográfica de Ardanaz testimonia
un tiempo reciente con iconos que aún resultan familiares, pero que el devenir
de los tiempos ha transfigurado.
La Navarra de este fotógrafo de exteriores no ofrece tensiones sociales de ningún tipo, ni las dificultades propias de un país que trata de rehacerse después de una contienda. Nos muestra imágenes apacibles, serenas y estilísticamente sosegadas, sustentadas en un tratamiento comprensible de la luz y de la composición.
No debe importar demasiado que Nicolás Ardanaz no fuera un experimentador vanguardista (aunque demostrara con creces no ser un fotógrafo vulgar). Lo verdaderamente trascendental, en términos de cultura propia, es que este fotógrafo realizó un gran reportaje que testimonia –casi diría de manera monumental- una Navarra hoy profundamente transformada. Y cuyos testimonios fotográficos se han conservado.
(Francisco Javier Zubiaur)
|
Tropas regulares en el frente de Extremadura. ARCHIVO / NICOLÁS ARDANAZ
|
Su obra en la Guerra Civil
Ardanaz se alistó voluntario durante la
guerra civil. En julio de 1936 partió de Pamplona, con los requetés, hacia
Madrid. Quedó en Pamplona el negocio familiar. La cámara no, la cámara hizo la
guerra con Nicolás. Sus fotografías de entonces, algunas de las cuales se
publicaron en Diario de Navarra, recogen una parte del recorrido geográfico del
soldado (Vitoria, Guadalajara, Madrid, Extremadura) y, lo que es más
importante, de su peripecia en las trincheras o en el descanso. No quedan
muchas de esas fotografías.
|
Símbolos de Falange en la aviación |
Las fotografías de la guerra civil que
hizo Nicolás Ardanaz producen cierta sorpresa. En el conjunto del archivo
constituyen, desde luego, un pequeño mundo aparte. Se trata de imágenes
vigorosas, atrevidas en lo formal, no muy distantes de otras que, desde
ideologías opuestas, han conquistado un rincón en nuestra memoria.
Lastimosamente han llegado hasta nosotros
sólo unos pocos negativos, bastante deteriorados. Pero aun siendo pocos, se
pueden establecer conclusiones interesantes. Ardanaz era entonces un fotógrafo
menos autocontrolado por normas estéticas que aún no tenía definidas. Se
aprecian angulaciones atrevidas, tomas aéreas —la altura siempre le atrajo— y
momentos emocionalmente intensos. Algunas imágenes presentan desenfoques de
bulto, lo que hace pensar que se obtuvieron más o menos subrepticiamente.
La doble condición de soldado y fotógrafo
confiere a estas imágenes un valor muy especial. No estamos ante un profesional
que cuenta lo que ve desde fuera, sino ante una cámara que intenta transmitir
desde dentro. A pesar de eso, el Ardanaz director de escena surge ya por un
rincón y apunta hacia la anécdota emotiva (la carta que se escribe a la madre o
a la novia, la peripecia del rancho, etc.), que tanto practicará años más tarde
en territorios más amables.
1 comentario:
Maginifica historia.... me ha conmovido....
Publicar un comentario