jueves, 28 de septiembre de 2023

Blanqueo de ETA y cordón sanitario

En enero de 2015 hubo en Pamplona una concentración de repulsa por el atentado contra los periodistas de Charli Hebdo. Allí estaba la plana mayor de EH-Bildu, con Adolfo Araiz a la cabeza. Un ciudadano, con una foto de José Javier Uranga, "Ollarra", quiso denunciar la hipocresía de Bildu que en 45 años no había condenado el atentado contra el director de Diario de Navarra. La cara de estupor de Maite Esporrín y Fabricio Potestad, del PSN, lo dice todo. Había comenzado la operación "blanqueo de ETA"

"Me de pena el discurso de @albertocatalanh que todo lo basa en ETA, que desapareció hace más de 10 años..." 
Y se queda tan ancho Ramón Alzórriz. ETA es una hidra de múltiples cabezas (léase siglas) que -como socio preferente en Madrid y en Navarra- está consiguiendo sin asesinar lo que no consiguió asesinando
José Javier Uranga, "Ollarra" (por la veleta de San Cernin)

Después del atentado                                                                                        José Miguel Iriberri
Estábamos reunidos en la Redacción, en la primera planta del edificio de Cordovilla. Eran las 4 de la tarde. Preparábamos los contenidos del periódico para el día siguiente, 24 de agosto de 1980. Lo cuenta Javier Marrodán entre los testimonios recogidos para el reportaje publicado al cumplirse, en 2005, 25 años del atentado. A todos nos sorprendió el ruido repetido, intermitente, que entraba por las ventanas. ¿De la carretera? ¿Del aparcamiento? Alguien dijo que parecía la rueda reventada de un camión en marcha. Nos asomamos a las ventanas. El ruido había parado. Por las escaleras subía ya la voz de la angustia. "¡José Javier!", gritaron en la portería, como si el nombre llevara entre sus letras todos los datos de la tragedia.
No podían ser tiros, que no. Eran tiros. Veinticinco balas de los asesinos de ETA sobre el cuerpo de José Javier Uranga, el director del Diario, nuestro director, víctima de otra batalla de lo que los terroristas llaman guerra. Su guerra: unos miserables con pistola disparando contra un hombre indefenso que va a su trabajo sin más equipaje que una agenda de apuntes bajo el brazo. En los planes de la organización terrorista, aquella tarde tenía que haber sido la última con vida del director de Diario de Navarra, culpable de escribir en defensa de una Navarra foral y constitucional dentro de España. Una Navarra de ciudadanos libres e iguales ante la ley, comprometidos con los principios democráticos y los derechos humanos.
Fracasaron los pistoleros. No lograron darle muerte entonces ni conseguirían silenciarle después. ETA fracasó dos veces. Uranga superó las heridas que le postraron al borde de la muerte y se armó nuevamente de valor, un año después. Recién salido de la clínica quiso regresar al periódico, esta vez, y ya para siempre, con escolta. Recuerdo con la emoción de entonces los aplausos y abrazos en la puerta, donde le estábamos esperando. José Javier Uranga se reincorporaba a su puesto de trabajo, al lado de la mayoría de los navarros y de la historia de Navarra, entregado al Fuero y a la Constitución.
Pluma de Oro de la Libertad, a Uranga no le tembló el ánimo frente al terror desde su puesto de trabajo en Diario de Navarra. Y ganó la batalla. La organización terrorista vasca mataba para acumular cadáveres como argumentos de imposición y para sembrar el miedo a fin de acallar voces contrarias. En palabras de Fernando Savater, ETA mataba, si podía, a quien le cortaba el paso, y para extender a tiros el terror entre la población. José Javier Uranga sería un ejemplo de coherencia, dignidad y valor frente al terrorismo. No quiso escuchar los consejos de hacerse a un lado. Pensaba, y lo decía, que si abandonaba su profesión y su tierra, ETA habría conseguido su objetivo. No podrían con él. Al contrario. Estaba convencido de que a los etarras había que combatirles con principios firmes y valores democráticos, más que con reprobaciones morales que nunca comprenderían unos asesinos en su lodazal de miseria humana. El final de ETA llegaría por el empuje de la sociedad, de las instituciones constitucionales y también de ejemplos personales de valor y dignidad. Como el de José Javier Uranga, al servicio de la libertad de todos.
***
Y la "operación blanqueo" continúa, cada vez con más descaro. Por eso, es precisamente a Bildu a quien hay que aplicar el cordón sanitario:

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Llevo más de un mes sancionado por Facebook o algún adicto con carnet al régimen que ocupando el poder legislativo, ejecutivo y judicial decide. Pura democracia de Pinocho

El tiburón del Arga dijo...

Y TVE al servicio del discurso "oficial"
Qué lamentable. Ya ha llegado la directriz a los dirigentes socialistas de rebajar la tensión sobre independentismo. Se dan las consignas para utilizar eufemismos, pero ¿hasta dónde?
TVE nos saca de dudas. Ayer dieron el salto de doble tirabuzón. Equiparar las vivencias de presos de ETA con Nelson Mandela es como comparar a Lenin con Heidi. Y se quedaron tan anchos. Qué esperabais de Ramón. ¿Qué se sublevarse cuando le servían las lentejas?