Lo de "La Cacatúa" sí que es pico (y no el de Rubiales) |
El mismo día en que la Vicepresidenta Díaz aterrizaba de tapadillo en Bruselas para rendir España al prófugo Puigdemont, Nicolás Redondo Terreros (1958) publicaba «Dignidad» y abandonaba el PSOE.
Y Juan Pablo Fusi (1945), algo mayor, habla incluso de la derrota de su generación.
Pero la "agresión sexual" de Rubiales sigue sirviendo para tapar las vergüenzas.
"Muchos hemos aprendido del pasado, pero parte de la clase política no lo ha hecho, se duele como historiador"
Pedro Charro DN 03/09/2023
"Siento todo lo que ocurre hoy como la derrota de mi generación”, ha dicho con amargura Juan Pablo Fusi, un modelo de historiador riguroso, oxoniano, con una larga e interesantísima obra, que ahora pasa el verano de paseante en San Sebastián, su ciudad.
Fusi se duele de este tiempo, que ve como posdemocrático, sin moral, donde lo único que cuenta es asaltar el poder; un tiempo inaugurado por Zapatero, quien instaura una política de bloques que trata de excluir al contrario y dejarle fuera del juego democrático, pues al parecer la única democracia sería la que representa la izquierda y el nacionalismo.
Una alianza que está resultando demoledora y puede llevarnos al límite, si se concede una amnistía para lograr la investidura -el poder, en suma-, que daría por bueno el levantamiento sedicioso y dejaría a la legalidad democrática y a los jueces por los suelos.
Juan Pablo Fusi |
Nicolás Redondo Terreros |
Con el País Vasco, su conciencia de derrota es aún mayor. Derrota de la democracia del 78, del pluralismo político vasco desaparecido, monopolizado hoy el país por el nacionalismo que lo impregna todo y ha acabado con cualquier otra visión, no en vano en su día se la liquidó a tiros.
Pero el futuro no está escrito, ha enseñado siempre Fusi, y tal vez se lo repita ahora, paseante por esta bella ciudad. Algo que no le pueden arrebatar.
1 comentario:
Lo de "La Cacatúa" es toda una ocurrencia. El PCE de nuestra generación, el de Tamames y Sartorius sí que era un partido de ilustrados. Y lo de ahora... ¡Qué pena!
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